De suplente a bombero de Peñarol: Arezo se acerca a su mejor versión con carácter, goles y datos que impresionan

Cada partido que pasa y cada minuto que suma en cancha, Matías Arezo se parece más al jugador del 2023 que corría, metía, se topaba contra todos y tenía el arco entre ceja y ceja. Y es una buena noticia para los manyas porque no es fácil estar a la altura de las expectativas cuando se dejó la vara tan alta.

El sábado, por segunda fecha consecutiva, volvió a ser el bombero de Peñarol. Lo fue contra Danubio con gol y asistencia, y lo hizo en Durazno contra Miramar Misiones con un doblete. Sus números ya son notables: ocho goles y dos asistencias en 15 partidos desde su vuelta, pero minutos a cuentagotas porque hay otro nueve titular.

Entre Liga Uruguaya, Copa Uruguay y Libertadores suma 739 minutos. Fue cinco veces titular y 10 veces arrancó en el banco de suplentes. En promedio, tiene una incidencia directa en goles cada 74' en cancha. Pero más allá de los que terminan en gol y como se le destaca el sacrificio a Maxi Silvera Arezo también tiene intangibles. Como la pelota que roba ante Juventud y termina en gol de Leo Fernández, por ejemplo, o también el apuro que genera en los defensas rivales, porque no les da respiro ni le pueden dejar medio metro porque se inventa un remate.

Sin entrar en el debate de si debe jugar en lugar de Silvera otro delantero con jerarquía, goles importantes y oficio para presionar, jugar sin pelota y ordenar el ataque, el rendimiento de Arezo e incidencia que está teniendo en los resultados invitan a preguntarse si no debería estar para evitar los problemas y no entrar para solucionarlos.

El manejo de egos y de la competencia interna de Diego Aguirre se evaluará a fin de año, mientras tanto tiene que resolver cosas del sistema táctico y la fluidez del juego, que sigue en el debe más allá de la contundencia ofensiva. También el dilema en los extremos, los tres volantes y, por si fuera poco, preparar la definición del campeonato. Allí elegirá entre los jugadores que mejor estén, y hoy sin dudas Arezo es uno de ellos aunque siga apagando incendios desde el banco.