Martes, 14 de Octubre de 2025

Nueva vacancia en Perú

ChileEl Mercurio, Chile 13 de octubre de 2025

José Jerí Oré es el octavo Presidente del Perú en 10 años. El Congreso desalojó a Dina Boluarte, en un nuevo proceso exprés, validado por la Constitución, en el que basta argumentar "incapacidad moral para ejercer el cargo" para reemplazar al mandatario.

Boluarte enfrentaba válidas críticas de la ciudadanía por el descontrol total de la seguridad y el aumento de la criminalidad organizada. También, por su ineficiencia en el manejo del gobierno, pero la mayoría de los congresistas había rechazado seis mociones de vacancia, con las bancadas fujimoristas y de centroderecha apoyándola. Esta vez, los partidos que la defendían ya no pudieron abstraerse, al agudizarse la crisis de inseguridad, tras un tiroteo en un recital dentro de un recinto militar, además de las protestas de los transportistas por la falta de protección ante una ola de extorsiones que ha dejado un centenar de choferes muertos. Así, los políticos también hicieron un cálculo electoral, pues los peruanos podían culparlos a ellos de la crisis. Mientras, la desconexión de Boluarte con la realidad nacional había quedado reflejada en su respuesta a los autobuseros: "La mejor opción para no ser víctima de extorsión es no abrir los mensajes, anotar el número y dar cuenta a la policía".
Jerí, congresista de 38 años, con algunas investigaciones pendientes que ensombrecen su trayectoria, tiene la obligación de ejercer el mandato de transición con prudencia, para que las próximas elecciones resulten en un gobierno serio, comprometido en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado, de modo que la ciudadanía recupere la confianza en las instituciones y en la clase política.
Republicanos y demócratas en un tira y aflojaEn el ambiente de polarización que se vive en Estados Unidos, donde el Congreso está dividido entre republicanos y demócratas, con leve mayoría oficialista, las disputas políticas adquieren carácter de guerra partidista, sin salidas fáciles. Ambos partidos miden fuerzas en el debate legislativo por el presupuesto de 2026, que debió aprobarse antes del 30 de septiembre. La falta de acuerdo provocó un cierre parcial del gobierno, el temido shut down , con varias agencias federales afectadas por la suspensión de sus empleados y las consecuentes molestias para los usuarios.
Las actividades de las agencias federales están financiadas anualmente en la ley de presupuesto ordinario, y si no se aprueba en el plazo, son necesarias las llamadas "resoluciones de continuidad", que permiten financiar temporalmente las actividades, hasta la aprobación final de la ley. En la Cámara de Representantes se aprobó, el 19 de septiembre, una de esas resoluciones, que permitiría solventar los gastos del gobierno hasta el 21 de noviembre. Sin embargo, en el Senado fue imposible darle el visto bueno antes de la fecha límite, por lo que a partir del 1 de octubre parte de las oficinas públicas debieron suspender a sus empleados, a los que no se les puede pagar hasta que se aprueben las partidas presupuestarias definitivas o, al menos, las transitorias. Y aquí es donde los demócratas están aprovechando el único poder que tienen ante una administración que controla no solo la Presidencia sino las dos Cámaras (amén de contar con una mayoría conservadora en la Corte Suprema), y a la que acusan de estar excediéndose en sus poderes y hasta de avanzar a un autoritarismo. En este escenario, el shut down es una carta que no están dispuestos a ceder.
Bloqueo por una causa muy popularEs sabido que el partido que provoca un cierre de gobierno tiende a ser culpado por el electorado, pero esta vez los demócratas, más que esgrimir razones políticas o ideológicas, han levantado una bandera muy popular entre todos los norteamericanos, de cualquier color político: la condición que ponen para destrabar es que antes se apruebe una extensión a los subsidios de salud (incluidos en la Affordable Care Act, el famoso "Obamacare"), que permiten que millones de personas obtengan un seguro para atención médica, los que expiran antes de fines de año. Esta propuesta es apoyada por el 78% de los electores, según encuestas recientes, pero los republicanos sostienen que el sistema está quebrado y debe reformarse por completo.
Más allá de esa postura (el partido de Trump ha hecho esfuerzos permanentes para eliminar o modificar el "Obamacare"), muchos republicanos reconocen que tienen que hacer algo para evitar que, al vencer los subsidios, millones de personas deban pagar el doble por sus seguros de salud, lo que puede ser políticamente muy perjudicial de cara a las elecciones legislativas del próximo año. En el Senado, una parte del oficialismo estaría dispuesta a negociar, pero los líderes del partido se niegan a cualquier diálogo si antes no termina el cierre del gobierno. Y ahí ha estado el bloqueo, con ningún lado cediendo su posición. Para aprobar una resolución, el Senado necesita 60 votos; los republicanos solo han alcanzado a reunir 54.
Trump no ha estado ajeno al debate, culpando a la oposición del cierre, amenazando con terminar el financiamiento a planes muy populares entre los demócratas o cortando proyectos de infraestructura en los estados gobernados por sus adversarios. Pero son los senadores los que manejan el asunto. Es probable que mañana, cuando se reanuden las sesiones y se vote el proyecto aprobado en la Cámara (que el Senado ha rechazado siete veces), se tengan indicios del camino para salir de la crisis. Algunos cierres en gobiernos anteriores se han prolongado apenas unos días; otros, como el de 2018-2019, duraron más de un mes.
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