A los 86 años, murió el sociólogo y ensayista Emilio de Ípola
El sociólogo y ensayista Emilio de Ípola
En la ciudad de Buenos Aires, murió ayer a los 86 años el sociólogo, profesor e intelectual de izquierda Emilio de Ípola , según informó su expareja, la politóloga Claudia Hilb en su cuenta de Facebook
El sociólogo y ensayista Emilio de Ípola
En la ciudad de Buenos Aires, murió ayer a los 86 años el sociólogo, profesor e intelectual de izquierda Emilio de Ípola , según informó su expareja, la politóloga Claudia Hilb en su cuenta de Facebook. De Ípola había nacido el 1° de febrero de 1939 y era padre de dos hijos: el músico y productor Miguel "Chucky" de Ípola (tecladista de Los Piojos) y la especialista en literatura latinoamericana Julia de Ípola.
" Emilio fue una persona maravillosa, inteligente, de buen corazón, y con el sentido del humor más exquisito que conocí nunca. Si él pudiera ver este posteo, seguramente me preguntaría si, al estilo de los personajes de Sostiene Pereira , que leyó unas 400 veces, yo había ya preparado anticipadamente su obituario para tenerlo listo… No, Emilio, no lo había hecho", se lee en la publicación de Hilb. Libros de Emilio de Ípola
Licenciado en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 1964 y doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de París, en 1969; su tesis sobre la obra de Claude Lévi-Strauss fue dirigida por el historiador francés Henri Lefebvre. En Francia, conoció al influyente filósofo marxista y estructuralista francés Louis Althusser , con cuya obra mantuvo un diálogo permanente, incluso después de la crisis del marxismo (y pese a que el prestigio de Althusser se viniera abajo tras el asesinato no intencional de su pareja, Héléne Legotien) . En 2007, De Ípola publicó Althusser, el infinito adiós .
" Cuando me preguntan, digo que no soy liberal de mercado sino liberal político ", dijo en 2012, año en que firmó el documento "Malvinas, una visión alternativa" junto con Beatriz Sarlo, Juan José Sebreli, Roberto Gargarella, Santiago Kovadloff, Rafael Filippelli, Luis Alberto Romero, Jorge Lanata, Fernando Iglesias y Gustavo Noriega, entre otros intelectuales.
En 2004, obtuvo la Beca Guggenheim; en 2006, recibió el Premio Konex de Platino en Sociología y en 2010, el Premio Houssay.
Fue docente en la Universidad de Montreal, en la École des Hautes Études en Sciences Sociales, en París; en la Universidad de Quebec, en el College International de Philosophie de París, en El Colegio de México, en la Universidad Nacional de Córdoba, y en las sedes chilena, argentina y mexicana de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Se lo nombró profesor emérito de la UBA y fue investigador principal del Conicet. Dictó cursos de posgrado en la Argentina y en el extranjero, y dirigió tesis de doctorado y de maestría.
Entre sus libros, se pueden mencionar Ideología y discurso populista (1982), donde inicia una larga polémica con Ernesto Laclau en torno al populismo; Investigaciones políticas (1988), Las cosas del creer (1997), Metáforas de la política (2001) y el divertido Tristes tópicos de las Ciencias Sociales (2006), con prólogo del semiólogo Eliseo Verón, donde ironiza y ridiculiza discursos, tics y personajes de las ciencias sociales. Publicó trabajos en revistas académicas y volúmenes colectivos.
Preso político a partir de 1976 (no integró ninguna agrupación guerrillera), De Ípola pudo escribir sobre su experiencia carcelaria en el ensayo "La bemba", que fue reeditado como libro en 2005. Al ser liberado, debió emigrar a México con su pareja, donde nació su primer hijo. En 2008, grabó un disco de tangos, canciones mexicanas y clásicos de la música francesa, titulado Cuando sea viejo, seré cantor .
"Emilio era un muy querido hermano mayor, en la pasión política y en la tanguera -dice el politólogo Vicente Palermo a LA NACION-. Y en la del humor, ciertamente. Era un cable al mundo que puede descubrirse, de lo nuevo, de las preguntas iluminadoras y de las respuestas cum grano salis . Como algunos de sus mejores amigos, un tipo que no se la creía".
