El extitular de la secretaría de drogas durante el gobierno pasado, y el elegido por la gestión Orsi para codirigir el organismo, habló con El País de su arribo y las metas que tiene por delante.
El dirigente del Partido Independiente, que dirigió la Secretaría Nacional de Drogas durante la administración de Luis Lacalle Pou, aceptó la invitación del gobierno de Yamandú Orsi para ocupar la vicepresidencia del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa). A días de la votación de su venia en el Senado, por unanimidad, Daniel Radío habló en entrevista con El País de cómo se gestó su arribo en el gobierno frentista, la expectativa de trabajar con una población que cometió delitos junto a otros organismos, así como su intención de abordar la problemática "mucho más" con medidas alternativas, e instalar un plan individualizado para cada joven.
-¿Qué lo motivó a aceptar este cargo en el Inisa?
-Yo venía conversando con (Jaime) Saavedra desde el gobierno anterior. Él llegó a ir a Torre Ejecutiva en más de una oportunidad a conversar conmigo. Es más, algunos funcionarios que trabajaban en la Secretaría de Drogas que había pedido en comisión fueron recomendados por él. Yo le tenía mucha confianza en esas conversaciones, intercambiábamos y teníamos puntos de vista casi superponibles en muchos temas. Al poco tiempo de que empezó a rodar este gobierno, Saavedra me llamó y me ofreció ir a trabajar con él de asesor. Me sentí muy honrado y le dije que lo iba a pensar. Luego pasaron esos desencuentros con el vicepresidente, y en alguna conversación con el presidente (Yamandú Orsi) surgió mi nombre. Si me preguntás qué significó para mí integrar el gobierno de Luis Lacalle Pou, fue un honor.
-¿Y el de Orsi?
-Me honra también esta distinción. Me parece que tengo que ser consecuente con esa expresión del presidente, que es un gesto muy grande. Porque ellos, al mismo tiempo que me ofrecen eso a mí, de alguna manera están renunciando a la posibilidad de tener mayoría en el directorio.
-Usted aclaró de que no está en este cargo en representación de la oposición. ¿Va a decir todo que sí a lo que diga el gobierno de Orsi?
-No me lo planteé eso. Yo pienso trabajar con ánimo cooperativo y me parece que lo que tenemos que hacer es que el Inisa funcione bien. Me siento muy afín, tengo mucha sintonía con Saavedra, pero además he estado conversando con (Ángel) Fachinetti y siento que él está en una actitud también muy buena.
-En Canal 12 usted dijo que había hasta "demasiadas" similitudes con Saavedra...
-Si, insisto, viene de larga data. Me pone cómodo y pienso actuar con responsabilidad. Cuando el gobierno me propone este cargo, no me pone condiciones. No me dice que tengo que dejar de ser de la coalición republicana, que no lo dejo de ser.
-¿Qué rol cumple el Inisa?
-El Inisa es una oportunidad que tenemos desde la sociedad e institucional para encontrarnos con personas. Es deseable no que los muchachos pasen por el Inisa, sino que el Inisa pase por los muchachos. No desperdiciar un período, sino que sea una oportunidad para incidir mutuamente.
-¿Cómo se hace para que eso no sea un eslogan? Está sobre la mesa desde la creación del Inisa y siguen existiendo problemas graves...
-La privación de libertad se apoya sobre el paradigma correccional. Para eso tiene que haber una premisa, que es creer que las personas son rehabilitables. Eso hoy está en la cabeza de mucha gente. Y creo que en el Inisa tenemos una chance porque es manejable la cifra de gente privada de libertad: están en otro momento de su maduración de la vida. Pero no es solo el Inisa, hay que pensar en el egreso porque no es un problema de stock de personas privadas de libertad, sino un problema de flujo. Todas las personas que entran van a salir, y tenemos que pensar en el egreso desde el momento en que ingresan. Tener un proyecto socio-educativo que, ojalá, esté escrito e individualizado.
-¿Un plan individualizado?
