Andrei Sokolov: el ruso que da a conocer Santiago al mundo
El periodista creó un canal de YouTube en el que alaba la capital chilena y presenta sus problemas. Ahora publica un libro homónimo sobre su pasión.
En febrero de 2016, con 23 años, Andrei Sokolov (Rýbinsk, 1992) llegó a Santiago en compañía de su esposa. La idea era quedarse unos meses para vivir la experiencia de una ciudad diferente a las suyas de origen, pero luego continuar el viaje. Habían salido de Rusia, entre otras razones, porque a Andrei, periodista de formación, no le gustó la censura que comenzó a sufrir el canal de televisión en el que trabajaba, después de que el gobierno de Putin invadiera Crimea, Ucrania, en 2014.
Lo que Sokolov no pensó es que se enamoraría de Santiago "a primera vista", como lo indica en su exitoso canal de YouTube "Enciclopedia de Santiago", y en el libro del mismo nombre, que lanzará en estos días. La decisión de quedarse en Chile lo obligó a buscar trabajo -los primeros años como vendedor en Zara-, y a aprender el idioma, pero no perdió la costumbre de recorrer la ciudad y admirar su estilo. En 2021, se lanzó en redes sociales con el canal que se enfoca en temas urbanos y arquitectónicos. Hoy le dedica el 100% de su tiempo y su éxito se grafica en que tiene unos 180 mil suscriptores, más de 142 videos, con unos 20 millones de visualizaciones y 858 mil "me gusta".
La versión en libro de "Enciclopedia de Santiago" (Planeta, tapa dura, 255 páginas, en preventa en librerías) presenta en cuatro grandes capítulos, con varios subtítulos, textos cortos y mucha fotografía, esa mirada de Sokolov sobre la ciudad. Enfocado en el período que va de 1541 a 1920, no es un libro de historia capitalina ni sigue estrictamente un orden cronológico, pero busca "mostrar que Santiago aún mantiene todas las capas de su historia y estos edificios que menciono son como testigos de estos períodos", explica el periodista y divulgador, que al cabo de 10 años en Chile habla y escribe casi perfecto español, con pequeños detalles que no molestan, tanto en sus videos como en el libro.
En su prólogo, el autor señala que a su juicio existen dos tipos de ciudades, las que enamoran de inmediato y las que son más discretas y necesitan ser descubiertas. En esta última categoría estaría Santiago: "Sentí que esta ciudad estaba lista para mostrar mucho más de lo que uno es capaz de ver callejeando sin prestarle demasiada atención", escribe Sokolov sobre nuestra capital.
Ya está pensando en un segundo volumen de su libro, donde avanzará hasta las décadas de 1960 o 1970. Ahí tratará el tema de la planificación urbana, de la cual Santiago tiene buenos ejemplos a lo largo de su historia, pero aún falta. Y no desecha la posibilidad de un tercer libro, porque considera que la ciudad da para muchos enfoques.
Cuenta que hay personas que creen que todo lo que dice sobre su amor a Santiago es márketing, pero afirma que cuando llegó encontró "una ciudad que se veía distinta, fue una experiencia nueva, propia". La describe como "una verdadera sopa arquitectónica", y pone como ejemplo -entre muchos durante esta conversación-, la mezcla que se genera entre el Palacio de La Moneda, neoclásico, y el barrio cívico, modernista. Sokolov ha estudiado e investigado sobre la capital y va contando la historia de edificios, de cómo se construyeron, de cuáles han sido derribados, de plazas y parques como un verdadero conocedor, con mucho dato duro.
Es enfático en que si la gente no conoce su ciudad, su historia, sus tradiciones, no se genera sentido de identidad y no se la aprecia. "Mi canal y mi libro sirven para eso, para dar un poco más de contexto, para entender un poco la historia y el camino que hay detrás", comenta.
Futuro esplendor
Sokolov ya llevaba un par de años acá cuando ocurrió el estallido de 2019. Dice que entiende lo que pasó, pero no comparte la destrucción de la ciudad. Y es crítico: "Ya han pasado muchos años, en octubre vamos a cumplir seis, y la ciudad sigue siendo prácticamente igual". Su crítica apunta a las autoridades -"son cosas que pasan en muchas ciudades del mundo", pero que a corto plazo están limpias nuevamente- y también a los privados que tienen inmuebles rayados y no los borran. "No entiendo cuando escucho a alguien explicando que así estamos por el estallido social, pero fue hace seis años. No podemos usarlo como excusa para no hacer las cosas bien", afirma.
Para él, Santiago tiene mucho potencial y, viendo lo que ha sucedido en otras grandes capitales del mundo -Moscú es su referencia sobre una ciudad que tenía grafitis, mugre y pocas áreas verdes hace una década-, cree que ya está en proceso de mejorar urbanísticamente. Lo que percibe es que hay más conciencia y visión sobre estos temas. "Eso me da mucha esperanza y fe de que algún día Santiago también va a cambiar", señala Andrei Sokolov.