Niño se fue una cafetería donde pagó con ¢1.000 un café con leche y una quesadilla.
Un menor de edad, quien se dedica a lustrar zapatos, encontró en la entrada de una oficina en San José una valija abandonada, reportó La Nación el 16 de setiembre de 1975.
Se fue con ella a una cafetería, donde pidió café con leche y una quesadilla, sin imaginar que dentro de la valija había ¢87.000 en billetes de ¢1.000, $6.000 en billetes de $100, ¢20.000 en bonos del Estado al portador y ¢200.000 en escrituras hipotecarias.
Según el dueño de los valores, Víctor Chinchilla R., llegó a su oficina con la valija y otro maletín en su mano derecha.
"Para abrir la puerta puse la valija con los valores en la acera, luego entré y, no sé por qué causas, me olvidé de ella", afirmó.
"Media hora después, una señora se apersonó a mi oficina a pagarme unos intereses. En ese momento fue cuando me acordé de que el talonario de recibos lo llevaba en esa valija, la busqué por todas partes y no la encontré. Después de hacer memoria, recordé que la había puesto en la acera", agregó.
Chinchilla contactó al detective Edwin Jiménez Pérez, a quien le contó que la única persona que siempre llegaba después de él era un niño de 8 años que le lustraba los zapatos. El detective, en tres horas, encontró al menor en la cafetería.
La salonera se extrañó cuando, al cobrarle, el niño le pagó con un billete de ¢1.000.
El niño le suplicó al detective que no lo acusara, que él era muy pobre, sus familiares vivían bajo un puente y no tenían qué comer.
La curiosidad: Fiesta de exalumnos del Seminario
El Colegio Seminario invitó a sus exalumnos de 1894 a 1974 a una fiesta el 20 de setiembre, en su Casa Club.