Tregua comercial
Coincidente con la Cumbre de APEC, en Corea del Sur, y de la mayor relevancia en la gira asiática de Donald Trump, él y Xi Jinping han descomprimido las tensiones comerciales que durante siete meses habían escalado a niveles sin precedentes, con mutuas amenazas de tarifas adicionales del 100%, y significativas restricciones al intercambio entre China y Estados Unidos.
Fue la primera cita entre ambos líderes en lo que va de la segunda administración Trump. En su anterior gobierno, se reunieron cinco veces; la primera, en 2019 y, al igual que ahora, solo alcanzaron acuerdos parciales, lo que los expertos denominan "estabilidad dinámica".
Ahora acordaron posponer indefinidamente el recíproco recargo tarifario que entraría en vigor el 10 de noviembre; suspendieron por un año las prohibiciones chinas a las exportaciones a EE.UU. de tierras raras; se convino un programa de tres años para las exportaciones de soya norteamericana, antes impedidas de ingresar a China; Estados Unidos dejó sin efecto sobretasas a cargas transportadas por naves chinas, eliminó parcialmente restricciones para la venta a Beijing de determinados chips y tecnologías avanzadas, y redujo significativamente la lista de empresas chinas que tienen prohibición de operar con EE.UU. Bajo el reconocimiento de que Beijing tiene un mayor control de las exportaciones de precursores del fentanilo, se flexibilizaron las condiciones para su ingreso a Norteamérica; se anunciaron negociaciones para la compra de gas y petróleo proveniente de Alaska, y se volvió al arancel general del 45% para las exportaciones chinas a EE.UU.
Trump, con su reconocida exageración, estimó como amigo a Xi, calificando la reunión con nota doce, entre uno y diez. En cambio, el inexpresivo Presidente chino, sin elogiar a Trump ni calificar el encuentro, manifestó que no debían extrañar las diferencias entre los dos países. Trump anunció una próxima cita en abril, lo que no fue confirmado por Xi.
El desenlace ha sido recibido como un alivio para el comercio global, considerando que Xi es el único líder que no vacila en responder a las amenazas de Trump con medidas equivalentes, incluso más duras. En lo fundamental, se ha evitado una verdadera guerra comercial de consecuencias globales. De paso, EE.UU., sin anunciarlo, cumplió con sus cuotas atrasadas a la OMC, fuertemente criticada por el norteamericano.
Importante fue que Taiwán no fuera tema en la cita. Se temía que Trump se distanciara de la oposición de Joe Biden y sus predecesores a una anexión por la fuerza por parte de Beijing.
Las claves de la gira asiática de TrumpDestacables son una serie de acuerdos comerciales suscritos en Malasia, con ocasión de la Cumbre de Asean, primer destino de la gira asiática de Trump. En la ocasión, se redujo a 15% el arancel general para las exportaciones a EE.UU. desde Camboya, Tailandia y Malasia, y a 20% desde Vietnam. En algunos casos, el arancel recíproco para estos países, anunciado el 2 de abril -"Día de la Liberación"- había sido de entre el 49% y 30%.
Aparte del cierre de acuerdos comerciales, la asistencia del mandatario a la Cumbre de Asean buscó reafirmar su interés en esa asociación y la prioridad de EE.UU. para la seguridad en esa zona, amagada por aspiraciones territoriales de China. En su anterior administración, Trump se retiró del Acuerdo Transpacífico, y en la actual surgieron desencuentros con los países asiáticos por la discriminación tarifaria.
Relevantes son los acuerdos alcanzados con motivo de las visitas de Estado a Japón y Corea, que se comprometieron, respectivamente, a invertir 550 y 350 mil millones de dólares en EE.UU., a cambio de una rebaja de aranceles desde 25% al 15%, incluyendo automóviles de ese origen, antes sujetos al 27,5%.
En medio de la gira, el Senado de EE.UU., en un acuerdo promovido por la unanimidad de los senadores demócratas y apoyado por cuatro republicanos, pretendió anular las sobretasas arancelarias del 50% y 10% fijadas por Trump para las importaciones desde Brasil y Canadá, respectivamente, en represalia por la condena al expresidente Jair Bolsonaro, confirmada por la Corte Suprema de Brasil, y por la emisión en Ontario de una campaña utilizando un mensaje televisivo del expresidente Reagan en favor del libre comercio. Aunque el acuerdo no obliga a Trump, es demostrativo de las molestias que causan a los parlamentarios la prescindencia y el menosprecio presidencial respecto del Congreso.
Vecindario en transiciónRodrigo Paz, Presidente electo de Bolivia, realizó su primera gira internacional, con destino a EE.UU., en busca de financiamientos para aliviar la crisis cambiaria y recomponer los lazos diplomáticos con Norteamérica, afectados por sus predecesores Morales y Arce, interesados en alianzas y esfera de influencia de Rusia, China, Irán, Venezuela, Colombia y Nicaragua. Mientras, el nuevo Presidente de Perú, José Enrique Jerí, que asumiera el mes pasado, en reemplazo de la destituida Dina Boluarte, completó su tercera semana en el cargo con 45% de popularidad. El respaldo, casi diez veces superior al de su antecesora, se atribuye a su prioridad en apoyar las fuerzas y medidas de seguridad para combatir la criminalidad. Su mandato está previsto hasta julio próximo, cuando asuma el nuevo Presidente electo.
En Argentina, el Presidente Milei continúa sus entrevistas con gobernadores y líderes políticos para ampliar sus bases de apoyo en el Congreso y profundizar su agenda libertaria frente a enormes desafíos, en particular económicos, para los cuales es indispensable concretar la asistencia financiera ofrecida por Trump.