Las TIC como herramienta para cerrar brechas de género
Para una mujer como yo, oriunda de un municipio pequeño, golpeado por la violencia y con poco acceso a la tecnología, pero destacado por su rica biodiversidad y sus tradiciones, es un inmenso reto y un gran compromiso ser la ministra que debe llevar internet y transformación digital a lugares como mi natal Puerto Asís (Putumayo)
Para una mujer como yo, oriunda de un municipio pequeño, golpeado por la violencia y con poco acceso a la tecnología, pero destacado por su rica biodiversidad y sus tradiciones, es un inmenso reto y un gran compromiso ser la ministra que debe llevar internet y transformación digital a lugares como mi natal Puerto Asís (Putumayo). Hace años entendí el potencial que tienen las TIC para generar desarrollo y equidad, y ahora debo hacerlo posible, con énfasis en las poblaciones históricamente olvidadas. De pequeña, en Puerto Asís y luego en Yacopí (Cundinamarca), en lo último que se pensaba era en internet o computadores. De ahí que nunca imaginé que estaría liderando el camino del país hacia la inteligencia artificial, la expansión de la conectividad y la apropiación tecnológica de la gente. Es una muestra de que todo es posible si se trabaja con dedicación, compromiso y convicción. También prueba que las mujeres todo lo podemos, y que estamos llamadas a guiar, a coordinar y a generar las condiciones para que el país tenga un mejor futuro. Convertirme en ministra TIC me llena de responsabilidades. Ayudar a seguir cambiando ese imaginario de que las mujeres no podemos estar en cargos importantes, en especial en el sector de las TIC, es una de ellas. Debemos dejar atrás las épocas en que nos minimizaban por ser mujeres, por venir de provincia, por no ser técnicas, o en que nos juzgaban por nuestra apariencia física. Todo esto es fruto de un machismo inculcado durante décadas, el cual muchas mujeres han luchado por cambiar. Y así seguiremos, demostrando con trabajo y resultados que las barreras nos las imponemos nosotras, no la sociedad. Sé que no soy la primera mujer en llegar a este cargo, pero sí seré la que más trabajará por romper los techos de cristal, y abrir más espacios para nosotras en un sector históricamente masculino. De los cerca de 110 ministros que ha tenido esta cartera, en sus diferentes etapas, solo 13 hemos sido mujeres. El cierre de brechas de género es una tarea que vengo desarrollando desde mis otros cargos en el Ministerio, y que ahora será una de mis banderas. Si miramos el panorama global, según el más reciente informe de ONU Mujeres, la participación femenina en cargos de elección popular, como los legislativos nacionales, alcanza apenas el 27,2 %, y en los gobiernos locales llega al 35,5 %. En el caso del liderazgo en el sector de las TIC, la cifra oscila entre el 10 y el 20 %. Estos porcentajes, si bien siguen siendo bajos, han venido creciendo gracias a programas e iniciativas de empoderamiento. Invito a todas las mujeres de nuestro país a no rendirse frente a frases como "usted no puede", "usted no es capaz" o "eso es cosa de hombres". Las mujeres estamos hechas para liderar. No somos menos ni más: tenemos las mismas capacidades. Agradezco al presidente de la República, Gustavo Petro, la confianza depositada en mí para este cargo, que asumo con responsabilidad, dedicación y entrega. Espero estar a la altura de esta tarea y ser un ejemplo para las niñas de las poblaciones alejadas del país, que sienten la tecnología como algo lejano. Todo lo contrario: sueñen con la tecnología, aprendan con y de ella, pues ahí está el futuro. Y desde esta posición haré todo lo posible para que les llegue a todas, sin importar dónde se encuentren. Trabajaré con el compromiso de cerrar las brechas de género existentes en el sector, y también las que hay entre las ciudades y el campo. La tecnología no puede quedarse en las capitales: debe llegar a todos los territorios y convertirse en una verdadera herramienta de cambio, equidad, bienestar, calidad de vida y progreso colectivo. Esa será mi misión. * Ministra de Tecnologías de la
Información y las Comunicaciones
Un compromiso
Carina Murcia Yela*