Las bebidas energéticas están en la mira por sus serios impactos en la salud juvenil
Sus altos niveles de cafeína, azúcar y endulzantes se asocian con arritmias y hasta problemas emocionales. En Chile, senadores buscan reactivar un proyecto de ley para regularlas.
Las bebidas energéticas se han instalado en la rutina juvenil en Chile. Hoy son consumidas para mantenerse despierto al estudiar o trabajar y hasta para rendir más en el gimnasio, dicen expertos.
A ello se suma que desde hace años son parte de fiestas y reuniones en combinación con bebidas alcohólicas, una conducta que podría exacerbarse durante Fiestas Patrias.
Loreto Narbona, nutricionista del Centro de Salud Estudiantil de la U. Católica del Norte, comenta: "En la universidad es evidente y preocupante. Hoy atendí a un estudiante que las consume casi a diario para entrenar", relata la especialista.
A nivel escolar, un 37,2% de los jóvenes en Chile las toma algunos días de la semana y casi uno de cada cuatro reconoce haberlas probado en el último año, según un estudio de 2024 de la U. de Chile.
Un sondeo anterior, hecho por la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios (Conadecus), mostró que el consumo en personas de entre 14 y 30 años subió nueve veces de 2010 a 2020.
Se trata de productos que buscan estimular el sistema nervioso central, por lo que suelen contener cafeína (dependiendo del tamaño de la lata, pueden incluir el equivalente a un espresso simple y hasta dos espressos dobles), además de taurina (un aminoácido), azúcar o endulzantes, vitaminas del grupo B, como la niacina, y guaraná o ginseng.
Es precisamente esa combinación la que genera preocupación por sus efectos en la salud juvenil.
A inicios de mes, Inglaterra anunció que avanzará en una ley para prohibir la venta de bebidas energéticas a menores de 16 años, argumentando que su alto contenido de cafeína y azúcar está asociado a problemas de sueño, déficit de atención, hipertensión y obesidad.
Se trata de una medida que ya tomaron otros países europeos, como Polonia y Lituania, donde ya se prohíbe su venta a menores.
Bernardita Lopetegui, cardióloga infanto-juvenil de la Clínica U. de los Andes, señala que los principales efectos en los jóvenes se presentan a nivel cardiovascular.
Por sus niveles de cafeína "pueden aumentar la frecuencia cardíaca hasta la taquicardia, la presión arterial e incluso inducir algunas arritmias cardíacas", asegura Lopetegui.
Según explica, "una energética de 500 ml puede superar fácilmente los límites recomendados de cafeína para niños y adolescentes, especialmente si se suman otras fuentes de cafeína, como chocolate y bebidas".
Raúl Smith, médico deportólogo de Clínica Alemana, señala que el riesgo del consumo durante la práctica deportiva tiene que ver con que la combinación de cafeína, esfuerzo físico y, muchas veces, deshidratación, altera la capacidad del corazón para contraerse y bombear sangre "y eso eleva el riesgo de arritmias y desmayo", advierte.
Más allá del corazón
Los entrevistados son enfáticos en que los efectos van más allá de la salud del corazón. A juicio de Smith, un factor poco visibilizado es el impacto sobre el sueño.
"La cafeína dificulta el descanso profundo, etapa donde se secreta hormona de crecimiento y se consolidan procesos anabólicos esenciales en la adolescencia", explica el especialista. "El déficit de sueño crónico en un menor no solo afecta su crecimiento físico, también compromete la consolidación de la memoria y el aprendizaje escolar", agrega.
El médico explica además que la ansiedad y el insomnio asociados "en los adolescentes, impactan en procesos clave del cerebro, como la poda sináptica, un proceso que ocurre principalmente desde la infancia y hasta la adolescencia y donde se eliminan las conexiones (sinapsis) que no son útiles y se refuerzan las que son más fuertes y necesarias".
De acuerdo con el experto, "esto significa que se puede alterar la plasticidad neuronal, la memoria y la regulación emocional".
En esa línea, Pamela Jaure, nutricionista de Clínica Indisa, confirma que el consumo de estos productos en los jóvenes "se vincula a cambios en las conductas, a ser un poco más agresivos, reportar depresión, angustia y, en general, más problemas emocionales".
Respecto de la salud mental, Narbona señala que trabajos han demostrado "que el uso de energéticas puede aumentar en casi un 67% la hiperactividad", además se ha visto que influyen en la salud mental.
Todos concuerdan en que el mensaje es claro: no consumirlas en menores de edad.
"Lo que se vende como energía inmediata, puede terminar siendo un obstáculo para el rendimiento académico, deportivo y la salud a largo plazo", puntualiza Smith.
Qué ocurre en el paísA nivel local, un proyecto de ley introducido en 2022 buscó prohibir su venta a menores de 16 años debido a sus efectos en la salud. María José Gatica, una de los senadores que lo impulsaron, explica que este quedó en primer trámite constitucional. Sin embargo, la parlamentaria asegura que han decidido retomarlo. "Queremos revivir su tramitación en la Comisión de Salud y, eventualmente, solicitar al Ejecutivo que ponga urgencia". El senador Juan Luis Castro, otro de sus impulsores, señala que esto "permite que Chile se ponga a tono con las circunstancias, ya que si bien es lícito consumir estos productos, hay riesgos inherentes a sus altas dosis de cafeína y endulzantes".