Las criptomonedas ganan espacio en Costa Rica como una forma alternativa de pago en el comercio
Las criptomonedas, concebidas como un medio de pago sin fronteras según la promesa internacional, ya forman parte del panorama comercial en Costa Rica en establecimientos como restaurantes, consultorios, salones de belleza y hasta supermercados.
Aunque su presencia no se afianza, ya se abrió la puerta a su crecimiento sostenido no solo en sitios turísticos para extranjeros, sino para los nacionales que así lo deseen.
En el Índice Global de Adopción Criptográfica 2024 de Chainalysis, el país se ubicó en la posición 90 a nivel mundial. Si bien el uso de criptoactivos es legal para actividades comerciales y empresariales, siempre que sea un acuerdo entre ambas partes, no existe una regulación específica ni un estatus de moneda oficial.
De acuerdo con la quinta edición del Informe Anual de Blockchain en Latinoamérica de Sherlock Communications, en 2025 más de 500 negocios en territorio nacional aceptan Bitcoin, una de las critomonedas con mayor popularidad, como forma de pago.
"El país ha adoptado rápidamente la tecnología blockchain y las criptomonedas; como resultado, cuenta con un ecosistema vital. Costa Rica se ha convertido en un hub de criptomonedas debido a la gran demanda de empresas que incorporan esta tecnología a su sistema y la aceptan", señaló el reporte en esa ocasión.
En ese momento destacaban empresas como EOS Costa Rica, Genesis Blockchain Technologies, Data Center CR, LACC Chain y Cryptoreds. Hoy, un vistazo al mapa interactivo de BTC Map revela un ecosistema más diverso conformado por una oferta más local.
Para conocer la incidencia actual en el mercado costarricense, conversamos con tres comerciantes dentro del país que aceptan criptomonedas, uno de ellos también dentro de un proyecto para promover su uso responsable.
Así creció el ‘pago cripto’ en el mercado costarricense
Hace cinco años, Roberto Solano, odontólogo de profesión, emprendió un nuevo proyecto que conectaba el Centro Médico Orosi, del cual es propietario, con una nueva idea que involucraba destinos turísticos inteligentes. En una entrevista con El Financiero, contó su experiencia en el auge del impulso a este medio de pago.
Durante una reunión en San José con personas que compartían su interés, se unió a la Asociación Blockchain, la cual busca incentivar el uso de esta tecnología económica, y comenzaron a organizar conversatorios conocidos como "criptocantinas" con énfasis en Bitcoin.
"Bitcoin es la primera red descentralizada del mundo que no pertenece a ninguna persona o entidad, sino a todos sus usuarios, por lo que reduce el riesgo de robo repentino e inspiró un nuevo modelo de economía circular", explicó.
Actualmente, trabaja con la asociación para impulsar un proyecto inspirado en el estallido de criptomonedas de Uvita en los últimos años. Su meta es que los comercios locales lo incorporen dentro de sus comunidades para permitir que su valor se acumule con el tiempo.
Posteriormente Solano colaboró con Bitcoin Jungle, una iniciativa que permite convertir las criptomonedas en pagos y transferencias en dólares o colones a través de una plataforma móvil sin intermediarios ni comisiones inscrita al Sistema Nacional de Pagos Electrónicos (Sinpe).
Pese a reconocer que en Costa Rica el uso de aún es incipiente y mayoritariamente entre extranjeros, como observa con frecuencia en su consultorio, compara la situación con la lenta adopción de tarjetas de crédito, que al pasar los años creció de forma exponencial.
"Ahora mismo hay hasta pulperías en una esquina que se han integrado. Yo mismo recibo clientes en mi consultorio que me han pagado de esta forma", indicó.
Asimismo, dijo que suele utilizar el Bitcoin ganado en otros negocios que también lo manejan a manera de procurar la economía circular con sus colegas de iniciativa. En otras ocasiones, guarda la moneda digital hasta que alcance un valor considerable.
Poca demanda
En el consultorio de odontología biológica con terapia neural Clínica Orozco, ubicado en Los Yoses, San Pedro, German Madrigal contó que empezó a incluir las criptomonedas por una recomendación. "Un amigo extranjero me sugirió implementarlo hace unos dos o tres años", recordó.
Desde entonces, ofrece a sus pacientes la posibilidad, pero reconoce que la demanda todavía es muy baja.
"Son pocos los pacientes que deciden pagar de esta manera y, en su mayoría, son extranjeros", explicó. Se trata, en general, de personas interesadas en mantenerse fuera de los sistemas financieros centralizados.
Cuando recibe pagos en cripto no los convierte inmediatamente, sino que también prefiere guardarlos para aumentar su valor y, a veces, destinarlos a compras o pagos en otros establecimientos que también lo acepten. Su preferencia es concentrar todos los activos en Bitcoin, al que considera más estable dentro del mercado volátil.
"Lo guardo porque no me asusta que baje de valor, yo lo veo como una inversión a largo plazo", comentó.
En cuanto a la seguridad de las transacciones, aseguró que utiliza la aplicación BlueWallet, pues le permite verificar el proceso y minimizar el riesgo de fraude. Acepta cualquier tipo de criptomoneda, pero con la costumbre de transferir todo posteriormente a Bitcoin.
Por otro lado, en San Rafael de Heredia una tienda de alimentos orgánicos llamada De Raíz Consciente implementó hace aproximadamente un año esta modalidad de pago en obedencia a la recomendación de un socio. Sin embargo, a pesar de esta apertura, el equipo de la tienda reconoció que la experiencia todavía es muy limitada y no genera gran impacto en sus operaciones.
Argumentaron que durante el tiempo transcurrido desde su incorporación, la respuesta del público es prácticamente inexistente. De hecho, afirmaron que el interés por esta forma de pago es tan baja que apenas reciben consultas al respecto.
Por lo tanto, no han vivo la experiencia de manejar la moneda por esta vía, ya que la estrategia de abordaje recaía en el socio que promovió la iniciativa, y tras su salida de la tienda, quedaron sin una guía clara para aprovechar esta opción.
Lo dicho pone sobre la mesa una realidad: incluso los medios de pago están en transición de adaptarse a las nuevas tecnologías con nuevas estrategias. Sin embargo, en estas situaciones en particular, la implementación es un proceso muy gradual y aún se encuentra en una fase tan temprana que incluso le mantiene entre las sombras.