10 candidatostenían menos de 100 días de afiliados a la fecha límite para inscribirse y poder ser candidato presidencial, entre los que se encuentran Carlos Álvarez, Phillip Butters y Mario Vizcarra.
La proliferación de partidos políticos no solo ha fraccionado la oferta electoral, sino que cada vez vuelve más difícil la prospección de candidaturas viables para la presidencia de la República. Un botón de muestra del complicado escenario al que nos enfrentamos es que el 70% (siete de cada 10) de los 47 precandidatos presidenciales han cambiado de camiseta política al menos una vez.
Visto de otra forma, los aspirantes a la presidencia de la República del 2026 han tenido tres camisetas políticas en promedio. Los casos más extremos son los de Alex Gonzales (Partido Demócrata Verde) con nueve camisetas, y Walter Chirinos (PRIN), con siete.
El problema también se visibiliza cuando revisamos los tiempos de afiliaciones de los precandidatos a los partidos con los cuales buscan postular en el 2026. El 66% de los aspirantes tenía menos de dos años registrados a julio del 2024, la fecha límite para inscribirse y postular a la presidencia.
Si miramos más a detalle, encontramos que 10 precandidatos tenían menos de 100 días de afiliados en la fecha límite para inscribirse y poder postular. En este grupo se encuentran Phillip Butters (Avanza País), Carlos Álvarez (País para Todos) y Mario Vizcarra (Perú Primero); estos dos últimos se registraron un día antes del plazo límite.
La problemática se extiende a los símbolos partidarios, donde el 74% de las 39 organizaciones en competencia (36 partidos y tres alianzas electorales) tienen menos de cinco años de vigencia.
?Sin candidaturas viables?
El politólogo Mauricio Zavaleta publicó, en el 2014, un libro titulado ?Coalición de independientes?, donde explicaba las prácticas informales utilizadas por los políticos en el Perú para ganar elecciones sin partidos organizados. Más de 10 años después, Zavaleta sostiene que nos enfrentamos a un escenario más impredecible donde no se puede visibilizar candidaturas viables.
?Antes podías decir que no había partidos, pero podías hablar de candidaturas viables. En la medida de que ya no existe eso, la idea de la coalición de independientes se deshace y la prospección también. Ese cálculo prospectivo de viabilidad no existe y todo es más desordenado, estás a oscuras, todos: agentes políticos y electores?, explica.
Sin candidaturas viables ?anota el politólogo?, el cálculo se reduce a que cualquiera puede ser presidente, en un escenario donde un candidato puede llegar a segunda vuelta con poco más del 10% de votos. En esa línea, Zavaleta refiere que en los últimos años han existido factores heterogéneos que han definido los votos entre una población cada vez menos atenta al quehacer político.
?En el caso del Frepap [2020], se habló de que tenían un trabajo de bases, pero parece ser que fue su logo del pescadito lo que llamó la atención. Si hubieran tenido bases, se hubieran mantenido en el tiempo. En Perú Libre [2021] tampoco hay evidencia de un trabajo consistente de una red de profesores a favor de Pedro Castillo. Sabemos que la gente se dejó llevar por la campaña en la calle cuando aún estábamos en un escenario de COVID-19, pero no por una red organizada de algún tipo?, apuntó el politólogo.
?El factor rebeldía?
En Tenemos que Hablar, el podcast de El Comercio, el analista político Enzo Elguera también hizo referencia a los factores heterogéneos que pueden definir la campaña, como sucedió en el 2020 con el caso del Frepap.
?En los diversos estudios que realizamos, se determina que los electores no marcan por ningún líder político, sino que en rebeldía a lo ya conocido pueden terminar dando su voto a un logo que les parece gracioso sin importar qué candidato sea?, aseguró el CEO de Imasolu, quien además contó que en estudios posteriores a la elección del 2020 pudieron determinar que el apoyo al Frepap se tomó en las colas de votación.
?El tema es que ahora hay más de un símbolo partidario gracioso, entonces el enfoque puede que no sea muy fuerte hacia una sola marca, sino diluirse?, apunta.
Para Mauricio Zavaleta, también podría darse un escenario donde, entre tanta oferta, el electorado se incline hacia aquellos logos conocidos o ?neutros?, y nombró dos ejemplos: ?Por mas que pasó lo de [Manuel] Merino y su rol en un Congreso desprestigiado, Acción Popular se ha mantenido y la gente podría tener una asociación neutra hacia su logo. Lo mismo con Somos Perú, el corazón es una marca neutra?.
Ante tanta dispersión, tampoco se descartan otros factores. ?Estás a un momento viral de ser presidente del Perú, esa es la situación real?, concluye Zavaleta.
?Paso en falso?
Una de las grandes incógnitas en la campaña será el despliegue de las candidaturas en el sur del país. Varios de los aspirantes al sillón presidencial han comenzado a visitar o dirigir sus mensajes hacia esta zona, especialmente a Puno, buscando capitalizar votos tras las protestas del 2022.
Algunos partidos han empezado a incorporar políticos de izquierda bajo la lógica de que este espectro domina la región. Otros partidos como Nuevo Perú han sacrificado sus candidatos naturales en busca de postular a una persona de la zona.
Pero para Luis Idme, un comunicador puneño que realiza una investigación académica del estallido social del 2022, existe una lectura equivocada de los partidos sobre el voto en Puno. ?El tema más importante no es si el candidato es o no de izquierda. Va por el lado de que si tiene características identitarias con Puno. Por ello, [Vicente] Alanoca cree tener respaldo, pero no es necesariamente es así?, apunta.
¿Algún candidato de derecha podría enganchar en Puno? Idme considera que sí, pero no de la manera como lo vienen abordando, donde se ha visto a candidatos como Rafael López Aliaga entregando motos o Keiko Fujimori enviando a sus congresistas a la región. ?En Puno, la población es conservadora, esa es una ventana?, dijo.
Pero Idme advierte que cualquier paso en falso puede ser perjudicial. ?Puno castiga duro en términos electorales porque es cohesionado. […] Mientras que en Lima dejan de ir a votar y permiten que un candidato pierda, en Puno tienen un voto cerrado que te permite ganar?, concluye.
El 74%
de los símbolos
partidarios en competencia tiene menos de cinco años
de vigencia.