Coalición Republicana analizada
En toda definición estratégica de alianzas partidistas importa también tener presente un principio que organiza todo acuerdo y disenso: en política se elige al adversario y no a los aliados.
Hace ya algunos meses que el tema de la posible Coalición Republicana (CR), es decir un acuerdo político y electoral en el que converjan el Partido Nacional, el Partido Colorado y otros partidos como por ejemplo el Independiente, forma parte de análisis y debates de especialistas y dirigentes políticos. Y para arrojar una luz potente sobre este asunto vino a sumarse la publicación del libro "Coalición Republicana" de nuestro columnista Francisco Faig.
Lo peor que se puede hacer al momento de analizar la CR es eludir su dimensión histórica. En efecto, que dos de los partidos más añejos del mundo decidan vincularse electoralmente de manera más permanente no puede ser una decisión tomada a la ligera.
En este sentido el libro de Faig es consciente del desafío histórico que esta coalición representa, y por eso mismo dedica un capítulo entero a reflexionar sobre las concordancias filosóficas y políticas de los dos partidos tradicionales del Uruguay. Encuentra allí un acuerdo que él define como republicano, y para ello no duda en ir a buscar al siglo XIX las raíces filosóficas de esa convergencia.
En toda definición estratégica de alianzas partidistas importa también tener muy presente un principio elemental que organiza todo acuerdo y disenso: en política, se elige al adversario y no a los aliados. Los partidos no son asociaciones de amigos ni grupos de presión: son organizaciones que buscan alcanzar el poder.
Y para ello, obviamente se define quién es el verdadero adversario, es decir quién es aquel actor partidario del cual se está más lejos en materia filosófica y propositiva, y también se definen quiénes son los potenciales aliados, es decir aquellos que, sin estar necesariamente de acuerdo en la mayor parte de las propuestas, igualmente expresan similitudes que permiten encaminar alianzas para alcanzar mayorías gobernantes.
Siguiendo este principio de definición tan básico es que el libro de Faig describe la evolución de lo que él llama la hegemonía izquierdista que domina el escenario político desde hace muchos lustros en Uruguay, y propone que los partidos tradicionales salten "el muro de yerba" actual -una expresión bien ilustrativa y que ganó protagonismo en esta página editorial-.
Pocas veces se encuentra un análisis tan detallado como el de la tercera parte del libro en lo que hace a resultados electorales nacionales y departamentales con perspectiva política: hay allí explicaciones, cifras y datos, que sin duda permitirán al lector hacerse su propia idea de la pertinencia o no de la Coalición Republicana planteada.
Queda claro que el asunto no es solamente electoral, sino que también es identitario e histórico. Si efectivamente hay un adversario, que es el Frente Amplio, y hay una Coalición Republicana potencial, importa mucho entender las perspectivas de narraciones de unos y otros para calibrar la envergadura de lo que está en juego.
Dialogando así con principalísimos análisis históricos, políticos y filosóficos nacionales, dentro de los cuales hay obras destacadas como las de Hebert Gatto, Carlos Pareja y José Rilla, Faig analiza el qué y el cómo de esta CR posible.
Y para todo ello, el libro se detiene en argumentos más detallados que define como "lupas". Se trata de siete análisis de temas concretos que, sin duda, ilustran muy bien los argumentos que se despliegan: desde cómo desde la izquierda se escribe la historia para definir a los blancos, hasta una explicación de qué es un sublema a nivel de la elección de Diputados, hay en cada una de esas lupas un énfasis pedagógico.
Sobre todo, al ser política, la CR debe ser propositiva y a futuro: no puede plantearse sólo un análisis sobre la base de discusiones del pasado, entorno a Rivera, Oribe, Batlle o Herrera. Una alianza, que de ninguna manera puede llamarse o entenderse como fusión (y en esto el libro de Faig es muy claro), precisa definir en qué consiste el republicanismo que la describe, y por ello la última parte del ensayo refiere a debates actuales en torno al globalismo y al patriotismo, y a cuestiones más teóricas como el nacionalismo inclusivo de los blancos o como el patriotismo constitucional habermasiano que resulta más ligado al coloradismo.
Parafraseando al gran Ortega y Gasset, Faig concluye con un determinante: "republicanos, a las cosas". También, los dos prólogos del libro, de los ex -presidentes Julio María Sanguinetti y de Luis Lacalle Herrera, dan al libro un marco político excepcional. Su lectura será medular para todo aquel que realmente se interese en la CR.