Precarización laboral y más conciencia sobre problemas, los factores tras el alza de diagnósticos de salud mental
La mayor visibilización de estos temas ha impulsado que más personas consulten, pero especialistas advierten sobre la tendencia a "medicalizar el malestar humano".
La salud mental se ha convertido en uno de los grandes desafíos sanitarios en el mundo, y Chile no es la excepción. Más cuando las cifras de consultas médicas relacionadas con causas psicológicas van en aumento.
Si en 2019 los registros mensuales fluctuaban entre 90 mil y 150 mil casos, durante 2020 se observó una leve disminución vinculada a la pandemia, pero desde 2021 la tendencia se ha mantenido al alza.
En 2022, varios meses superaron los 150 mil casos, en 2023 se sobrepasaron los 200 mil, y durante 2024 los registros se consolidaron sobre los 300 mil, hasta alcanzar el máximo histórico de 376.433 diagnósticos en julio de 2025.
Así lo reflejan datos de ANIS, plataforma desarrollada por Rayen Salud, empresa especializada en información médica, que concentra información de la atención primaria de Salud en 172 comunas del país.
Sobre los diagnósticos, la ansiedad lidera con más de 100 mil casos al mes; seguida de la depresión, entre 60 mil y 80 mil; el estrés, sobre 40 mil, y los trastornos del sueño, cerca de 20 mil. Por perfil, el 70% corresponde a mujeres y un 30% a hombres.
"Población más consciente de sus emociones"
Danilo Quiroz, director del Programa de Formación de Posgrado Psiquiatría Adultos de la U. Diego Portales, plantea que hoy existe "una mayor visibilización de la vulnerabilidad psíquica más que una epidemia de enfermedad mental. La población se ha vuelto más consciente de sus emociones, del malestar cotidiano y de la posibilidad de pedir ayuda".
A eso, "se suman factores sociales: precarización laboral, desigualdad, aislamiento y la aceleración digital, que generan una fatiga afectiva colectiva".
Coincide Jaime Silva, director del Instituto de Bienestar Socioemocional de la U. del Desarrollo, quien postula que "existe una mayor conciencia colectiva sobre la importancia del bienestar psicológico, lo cual ha disminuido en parte el estigma asociado a los problemas de salud mental y ha facilitado que más personas hablen abiertamente de sus experiencias".
El factor de la sobrerrepresentación estadística
Quiroz añade que otro punto a considerar es que "hay que reconocer que los criterios de diagnósticos se han expandido, y eso ha incorporado al lenguaje médico experiencias que antes eran entendidas como reacciones humanas ante el estrés, la incertidumbre o el duelo".
Ante esto, Silva advierte que "se observa una creciente tendencia a medicalizar el malestar humano, es decir, a transformar experiencias emocionales normales en diagnósticos clínicos, especialmente cuando estas no se ajustan al ideal cultural de una vida feliz y sin sufrimiento".
"Esto ha contribuido a un escenario donde los diagnósticos son cada vez más comunes, pero no necesariamente reflejan un aumento proporcional de enfermedades mentales graves, sino una ampliación del espectro de lo que se considera trastorno", comenta.
Sobre ciertos diagnósticos, como la ansiedad y depresión, Quiroz apunta a que son "en muchos casos, respuestas a un entorno que desregula los vínculos y la seguridad emocional. Además, son cuadros con expresiones muy diversas y transdiagnósticas, lo que facilita su detección clínica, pero también su sobrerrepresentación estadística".
Miguel Prieto, psiquiatra y jefe del Servicio de Salud Mental de Clínica U. de los Andes, añade una observación generacional: "La gente más joven, en general, viene con una concientización mucho mayor en relación a lo importante que es cuidar la salud mental", y por eso, más gente joven consulta.
"Pero más allá de las edades, en general, la patología mental es prevalente en distintos tramos y se ha vuelto más precoz, con casos de niños y adolescentes", afirma.
Votación de proyecto de ley
Actualmente, la comisión de Salud del Senado debate en primer trámite constitucional -con suma urgencia- la iniciativa de salud mental, enviada por el Gobierno en julio de 2024.
Según Iván Flores (DC), presidente de esa instancia, se votaría el viernes. "Y esperamos también que el Gobierno llegue con las respuestas claras de lo que hemos planteado, particularmente sobre suicidio. Originalmente, el proyecto era menos que tibio en materia de suicidio y sabemos lo que está pasando no solamente con jóvenes, sino que también con adultos mayores".
Iniciativa
En 2024, el Ejecutivo envió al Congreso un proyecto sobre salud mental. Especialistas explican que aumento es por motivos que "interactúan entre sí"Los expertos en salud mental coinciden con que el aumento de casos y diagnósticos por temas psicológicos se relaciona con varios factores que "interactúan entre sí", dice Jaime Silva, director del Instituto de Bienestar Socioemocional de la U. del Desarrollo.
"Hay una mayor prevalencia real de malestar psicológico, influida por condiciones sociales, económicas, políticas y ambientales, que generan incertidumbre constante y afectan el bienestar emocional de las personas. Esto se ha visto potenciado en la última década por eventos globales como la pandemia, crisis económicas recurrentes y cambios en los modos de vida, que han intensificado la sensación de vulnerabilidad", explica.
A su juicio, "muchos viven desconectados de comunidades estables, afectos seguros y un sentido de dirección. A esto se suma un entorno que favorece la competencia constante, la sobreexigencia y la exposición pública permanente, lo que incrementa la sensación de incertidumbre y soledad".
Miguel Prieto, psiquiatra y jefe del Servicio de Salud Mental de Clínica U. de los Andes, añade que el tema económico y "la situación del país, de inseguridad que es muy prevalente en la población, también influyen en la salud mental; provocan que las personas tengan más ansiedad, lo que puede terminar haciendo que desarrollen una patología de salud mental".
OMS: Más de mil millones viven con trastornosLa problemática de la salud mental es un fenómeno que se observa en distintos países donde también crecen estos diagnósticos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de personas -de las más de 8 mil millones que viven en el planeta- padecen trastornos como ansiedad y depresión.
De acuerdo con la OMS, si bien algunas naciones han mejorado sus políticas y programas para enfrentar estos problemas sanitarios, todavía es necesario aumentar la inversión para los servicios dedicados a atender a pacientes que tienen estas patologías y reforzar las regulaciones.
La organización plantea que trastornos como la ansiedad y la depresión son habituales en todos los países y a nivel transversal en la población, más allá de factores como el sexo, la edad o el nivel socioeconómico. Adicionalmente, constituyen la segunda causa de discapacidad prolongada.
Otro aspecto a considerar es el impacto económico que tienen estos trastornos, no solo por los costos directos en la atención, sino también por los efectos indirectos a raíz de la pérdida de productividad. Solo la depresión y la ansiedad les cuestan a la economía mundial alrededor de un billón de dólares anuales.
Pese a esas señales, la OMS indica que el promedio del gasto público en salud mental es de apenas un 2% del presupuesto total en salud, cifra que no ha aumentado en los últimos años.