Martes, 28 de Octubre de 2025

El día que prohibieron a Jesús: el musical Jesucristo Superstar y las medidas extremas tomadas en Uruguay

UruguayEl País, Uruguay 28 de octubre de 2025

En abril de 1974 se anunció el estreno del musical de Norman Jewison, pero una disposición del presidente de la República prohibió su estreno. Los uruguayos recién pudieron verla dos años después.

En abril de 1974, mientras el mundo seguía con atención el traslado de La Mona Lisa de Da Vinci, que iba del Museo del Louvre a Tokio para una exhibición de dos meses, en Uruguay se preparaba otro viaje histórico: el de un Jesús con melena y guitarra eléctrica llegando a los cines. Su nombre era Jesucristo Superstar, la ópera rock creada por Andrew Lloyd Webber y Tim Rice que saltó de Broadway a la gran pantalla, y que estaba por debutar en el Cine Metro de Montevideo.

Pero aquel Cristo no iba a llegar muy lejos: se convertiría en víctima de la censura.


El lunes 15 de abril de 1974, un anuncio en El País prometía algo distinto para la pantalla grande: "Quizás no es la versión tradicional de Cristo, pero representa la razón básica por la que la juventud contemporánea se vuelve hacia Jesús", decía el anuncio de la película que contaba con el visto bueno de L'Osservatore Romano, el mismísimo diario del Vaticano.

En una entrevista de 2019, Ted Neeley, el actor que interpretó a Jesús, dijo que nadie sabía cuál iba a ser la reacción del público. "Era la primera ópera rock en ser llevada al cine y, en aquel momento, no había una demanda real por parte de los estudios cinematográficos".

Neeley contó, además, que el director Norman Jewison le mostró la película al papa Pablo VI antes del estreno en Nueva York. Según el actor, el Sumo Pontífice le dijo: "Señor Jewison, no solo aprecio su hermosa ópera rock, sino que creo que acercará al cristianismo a más personas que cualquier otra película anterior".


Sin embargo, pese a los elogios, el estreno en Uruguay previsto para el jueves 18 de abril de 1974 fue cancelado a último momento. Si bien Jesucristo Superstar había tenido dos preestrenos, uno para la Policía y la Curia y otro para oyentes de radio El Espectador, el día previo al debut oficial, el Comando General de la Policía ordenó el secuestro de la copia y la prohibición total del film. La razón oficial: "medidas de seguridad".

Ariosto Bruno Giarri, entonces jefe de publicidad del Cine Metro, dijo al diario La Mañana: "Hace 12 días la vieron la Curia y la Policía, y nadie objetó nada. También debo agregar que la película había sido aceptada por el Consejo del Niño y por Espectáculos Públicos de la Intendencia". E insistió: "El preestreno fue hace 12 días. De ahí para adelante, llevamos gastados más de millón y medio de pesos en publicidad. Esta medida a último momento nos afectó seriamente en lo económico".


Así, de apuro, la película fue reemplazada en la cartelera por Hermano Sol, Hermana Luna, de Franco Zeffirelli, sobre la vida de San Francisco de Asís.

El viernes 19 de abril, en la página 10 de El Día, se informó la resolución de prohibición de Jesucristo Superstar en un recuadro titulado "Mantenimiento del orden". "Resultando: que su presentación en el exterior fue motivo de graves atentados producidos en las salas de proyección; considerando: que el estreno del film mencionado puede ocasionar consecuencias negativas para el mantenimiento del orden interno; atento: a lo dispuesto por el artículo 168 Inc. 1° y 17 de la Constitución de la República, el presidente de la República, resuelve: 1°) Prohíbese la exhibición en el país de la película Jesucristo Superstar; 2°) Pase a la Jefatura de Policía de Montevideo a sus efectos. 3°) Dése cuenta al Consejo de Estado, comuníquese, etc.".

https://www.youtube.com/watch?v=AAjS17_U8mk
El mismo día del decreto, La Mañana publicó un editorial avalando la medida del gobierno. El artículo señalaba que aquellas películas que habían intentado revisar la personalidad de Jesús terminaban "invariablemente en versiones muy cercanas a la blasfemia", cuando no superaban "del todo lo imaginable en materia de gratuita y desbordada obscenidad".

"Ha sido corriente que estas versiones, pretendidamente innovadoras y audaces de la figura de Cristo, exciten una polémica inevitable que, por motivos religiosos, puede convertirse con suma facilidad en un escándalo colectivo. Porque es explicable que quienes, con sincero afán místico y atraídos por una propaganda en la cual el generalmente circunspecto L'Osservatore Romano, órgano de prensa del Vaticano, aparece otorgando a Jesucristo Superstar un aval bastante inexplicable, se encuentran luego con un Jesús puramente humano, 'hippie' y cantor, reaccionen violentamente y se produzcan incidentes que han tenido lugar en otros países y que aquí, con buen criterio, se quieren evitar".

Pero la prohibición en Uruguay no evitó que muchos orientales cruzaran la frontera seca con Brasil para ver la película. Mientras en suelo oriental no había ningún Jesucristo vanguardista en la pantalla, cruzando Rivera las filas para disfrutarla se hacían eternas.

Dos años de silencio y la revancha de "Jesucristo Superstar"

Recién en agosto de 1976 la película fue estrenada en Montevideo, en tres salas: Metro, Trocadero y Carrasco.

Desde las páginas de El País se describió entonces al musical de Jewison como "una audaz ópera rock sobre la pasión de Cristo", se alabó su "vitalidad musical" y se destacó la actuación "melancólica y delicada" de Neeley en el rol de Jesús.


También se afirmó que la película subrayaba el carácter de representación y que no aspiraba a ser confundida con la realidad de hace 2.000 años. "Aunque no acepta los aires de una película religiosa y cierra la anécdota sin constancias de la resurrección, este film musical no traiciona jamás la grandeza espiritual de la historia", comentó el crítico en su reseña, publicada el 21 de agosto de 1976.

"Y lo hace con un aire de informalidad constante, que se traduce en el uso de obvios anacronismos (aviones que cruzan el cielo del desierto, tanques que aparecen imprevistamente, un Judas negro que expresa a cierta altura sus complejos raciales) y en la invitación al distanciamiento que abre y cierra el film: en esos dos extremos, la troupe de cantantes y bailarines se muestra como lo que es, sube y baja de un ómnibus moderno. Todo ha sido nada más que una representación, pero ella misma encierra un misterio que no conviene revelar", anunciaba aquella crítica publicada el 21 de agosto de 1976.

Al estreno definitivo, el público local respondió con devoción: tuvo 161.000 espectadores y se ubicó en el tercer lugar en taquilla ese año, generando un récord de permanencia en el Cine Metro desde Fiesta Brava (1948). A nivel mundial y a pesar de las críticas mixtas, también fue un éxito: con un presupuesto de 3,5 millones de dólares, el musical recaudó más de 24 millones a nivel internacional y su banda sonora también triunfó, con más de siete millones de copias vendidas.

Así, dos años después de haber sido censurado, ese Cristo de pelo largo que hablaba de injusticias sociales y no bajaba del cielo, sino de un ómnibus, finalmente llegó a Uruguay. Venía acompañado por una generación que entendía que el amor (y el rock) también podían ser sagrados.

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