Malones

El Prócer me comenta que recientemente leyó en este medio acerca del declive que están experimentando las aplicaciones de citas. "No me extraña, ya que el contacto personal malamente puede ser sustituido por la revisión de perfiles y fotos, la mayoría de las veces falsamente mejoradas. Mira, en mi época la gente se conocía en las fiestas que se organizaban en las casas. Ahí se podía seleccionar de cuerpo presente a las posibles candidatas o candidatos para iniciar una relación sentimental. También estaban los llamados malones, que eran fiestas colaborativas en las que cada cual aportaba algo. Desconozco por qué las llamábamos así, ya que es la denominación de los asaltos sorpresivos de los indígenas. !Quizás la razón es que teníamos la intención oculta de asaltar por sorpresa a las elegidas¡", señala, celebrando su ocurrencia con una gran carcajada. "Bueno", prosigue, "en ellas uno sacaba a bailar a la seleccionada, y ahí se producía el click , sin necesidad de estar revisando perfiles y fotos y después acudir a citas comprobando usualmente que no se condicen con la realidad. !En una de estas vuelven los malones¡", aventura.
" Darling , acuérdate que nos conocimos precisamente en un malón", acota su mujer, "y que hicimos click cuando me sacaste a bailar 'Oh Carol', de Neil Sedaka". Entonces se ponen a cantar románticamente a dúo: "Oh Carol,/ I am but a fool/ Darling I love you/ Though you treat me cruel".