-Si, claro, no hay raviolera para esto. Habría que tener para cada persona privada de libertad un proyecto socio-educativo que continúe el trayecto, que le haga el seguimiento a lo largo de su periodo y ojalá después también. Pero para eso necesitamos articulación con ANEP, INAU, ASSE, y el Mides, porque a la salida de ese proyecto tiene que verse reforzado por una red social de contención y apoyo material. No estamos hablando de números que sean locos.
-¿Ese proyecto de seguimiento que imagina cómo sería?
-Siempre el objetivo, en todos los casos, y es algo que decía en la Secretaría de Drogas y lo digo acá, es la inclusión. Que la gente no sea marginal y participe de la vida de la sociedad, que tengamos amor y seamos prolíferos. Ese es el objetivo de la vida misma.
-¿Ese sería el cambio de paradigma que usted quiere llevar adelante, más allá del cuidado del entorno?
-No sé si eso es un cambio de paradigma, no lo defino así. Lo que tenemos que hacer es no ser refundacionales sino aportar, y ser eficientes. Me parece que hoy tenemos una población que es manejable. Tenemos que pensar mucho más en medidas alternativas.
-¿En cuáles piensa usted?
-Yo te podría decir algunas, pero no quiero. Cada uno tiene que tener su rol, y tengo que respetar a los técnicos de Inisa en estas cosas.
-¿Cuál es su principal prioridad de su gestión en Inisa?
-No tengo claro de cuál es la principal. No tengo propósitos re fundacionales. No vengo a salvar al Inisa, no creo en esas cosas. Si ese pedacito de terreno donde está el Inisa es un poco mejor cuando me vaya, ya está. Que los gurises vivan mejor y tengan más chances. No soy un revolucionario.
-¿Qué es rehabilitar?
-A veces no es rehabilitar, sino habilitar. Me parece que trata sobre cimentar la posibilidad de trayectorias de vida resilientes frente a las hostilidades del entorno. Tenemos un capital de 370 personas, y el objetivo es que mientras estén privados de libertad no estén sometidos a tratos inhumanos y degradantes.
-¿Hoy se vulneran los derechos humanos de los adolescentes que están en el Inisa?
-Depende qué tanto hilemos. Yo no conozco tanto. Pero fui a uno de los centros y me encontré con unas condiciones de reclusión que no me gustaron. Lo de las denuncias de violaciones y violencia, no me consta, pero si se investiga y se concluye, se tienen que tomar medidas. Pero la gente que conocí trabajando en el Inisa tiene la camiseta puesta.
-¿En qué centro vio condicones que no le gustaron?
-En el Cufré, cerca del Nuevocentro. Tienen una reja y después una puerta de acero, y del otro lado de la reja, a un metro, está la intemperie. Un tipo duerme ahí, imagínate una noche de invierno. Y en una construcción que es relativamente nueva. Me quedé muy sorprendido de eso, no es aceptable. Ahora, ¿cómo se modifica si no tenés otra? Hay que pensar. Inmediatamente alguien dijo, bueno, pongan nylon acá. No puede pasar que entre viento acá.
-Entre varios puntos, el programa de Saavedra hace hincapié en la infraestructura. ¿Comparte esto?
-Para mí hay tres cosas a atender: la infraestructura, lo programático de qué buscamos hacer con los muchachos, y el personal. Yo arreglaría las cosas, no haría nuevas obras. Y algo que quiero decir es que la Colonia Berro tiene mala prensa, pero uno ve que hay ahí una potencialidad bárbara. Se puede laburar porque hay espacio, construcciones que se pueden modificar, y tiene actividades educativas,deportivas y culturales.
-¿Quedó solo en su gestión previa en la Junta de Drogas?
-No, solo no quedé nunca. Entre otras cosas, siempre tuve el respaldo del presidente de la JND. Es verdad que no conseguí convencer sobre hacer modificaciones a la norma. Asumo que es difícil porque hay que abrir la ley (19.172), un lío. Pero hay que abrirla, modificarla, levantar el registro y hacer más cosas. Creo que el registro hace muy mal.