hidrocarburos. Cifra dista de las 47 ejecutadas en el quinquenio 2011-2015; las reservas de gas natural cayeron 57% desde el 2016.
Por instituto peruano de economía (ipe)
Los hidrocarburos sirven de insumo para la generación de electricidad, el transporte y el consumo de los hogares. Además, son fuente importante de ingresos para el Estado. Sin embargo, la falta de un entorno favorable para la inversión, especialmente en exploración, amenaza la sostenibilidad del sector. Urge una estrategia clara que impulse nuevos proyectos y que incentive una mayor demanda energética.
?Inversión paralizada?
Pese al alto precio internacional del petróleo, la inversión en hidrocarburos en el Perú sigue contraída. En la última década, esta promedió US$450 millones anuales, lejos de los más de US$1.400 millones por año entre el 2004 y el 2014. Incluso en el 2024, cuando se observó un leve repunte (US$564 millones), la inversión fue menos de la mitad de lo invertido en el 2014. Así, la inversión en exploración y explotación no ha logrado repetir el incremento observado en el anterior ciclo de precios elevados del petróleo.
Ello se explica principalmente por la casi nula inversión en exploración, sobre todo tras la pandemia. Según Perú-Petro, desde el 2021 apenas se han realizado tres perforaciones exploratorias, frente a las 47 ejecutadas en el quinquenio 2011-2015. A ello se suma que, desde el 2017, no se firma ninguna nueva licencia de exploración.
Como resultado, las reservas probadas de gas natural acumulan nueve años consecutivos de caída. Para el 2025, alcanzarían 6,9 billones de pies cúbicos (TCF, por sus siglas en inglés), 57% menos que el pico del 2016. Sin embargo, al ritmo de producción actual y sin nuevos proyectos de exploración, el Perú tendría gas por 14 años más, hasta el 2039. Esta cifra es comparable a la de Estados Unidos (12 años, según la Administración de Información Energética). De incorporarse las reservas contingentes del lote 58 en Cusco, el volumen de gas aumentaría en 37%, según Macroconsult. Es decir, existe potencial, pero falta destrabar su aprovechamiento.
?Recurso clave?
Los hidrocarburos tienen un impacto importante en el fisco. Por ejemplo, entre el 2005 y el 2024, el canon y sobrecanon generados por el sector superaron los S/33 mil millones en términos reales, equivalentes al 5,7% del PBI del 2024. Sin embargo, su aporte ha estado marcado por la alta volatilidad de los precios internacionales. Mientras que en 2010-2014 se promediaron más de S/2.670 millones anuales, en el 2015-2019 la cifra cayó a S/1.640 millones, 38% menos. Luego, entre el 2020 y el 2024, los ingresos repuntaron hasta S/2.610 millones por año solo gracias al auge de los precios internacionales entre el 2021 y el 2022.
Los hidrocarburos también son clave para garantizar el acceso a energía a precios competitivos. En el caso del diésel y las gasolinas, donde 77% y 55% de su volumen fueron importados en el 2024, hay una alta exposición a la volatilidad de los precios internacionales. Esto no solo afecta a los consumidores y empresas, sino también a las cuentas fiscales, que terminan financiando mecanismos de estabilización, exoneraciones tributarias y otros subsidios.
En tanto, el gas natural, cuya demanda está cubierta íntegramente con producción nacional y que, por contrato, su venta local históricamente se ha dado a un precio menor que el internacional, mantuvo precios locales estables y bajos. Así, durante la crisis energética global de 2021-2022, el precio en el Perú promedió US$2/MMBTu, frente a los US$35 en Europa y los US$6 en Estados Unidos.
?Destrabar el potencial?
Aprovechar el potencial de los hidrocarburos en el Perú requiere un entorno más propicio para la inversión. Reducir la tramitología y fortalecer a instituciones claves, como el Senace y entidades opinantes como la Autoridad Nacional del Agua, resulta indispensable. El desafío es grande: luego del 2020, solo se aprobaron dos estudios de impacto ambiental y tomó hasta 18 meses, más del doble del plazo legal. Ello también evidencia la caída en las aprobaciones, que fue de siete en el período 2016-2019.
Sin embargo, no será suficiente. Definir el futuro de Petro-Perú, fortalecer a Perú-Petro como la agencia promotora de inversiones en el sector y brindar una mayor predictibilidad jurídica en la determinación tarifaria son solo algunos de los aspectos por revisar a fin de aprovechar los recursos con que cuenta el país en beneficio de hogares, empresas y las finanzas públicas.