Martes, 14 de Octubre de 2025

Marxismo cultural

ColombiaEl Tiempo, Colombia 13 de octubre de 2025

Permítame, amigo lector, ofrecerle un análisis de la realidad cultural en nuestros contexto geográfico e histórico y su extensión como pandemia en todas las esferas sociales

Permítame, amigo lector, ofrecerle un análisis de la realidad cultural en nuestros contexto geográfico e histórico y su extensión como pandemia en todas las esferas sociales. Me ha servido de pauta el gran escritor inglés, muerto en 2020, Roger Scruter, que en uno de sus libros analiza este fenómeno. El hombre postmoderno ha desplazado el pensar por el sentir, ha generado una actitud acrítica frente al mundo que vive. Los paradigmas de otrora se rechazan con actitud iconoclasta, repeliendo el pasado como causante de todas las desgracias. Estamos pasando por una crisis de adolescencia cultural alimentada por un sinnúmero de factores. Padecemos un sincretismo, tragado sin ningún metabolismo racional. La nueva revolución marxista no busca el poder político sino conquistar la mente, trasformar la cultura. Esta batalla no es meramente académica, sus consecuencias se extienden a todos los campos de la vida: la familia se siente atacada como estructura opresora, la religión es desacralizada y reducida a superstición, la historia nacional es reescrita como narrativa de culpa y vergüenza. Se sacan de tajo los paradigmas que han caracterizado a la civilización occidental; la educación abandona la trasmisión de conocimientos por adoctrinamiento ideológico; en los centros educativos de educación media y universitaria, muchos docentes envenenan a los estudiantes analizando con agresividad el pasado y culpándolo de todos los desastres actuales; se denigra del ayer, para absolutizar el presente. El tan trillado discurso sobre exclusión e inclusión es presentado como una salida para rechazar todas las discriminaciones del pasado, pero a la par se condena con vehemencia cualquier disenso a este nuevo paradigma. ¡Qué sofisma de distracción! Aparece la dictadura de un relativismo moral: nada es fijo, se vive el ahora sin ningún parámetro ético. Emerge en este caos moral un marxismo cultural que opera como un ácido que corroe lentamente los pilares de la civilización "cristiana". Para estar a tono con estos nuevos modelos de comportamiento hay que tragarse las cosas enteras e hipotecar todo sentido crítico. ¡Qué horror! Las mascotas no se adquieren, se adoptan, ¡ah! Porque se han personalizado. ¡Qué cambio! ¿Verdad? Los humanos se han animalizado y los animales se han humanizado. Y, lo más grave, todo se ve como normal. ¡Qué ironía! Los animales tienen derechos. En esta secuencia, ¿por qué no decimos también que son sujetos de deberes? Volvemos a un neopaganismo: por defender el medioambiente -que es loable y de perentorio respeto- se adoran los valles, los bosques, los ríos, las montañas, etc. Pregunto: ¿Esto es evolución o involución? Aparece una tal ideología de género que afirma en forma magistral: el sexo no es biológico, la diferencia es una herencia cultural obsoleta. ¡Qué terrible! Todo el mundo se traga el anzuelo sin digerirlo. Otro adefesio: el aborto es un derecho. ¡Qué tragedia! Se admira el cachorro que lleva la señora y se ignora a la dama embarazada. Estamos cultivando una sociedad resentida: Todo el pasado es un desastre. A derribar los símbolos culturales e históricos: fuera esculturas que nos recuerdan genocidios -según ellos-. ¿Qué entronizamos ahora? La apología del crimen y de la barbarie que muestra esta sociedad enferma que ha perdido los estribos. Y, todos permanecemos callados. ¡Qué falso irenismo! Hoy se excluye a quienes defienden valores tradicionales: la familia, la procreación, el respeto a los mayores, la indefensión del niño en gestación. A nivel político se arrasa la democracia cuando los resultados electorales son adversos a estos nuevos modelos de "cambio". La dictadura del proletariado se ha cambiado por la dictadura del relativismo moral. El discurso sobre equidad de género suplanta a la calidad humana y personal. Se pierde el análisis de las capacidades para dar prioridad a determinadas etnias, so pretexto que fueron discriminadas, no importando sus competencias sino su alienación a intereses raciales, lingüísticos e ideológicos. * Obispo emérito de Neiva
¿Evolución o involución?
Froilán Casas
Hoy se excluye a quienes defienden valores tradicionales: la familia, la procreación, el respeto a los mayores, la indefensión del niño en gestación.
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