El lunes se realizó la final de la quinta temporada del reality de asadores de La Tele, "Fuego Sagrado", cuya ganadora se conoció en vivo; luego de su victoria, charló con El País.
Redacción El País Al principio de la temporada, el nombre de Raquel Álvarez no estaba entre los favoritos de Fuego Sagrado, aunque la cocinera nacida en Carrasco norte y que vive en Colonia Nicolich (Canelones) desde hace 13 años, tomó confianza y se volvió imparable.
En la noche del lunes, las dos finalistas conocieron en vivo, la decisión de los jurados: Lucía Soria, Aldo Cauteruccio y Sebastián Manito. Ambas llegaron a la competencia de asadores de La Tele con experiencia. Roxana Lorda trabaja en la cocina de un café, y Raquel tiene una rotisería y cocina en una olla popular en Colonia Nicolich.
Cerca de la medianoche, los jurados anunciaron que Raquel Álvarez era la campeona de la quinta temporada de Fuego Sagrado, y ganadora de un auto 0Km, un vale de compra por 100.000 pesos y productos por un año de las marcas auspiciantes.
Raw Html "Relajate y empezá a disfrutar la competencia", se decía la ahora ganadora de Fuego Sagrado en las primeras semanas del concurso. Fue ganando confianza, y se soltó cuando comenzó a cantar mientras cocinaba.
"Hiciste un trabajo increíble para llegar hasta acá", le dijo Soria en la semifinal. "Siendo vos, honesta, buena compañera y hoy te convertís en la primera finalista de esta temporada".
"Es increíble el proceso que hiciste, el ejemplo que le das a tus hijas, que vean que se puede, que no importa de dónde arrancamos, sino en dónde vamos a terminar", le comentó Sebastián Manito en la noche del lunes.
Quién es Raquel Álvarez
Tiene 43 años y tres hijas adolescentes. Vive en Colonia Nicolich, Canelones, y desde los 18 años trabaja como cocinera. Arrancó en un colegio y como es curiosa, se puso a vichar todo lo que hacían las que más sabían para aprender. Hoy tiene un emprendimiento de rotisería en su casa, donde la ayudan sus hijas y su marido.
Durante la pandemia hizo ollas populares y hoy ayuda a un merendero para niños carenciados. Le encantan las plantas, le encanta bailar y pescar.
Comentó que su pasión por la parrilla y el fuego proviene de su abuela y su padre, y se anotó en todas las temporadas anteriores siempre diciendo "esta sí, esta quedo".
Es la demostración de que con tesón y ganas se puede todo. "Sí, se puede. No hay otra forma más", dice Álvarez pocos minutos después de haber sido anunciada como la ganadora de la temporada.
Es la quinta vez que te anotás en Fuego Sagrado, y no solo entraste, ganaste. Sí, la quinta vez. Sí, fue brutal. La verdad que fue una maravilla.
¿En qué momento de la competencia sentiste que la estabas ganando confianza? Cuando pasé de la tercera a la cuarta semana, ahí me di cuenta: algo está pasando. Les está gustando esto, entonces vamos y vamos. Cuando uno está con una causa, trata de hacer bien las cosas, para que esa causa se afirme. Creo que viene por ahí la mano. El pensar que hay gente que me necesita, eso me carga las pilas. Creo que fue eso. El empujón me lo dieron la familia, mis hijas y mi esposo, y toda la gente que me apoya, que es muchísima. Soy de Carrasco norte, y me mudé a Colonia Nicolich hace 13 años y ahí estoy haciendo una gran obra donde todo sale de nosotros.
Raw Html Llevar adelante una olla popular no es fácil. No hay apoyo, no hay nada, entonces es difícil. Siempre estoy vendiendo empanadas, tortas fritas, vendiendo esto o aquello, haciendo feria económica, haciendo jugos. Siempre haciendo algo para recaudar, para hacerle la comida a la gente. Eso es lo más lindo.
¿Y qué es lo que te motiva todos los días para hacerlo? Mi fuerza de voluntad, y las ganas de ayudar. Fui así siempre. De niña mi madre me decía: te vas a quedar sin comer por darle de comer al otro. Siempre fui así. Vengo de padres y de una familia humilde, entonces creo que vimos la necesidad otra forma, y quiero que la gente vea esa necesidad. Ojalá que esto ayude a mucha gente más.
¿Qué pensás hacer con el premio? El auto lo vamos a vender para arreglar la casa y el negocio, porque tengo una pequeña rotisería. Vamos a ampliar para hacer más espacio, para que la gente pueda venir un día de lluvia. El premio es para levantar un poquito, nada más.
Lo que no puede faltar en esa ampliación es la parrilla. Parrilla segurísimo va a haber. Y los vamos a invitar a todos para "comer rico", como dice Aldo.