Los veedores
¿Vendrán los veedores al Mundial Sub 20? Seguramente
¿Vendrán los veedores al Mundial Sub 20? Seguramente.
No vienen Lamine Yamal, Franco Mastantuono, Désiré Doué o Claudio Echeverri, porque a ellos ya los vieron. A algunos los vieron de niños y a otros fueron viéndolos y formándolos al mismo tiempo.
El sueño del ojeador, seguramente, es dejar de ser veedor independiente y por libre, o sea que te pagan por descubrimiento o recomendación, y eso es difícil de cuantificar y probar.
Lo ideal debe ser estar contratado por algún club, donde la institución asume que tiene un ojo calculador, avizor y prospector, es decir, mirando el presente de un cabro bueno para la pelota, descubre a un gran jugador profesional en el futuro.
Veedor con cargo fijo y sueldo mensual, imposiciones, seguro y vacaciones, y cuanto más largo el nombre del cargo, mejor que mejor.
Un ejemplo es Francis Cagigao en el Arsenal, según los datos que aparecen en Wikipedia, un universo siempre en expansión, se indica que fue Secretario Técnico del Arsenal FC, por un lado, y el otro lado no está en mayúscula, pero de seguro le gustaría: Jefe del Área de Visualización, Detección y Reclutamiento de Talentos.
En Chile fue por casi dos años Director Deportivo de las Selecciones Chilenas y/o Director Deportivo de la Federación de Fútbol de Chile, y demostró que no servía y su aporte fue minúsculo.
Se fue al Galatasaray turco como Director Deportivo de Relaciones Internacionales y Scouting: duró un año y medio. Ahora está en el Spartak de Moscú y el cargo habría que buscarlo y no merece la pena, en todo caso no es tan pomposo, quizás se convierte en un español menguante y vuelve a sus raíces: un ojeador.
¿Vendrán los veedores al Mundial Sub 20?
Seguro que sí, y si encuentra a uno, cuidado, porque son de labia y simpatía sin igual, en ellos habita un cuentista oral más un feriante y un vendedor de ilusiones, en otras palabras, se trata de hombres encantadores que conocen los secretos, los chismes y los inventos del fútbol. A los primeros que se engrupen, si la palabra aún existe, es a los que saben de fútbol; es lo lógico, deben hechizarlos para que asuman y defiendan, sin darse cuenta, eso sí, lo que el veedor prefiere, que por lo general coincide con lo que le suma. Y también deben cautivar, una vez detectado y observado el posible talento, al familión del talentoso, que se diría es numeroso, apurón y necesitado.
Su misión es antigua y clásica: identificar talentos y eventualmente, cazarlos.
Su fantasmal figura es un incentivo para esos jugadores mundialistas que a lo mejor sueñan con lo que tantas veces les han recitado, y que dice más o menos así: "Te están siguiendo, en la tribuna están y llegaron de todo el mundo, desde luego de Europa, te están mirando, evaluando, observando y analizando, porque eso es lo que hacen, son los veedores, para eso están acá, vinieron a descubrir, la cosa es que te descubran".