Parques nacionales, tesoro de todos
Confieso, este es un tema que me engolosina, hablar de los parques nacionales naturales, porque en su seno se encuentra gran parte de la riqueza natural del país y por ello los he recorrido casi todos, a pie, sudándolos y amándolos
Confieso, este es un tema que me engolosina, hablar de los parques nacionales naturales, porque en su seno se encuentra gran parte de la riqueza natural del país y por ello los he recorrido casi todos, a pie, sudándolos y amándolos. Sufren hoy de grandes problemas, como todo el país. Pero hoy voy a hablar de los 65 años de su fundación. El primer parque creado fue el de Los Guácharos, en el Huila. Si Colombia es el primer país en biodiversidad en el planeta, habida cuenta de su extensión (Brasil es el primero), es en los parques nacionales donde se concentra la mayor biodiversidad de flora y fauna. Tenemos 60 parques nacionales y justo es decir que aumentan las reservas privadas de la sociedad civil, que son áreas privadas cuyos dueños han decidido preservar sin abandonar la explotación sostenible agrícola o ganadera. Tenemos parques nacionales en todos los ecosistemas del país. Varios en la selva amazónica. Destaco Chiribiquete, la perla de la corona, uno de los parques más grandes y bellos del mundo; sus ríos de aguas negras brillantes, sus cascadas y sobre todo sus tepuyes, en cuyas paredes hay miles de petroglifos, son de impresionante belleza. En los Llanos poseemos el parque Tuparro, cuyo núcleo central es el Orinoco; su raudal de Maipures fue declarado la Octava Maravilla del Mundo por Humboldt. En la costa norte las playas del parque Tayrona fueron destacadas entre las más bellas del mundo. En la Alta Guajira nos enorgullecemos con una montaña de bosque nublado que se levanta en medio de las arideces del desierto. Allí nunca llueve, los árboles toman la humedad de las nubes. Se trata de La Macuira. También en la costa norte poseemos un tesoro, único en el planeta: la montaña litoral más alta de la orografía mundial: la Sierra Nevada de Santa Marta, que a su riqueza natural une la cultural de sus etnias ancestrales. Sus picos, Colón y Bolívar, detienen los altímetros a 5.770 metros sobre el nivel del mar. En la costa Pacífica tenemos (y digo tenemos porque los parques nacionales nos pertenecen a todos y debemos hacernos responsables de ellos) el tesoro del parque Gorgona, pequeña isla maravilla del planeta por la cantidad de arroyos que nacen en sus bosques tropicales. Allí se detuvo Francisco Pizarro en su viaje a la conquista del Perú. La mayor cantidad de parques nacionales se encuentran en las tres cordilleras. En el Nudo de los Pastos, donde nacen dos cordilleras, quiero destacar dos pequeños, ubicados en Nariño, tierra de volcanes y bellezas naturales. La isla Corota, en la laguna de La Cocha, y el volcán Galeras son los dos pequeños "parques" que reciben el nombre de santuarios. Chiles, Cumbal, Negro, Azufral, Galeras, Doña Juana y su conjunto y el Bordoncillo son los volcanes de Nariño. En casi todos los volcanes de Colombia he vivido aventuras peligrosas. El Galeras, por ejemplo, explotó ante mis ojos, estando yo a 100 metros de distancia en el llamado cráter externo. Tengo aterradoras fotos. En las cordilleras tenemos los parques de montañas nevadas: el Puracé, donde nacen el Cauca, el Caquetá, el Patía y el Magdalena; el del Nevado del Huila, que conserva la masa de nieve más extensa de Colombia; el de los nevados del Ruiz, Tolima, Cisne y Santa Isabel y el de la sierra nevada del Cocuy o Güicán. Los parques son vitales en la economía del país porque son fábricas de agua. Los páramos de Chingaza y de Sumapaz "atenazan" a la sabana de Bogotá. El segundo es el páramo más extenso del planeta y "dispara" agua para las cuencas del Orinoco y del Magdalena y surte de agua a varios departamentos y a la capital.
65 años de fundación
Andrés Hurtado García