La chilenidad
Sin saber muy bien en qué consiste exactamente, suele darse también a estos días de Fiestas Patrias el nombre de la "semana de la chilenidad"
Sin saber muy bien en qué consiste exactamente, suele darse también a estos días de Fiestas Patrias el nombre de la "semana de la chilenidad". Es una manera de resaltar lo más propio de nuestro país, que no es igual en todas sus regiones, pero que en el mes de septiembre homogeneiza de manera festiva un sentir nacional bajo una misma bandera, himno y escudo. Pero tampoco es meramente ello, pues en todas partes hay celebraciones al alero culinario de las empanadas, la chicha y el vino tinto.
Sin embargo, este jolgorio no es suficiente para unir a Chile. De hecho, me pregunto por qué este clima dieciochero se olvida tan rápidamente durante el resto del año. Es como si el espíritu de unidad únicamente durara una semana, pero el espíritu de división prácticamente se apropiara de casi todos los otros momentos del calendario. En vez de cultivar la fraternidad, el frenesí político y existencial, tan mal alimentado por las redes sociales, intensifica la polarización y la odiosidad. Es como nutrir de beligerancia a la ciudadanía y no tratar de comprender que la nación a la que pertenecemos requiere de un esfuerzo mancomunado en favor del bien común, de la justicia sin apelativos, de una institucionalidad robusta y de una conciencia cívica que respete por igual a quienes coinciden y a quienes discrepen.