Miércoles, 24 de Septiembre de 2025

Siete de cada diez municipios del país están en riesgo fiscal

ColombiaEl Tiempo, Colombia 24 de septiembre de 2025

El panorama de las finanzas municipales en Colombia se ha tornado más complejo, de acuerdo con el más reciente Índice de Desempeño Fiscal (IDF) presentado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP), que muestra que 7 de cada 10 municipios del país se encuentran en condición de riesgo o deterioro

El panorama de las finanzas municipales en Colombia se ha tornado más complejo, de acuerdo con el más reciente Índice de Desempeño Fiscal (IDF) presentado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP), que muestra que 7 de cada 10 municipios del país se encuentran en condición de riesgo o deterioro. Según el informe, en 2024, el promedio nacional del índice descendió a 55,86 puntos, frente a los 57,57 reportados en 2023, rompiendo así con la tendencia de recuperación que se había observado entre 2021 y 2023; período en el que los municipios venían realizando un mayor esfuerzo por fortalecer sus ingresos propios y por manejar con mayor eficiencia los recursos disponibles. Más allá de la ruptura de esta tendencia, llama la atención que, de acuerdo con el DNP, la caída responde en gran parte a un empeoramiento en el balance primario, a un incremento de la dependencia de las transferencias de la Nación y a una reducción en la formación bruta de capital fijo. Estos tres factores restaron puntos de manera significativa, y aunque la gestión financiera aportó un leve alivio, no alcanzó a revertir la caída. Dicho de forma simple, las finanzas territoriales perdieron músculo propio, gastan más de lo que generan, dependen cada vez más de los giros del Gobierno central y han reducido su capacidad de invertir en infraestructura y proyectos productivos. La fotografía del Índice de Desempeño Fiscal muestra contrastes notables en los que Bogotá, por ejemplo, alcanzó 77 puntos, situándose muy por encima del promedio nacional, mientras que los municipios clasificados en la tipología 5, los de menor capacidad fiscal y administrativa, apenas rondaron entre 52 y 53 puntos. Acá no hay un dato menor si se tiene en cuenta que la brecha entre la capital del país y estos municipios supera los 24 puntos, un reflejo de las profundas desigualdades en la capacidad de generar ingresos, planear el gasto y ejecutar proyectos de inversión. Entre los más de 1.000 municipios medidos, solo Samacá, en Boyacá, logró ubicarse en el rango de "sostenible", un logro que resalta en medio de un panorama mayoritariamente adverso. Las cifras también confirman que la dependencia de los recursos que transfiere el Gobierno central sigue subiendo, pues en 2024, el 50,2% de los ingresos municipales provino de esas transferencias, con un alza de 15% frente a 2023. En contraste, los ingresos propios apenas registraron un avance de 1,6%; dejando claro que las regiones han ganado más músculo financiero gracias al flujo de recursos nacionales, pero no logran consolidar un crecimiento sostenido en su base tributaria, lo que las hace más vulnerables a los ciclos de gasto público y a la disponibilidad de caja del Gobierno central. Por el lado de los gastos, la presión también se hace evidente, ya que en 2024, los municipios registraron egresos por $134,7 billones de pesos, con un comportamiento que refleja tensiones entre las obligaciones; mientras que la inversión cayó 1,1%, el gasto de funcionamiento retrocedió 5,3% y el servicio de la deuda se incrementó en 7,7%. En términos de sostenibilidad, el saldo de deuda municipal alcanzó $24,8 billones, concentrado en Bogotá, que explica el 43,2% del total, seguida por ciudades como Barranquilla, Medellín y Cali. DNP destaca que el retroceso del IDF se explica en gran medida por el deterioro en el balance primario, que perdió 1,79 puntos frente al año anterior, mientras que la dependencia de las transferencias restó 0,97 puntos y la formación bruta de capital fijo cedió 0,81. La gestión financiera, en cambio, sumó 2 puntos positivos, impulsada por mejoras en planeación, ejecución e ingresos, aunque estos avances resultaron insuficientes frente a las demás debilidades. En resumidas cuentas, pese a ciertos avances en la gestión financiera, las finanzas territoriales siguen atrapadas en un círculo de fragilidad que recorta su capacidad de inversión a mediano y largo plazo. En el desglose regional hay que destacar que la región Caribe fue la única que mostró una mejoría en 2024, con un aumento de 1,6 puntos en su indicador, gracias a un mayor balance primario y a una mejora en la capacidad de recaudo. En contraste, regiones como Centro Oriente, Eje Cafetero y Llano registraron las caídas más marcadas, con retrocesos promedio de 3,3 puntos. Así mismo, los resultados por tipologías de municipios muestran que aquellos con mayores capacidades, como Bogotá y las grandes ciudades agrupadas en la tipología 1, obtuvieron los mejores desempeños en dimensiones como los resultados fiscales, que pesan un 80% del indicador, y la gestión financiera, que representa el 20% restante. En cambio, las tipologías 4 y 5, que agrupan a municipios más pequeños y con menores recursos administrativos, concentran la mayor fragilidad y muestran una dependencia mucho más marcada de las transferencias nacionales. En este contexto, las recomendaciones apuntan a fortalecer la capacidad tributaria local, punto en el que Planeación Nacional insiste en la necesidad de actualizar catastros, ampliar la base de contribuyentes y mejorar los procesos de recaudo. Al mismo tiempo, sostienen que se requiere focalizar la asistencia técnica en los municipios que se encuentran en mayor riesgo, con el fin de fortalecer la planeación, la ejecución y el control de los recursos públicos, ya que sin estas acciones, será difícil que los municipios logren avanzar hacia un desempeño fiscal sostenible.
El panorama deja una mezcla de señales en las que por un lado, la resiliencia mostrada por algunas regiones, como el Caribe, indica que es posible mejorar con disciplina fiscal y con un esfuerzo decidido en el recaudo, pero por el otro, la situación de las tipologías 4 y 5 revela que buena parte del país enfrenta retos estructurales que requieren intervenciones más profundas. Así las cosas, Planeación Nacional pone sobre la mesa nuevamente que la disparidad entre Bogotá y los municipios de menor capacidad es un recordatorio de que la descentralización en Colombia todavía tiene un largo camino por recorrer para traducirse en autonomía fiscal real.
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