Para el ensayista Hugo Vezzetti , la trayectoria de De Ípola es "una suerte de condensación de las relaciones cambiantes entre las ciencias sociales, la política y las ideas en los últimos cuarenta años". "Formado en la UBA, en Francia y Canadá, docente de Flacso, ya antes de la dictadura era una figura destacada en la docencia y la investigación -señala-. Cayó preso en 1976 y cuando salió, todavía durante la dictadura, publicó en México su libro sobre el discurso populista. Allí se incluía un texto, de los más originales de esos años, escrito apenas salido de la cárcel, sobre la ‘bemba’, las formas del lenguaje y el rumor carcelario. Incluso en esa situación extrema, no dejaba de investigar y producir conocimiento. Dejó una obra muy importante para el pensamiento social y político, y al mismo tiempo fue un intelectual que no dejó de escribir e intervenir en la escena política. Primero, desde el exilio, en México, en la revista Controversia , como parte de un grupo socialista que integraban también José ‘Pancho’ Aricó y Juan Carlos Portantiero , entre otros. Allí se plasmaron algunos de los temas que van a renovar tanto la enseñanza y la investigación universitaria como el pensamiento y la cultura política: la crisis del marxismo, la renovación del socialismo, la construcción de la democracia. Y su larga indagación sobre el populismo, en diálogo y polémica con Laclau. Fue uno de los fundadores del Club de Cultura Socialista, en los años 80. Es sabido, que junto con Portantiero, colaboró con el gobierno de Alfonsín, y participó del discurso, hoy olvidado, de Parque Norte".
"Con él muere un intelectual destacado, lúcido y generoso, dueño de un estilo que se reconoce en todo lo que escribía -agrega Vezzetti-. Era a la vez alguien que no rehuía la controversia, siempre inclinado a la ironía, al gesto cordial y a las amistades duraderas. En estos tiempos de oscuridad resplandece su obra, su enseñanza y la memoria que deja en quienes tuvimos el privilegio de caminar junto a él estas décadas en las que conocimos la esperanza, las promesas incumplidas y los fracasos".
"Brillante, exquisito y con un sentido del humor que tenía la particularidad de hacerte sentir cómoda desde el primer momento -sostiene la socióloga Maristella Svampa -. Así me pasó cuando lo conocí a finales de los años 80 en París. Aprendí mucho de sus libros y ensayos sobre el peronismo, como Ideología y discurso populista , sobre lo nacional-popular y los populismos realmente existentes, que siempre fue una guía para pensar los límites del populismo. No lo tuve como profesor, pero siento que fue un gran maestro para todos. Una de las últimas veces que compartí una mesa de debate con él fue antes de la pandemia, cuando presentábamos la antología de textos de Karl Marx que hizo Horacio Tarcus. Él leyó un texto muy fino y sarcástico, que nos desternilló de risa a todos. Y luego se enredaron con Carlos Altamirano en un hermoso debate sobre el marxismo francés, que defendía Emilio, y el marxismo italiano, que sostenía Altamirano. Fue apoteósico ; solo en la Argentina, con esos grandes intelectuales, nuestros mayores, puede darse algo así".
El historiador Horacio Tarcus coincide en que De Ípola fue un docente muy querido y un formador de investigadores en ciencias sociales. " Por lo menos, de dos generaciones -dice a este diario-. Fue el típico intelectual argentino que hizo su viaje a Francia, donde trabajó con Henri Lefebvre , pero allí conoció a Althusser y al grupo althusseriano con Nicos Poulantzas y Étienne Balibar, y se vincula con ellos. Fue un preso político que logró procesar su experiencia carcelaria en un texto ejemplar de análisis y autoanálisis [ La bemba. Acerca del rumor carcelario ]. Podemos destacar su polémica permanente con Laclau , con quien discutió el modelo del discurso populista y que tanto éxito tuvo en la Argentina [con el kirchnerismo] y en América Latina. Se va un tipo muy querido, con un humor que una enfermedad de largos años no le pudo quitar".
Varios de los libros de De Ípola forman parte del catálogo de Siglo XXI. "Fue uno de los grandes intelectuales argentinos, pero también uno de los mejores profesores que pasaron por la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA -dice el director editorial y sociólogo Carlos Díaz -. Formó a varias generaciones con su estilo heterodoxo: podía cantar un bolero o un tango para explicarte a los padres de la sociología. Un tipo brillante con un sentido del humor único, muy elegante. Hizo grandes aportes en los 80 para consolidar la vuelta de la democracia. Una persona muy querida".
El velatorio de Emilio de Ípola se hará este martes, de 18 a 22, en Malabia 1662. Al día siguiente, por la mañana, sus restos serán llevados al Parque Memorial de Pilar.