Silvio Rodríguez: de su primer concierto en Buenos Aires a su nueva visita a la Argentina, tras siete años
Silvio Rodríguez en una imagen de 2009; el trovador cubano se presenta este fin de semana en el Movistar Arena
La canción "Unicornio" es muy clara
Silvio Rodríguez en una imagen de 2009; el trovador cubano se presenta este fin de semana en el Movistar Arena
La canción "Unicornio" es muy clara. Silvio Rodríguez lo ha explicado decenas de veces. Dijo que él tenía un unicornio, que era de color azul, que se le había perdido y que pedía a cualquiera que tuviera información, que lo ayudara. Pero como toda buena canción de las que tiene en su repertorio, ésta ha tomado vida propia y eso significa que cada uno pudo darle el significado que quiso (o, sobre todo, que necesitó). "Lo más interesante que tiene esa canción es la capacidad de participación que convoca. Para cada persona, es su propio unicornio y me parece que es justo que así sea". Esto también lo ha dicho algunas veces, pero lo que tiene de particular, en la víspera de una nueva visita a la Argentina - el 11, el 12 y el 21 de este mes cantará en el Movistar Arena - es que con aquellas textuales palabras lo explicó hace cuatro décadas, en la primera visita que hizo a la Argentina.
Este fin de semana, vuelve con toda su historia, con sus viejas canciones, con las más recientes, esas del siglo XXI que publicó en su último álbum; con canciones prestadas de otros grandes que fueron estandartes de la Nueva Trova (Vicente Feliú, Noel Nicola y Pablo Milanés) y con una banda que lo cobija. Silvio Rodríguez promete un concierto sin pantallas, a pura canción
Nacido como Silvio Rodríguez Domínguez hace 78 años, en San Antonio de los Baños, Cuba, no ha perdido las mañas ni cierta mordacidad que, en este caso, tiene que ver con la defensa sincera de la palabra y la melodía. La promoción del espectáculo advierte al público con un mensaje: "Importante: este será un concierto para entregarse al arte musical a través de la canción, por lo cual no usaremos pantallas laterales. Gracias por su comprensión". Con esto no solo quiere decir que su imagen no estará amplificada a cada lado del escenario sino que, realmente, se apuesta a algo que ha caído en desuso, el protagonismo absoluto de las canciones.
De algún modo, eso, aunque no sea una decisión deliberada, conecta (al público y al trovador) con aquellos tiempos en los que inauguraba sus visitas a nuestro país. Hoy usa unos enormes auriculares para tener un buen retorno de su voz. En aquel tiempo, para tener la certeza de su afinación, tapaba su oído con la mano. Hoy, sigue llevando su mano a la oreja, pero cuando el sonido de su voz se mezcla con el gran coro que el público, de cualquier país donde se presente, canta de principio a fin canciones emblemáticas, como "Ojalá".
"‘Ojalá’ es una canción que le hice a una novia que tuve cuando yo estaba en el servicio militar. Tenía 18 años, nos dejamos de ver y luego de cuatro o cinco años me salió esa canción, por la idea esa, obsesiva, que tenía del recuerdo y la añoranza de aquella relación que fue muy linda", contaba Silvio, hace más de cuatro décadas, durante una entrevista con Liliana Daunes, previa a los conciertos que había dado por primera vez en Buenos Aires, junto con Pablo Milanés.
Era abril de 1984 y el furor por la música de la trova cubana, a pocos meses de recuperada la democracia en la Argentina, hizo que las siete funciones inicialmente programadas en el Estadio Obras, terminaran convertidas en 14. Aquel recinto del básquet vernáculo que se perfilaba como templo rockero recibió en ese tiempo a dos embajadores de una canción que, por estas pampas y hasta ese tiempo, se escuchaba en discos o casetes grabados, medio a escondidas.
Como un embajador
En Cuba, el proceso que significó la Revolución del 59 llevaba un cuarto de siglo de gestión. En sus primeros diez años se gestaron movimientos como el de la Nueva Trova. Y si bien Silvio Rodríguez no fue su único referente, fuera de la isla se convirtió en uno de sus principales embajadores.
