Coincidencia
Los momentos grises y amargos del fútbol chileno, selección, mundiales, fracasos y torneos interrumpidos, avanzaron en paralelo con el arribo, entronización y el posterior dominio de las casas de apuestas online
Los momentos grises y amargos del fútbol chileno, selección, mundiales, fracasos y torneos interrumpidos, avanzaron en paralelo con el arribo, entronización y el posterior dominio de las casas de apuestas online.
Nombres y siglas que antes no existían aparecieron de forma global y para los espectadores, vale decir las personas y más bien para el ser humano, las apuestas son como anillos en los dedos. Calzan, lucen y no molestan. Están en la naturaleza, y el juego tiene tantos años como la injusticia, o sea que es antiguo y además tiene futuro.
Patrocinan los torneos de fútbol, colocan publicidad donde haga falta y también en la sopa, se distinguen en los canales especializados y programas deportivos, carecen de techo y se les nota el billete contante, abundante y largo.
Un dispendio que también llega a los exfutbolistas que ahora son los rostros sonrientes y encantados de las casas de apuestas en la versión blanca e inofensiva del juego: entretenerse nomás, divertirse con mesura y pasar el rato en solitario o acompañado.
¿Apostar, ponerse nervioso, seguir los resultados y ver en familia si se ganó o se perdió? También es posible, porque es un ejercicio familiar y así de saludable es el asunto. Incluso inocente y amable. Jugar es un placer sano.
¿Se podrá apostar en contra del equipo del propio papá, que fue la persona que lo hizo querer al equipo de sus amores, lo llevó al estadio y le traspasó el cariño por el fútbol? Afirmativo, se puede, y no es nada ofensivo, es lúdico, un rato agradable que se pasa. Si el caballero está vivo se le dice, siempre y cuando sea de criterio amplio y lo mantenga vigente, si no es así y ya está discontinuado, entonces no se le dice y no pasa nada. Y si ya descansa en paz, en ese caso, daría como lo mismo.
El caso es que el declive de los campeonatos y las mayores desgracias de la selección chilena coincidieron con la llegada al país, tan rápida y cómoda, de esas casas de apuestas que incluso se anticiparon a la legislación vigente, porque desenfundan antes que las leyes y juegan al lobby con técnica, recursos y ojos cerrados.
El desembarco se produjo al mismo tiempo que los desbarajustes en los torneos, interrupciones varias, decisiones administrativas que alteran las tablas y participación activa de los tribunales en multas y desafiliaciones.
Los malos y tristes tiempos del fútbol chileno -oscura multipropiedad, campeonatos mediocres y desclasificación general- están en línea temporal con la instalación, negocio y auge de las casas de apuesta on line.
No hay que sacar análisis lentos y menos apresuradas conclusiones, se trata simplemente de coincidencias, concordancias y sincronías.
Eso sería todo. Todo sería eso.