Sobre el escenario del Estadio Obras, Milanés se encargaba de verter su un repertorio que tenía tanto de obra poética como musical, porque el sonido de su grupo, el tipo de canción que interpretaba y los arreglos musicales, conformaban un frondoso paisaje latinoamericanista. Silvio, en cambio, solo con su guitarra, era el más exquisito juglar. "Fuimos herederos de una trova que había existido desde mediados del siglo XIX y atravesado diversas etapas. La nueva trova no es más que los muchachos de mi generación que nos toca agarrar la guitarra en pleno proceso revolucionario", ha dicho en otras entrevistas más recientes. Silvio Rodríguez durante la grabación de su último álbum
Los conciertos se convirtieron en un testimonio discográfico , repartido en dos volúmenes de unas diez canciones cada uno, que fue presentado simplemente como Pablo Milanés y Silvio Rodriguez, en vivo en Argentina . Además de una estructura central con las canciones de Pablo y las de Silvio, y un final compartido, a modo de bises, con títulos como "Yolanda" y "Óleo de mujer con sombrero", hubo invitados en distintas noches, como Víctor Heredia, el Cuarteto Zupay, Antonio Tarragó Ros, César Isella, Piero y León Gieco. Por otra parte, Canal 7, por entonces llamado Argentina Televisora Color (ATC) hizo un programa especial en el que además de transmitir completo uno de los conciertos, agregó inserts con las entrevistas de Daunes a los protagonistas.
En aquella charla, Rodríguez dio más detalles del surgimiento de la Nueva Trova: "Al momento del triunfo de la Revolución éramos jóvenes que teníamos entre 10 y 15 años. Nos tocó, junto a nuestra generación, una serie de tareas muy contingentes durante la década del sesenta. Todas esas vivencias hicieron nuestra forma de pensar y de cantar", decía el trovador. "Hay canciones que tienen que ver con la forma mía de decir y con la canción en general. Es el mismo hombre y el mismo amor el que se mueve en todo esto. Es el mismo hombre que juega con su hijo en un parque, que ama a una mujer [...] o va a otro país para compartir lo que sabe y conoce, para estrechar lazos de amistad, para internacionalizar. Creo que yo mezclo todo", decía antes de comenzar la serie de shows. Silvio Rodríguez y Lucio Alfiz (fallecido en 2021), productor responsable de tantas visitas del cantautor a la Argentina
Pantalón de jean, remera y camisa encima abierta hasta la mitad, como se usaba en aquellos años. Y sin pantallas, como también elige en esta gira 2025. Desde aquel otoño del 84 , fueron varias las veces que Rodríguez volvió a nuestro país. Hubo otros lugares para recibirlo, como el Luna Park (allí estuvo en la mayoría de sus últimas venidas) y actuaciones en grandes escenarios, al aire libre, fuera del circuito habitual donde se realizan conciertos. En 2005 cantó en Mar del Plata, durante la III Cumbre de los Pueblos de América. En 2015 ofreció un concierto multitudinario en la plaza Martí de Villa Lugano.
Tres años después, actuó en Villa Domínico, otro show gratuito que convocó a unas 100.000 personas.
A siete años de esa última visita, Rodríguez emprendió un tour, de septiembre a noviembre, que incluye Chile, Argentina, Uruguay, Perú y Colombia. En medio de ese periplo dio un concierto Cuba -tras cinco años sin cantar allí- en la puerta de la Universidad de La Habana, que se viralizó en redes y que se puede encontrar en Youtube. Quizá, sirva como una especie de previa para que los más fanáticos tengan para disfrutar antes de los shows del Movistar Arena.
Allí comenzó con los versos de Martí: "Los hombres han de vivir en el goce pacífico, natural e inevitable de la libertad, como viven en el goce del aire y de la luz" (...). Ser bueno es el único modo de ser dichoso. Ser culto es el único modo de ser libre. Pero, en lo común de la naturaleza humana, se necesita ser próspero para ser bueno".