Viernes, 07 de Noviembre de 2025

Teletón: En la era digital, volvamos a la sucursal

ChileEl Mercurio, Chile 7 de noviembre de 2025

Soy un entusiasta de la digitalización

Soy un entusiasta de la digitalización. Promuevo las fintech , la inteligencia artificial y la tecnología que simplifica la vida. Pero por un día quisiera volver a lo análogo, a lo esencialmente humano. Volver a la sucursal del banco, hacer la fila, romper el chanchito y depositar para la Teletón. Por un día, cambiar el clic por el gesto.
Quienes crecimos en los 80 y 90 recordamos la Teletón como un panorama familiar. La televisión prendida todo el día, las historias que emocionaban, los esperados cómputos, los famosos contestando el teléfono y cantando el jingle 24.500-03. Era un espacio donde Chile lucía su capacidad solidaria.
Hoy, en un mundo hiperconectado, esa emoción corre el riesgo de perderse entre apps y pantallas. Con audiencias fragmentadas, redes saturadas y menos TV abierta, convocar es más desafiante que nunca. Pero la Teletón sigue ahí, trabajando todos los días.
La Teletón es mucho más que un programa de televisión. Es una red nacional de 14 institutos donde más de mil profesionales rehabilitan a 32.000 niños y jóvenes con discapacidad neuromusculoesquelética. En 2024, la Teletón recibió 3.000 nuevos pacientes, realizó 965.000 atenciones, 1.300 cirugías y entregó 4.000 sillas de ruedas y 37.000 prótesis, todo sin costo para las familias ni listas de espera. Su presupuesto anual de $44.000 millones -aportado en un 70% por personas- suena a bastante, pero dimensionemos: un hospital público regional de tamaño medio maneja un presupuesto similar. El puente Chacao equivale a 20 años de Teletón, y el sobrecosto acumulado de la gratuidad universitaria, a 80. Conclusión: la Teletón es un ejemplo de escalabilidad y eficiencia.
Lo que empezó en 1978 con un instituto en Santiago se ha convertido en una causa que es sinónimo de Chile, que visibiliza la discapacidad y promueve un país más accesible e inclusivo. Porque la rehabilitación no se termina en la terapia, sino cuando la sociedad abre sus puertas a la participación de personas con discapacidad. Esa es la verdadera inclusión.
Este 28 y 29 de noviembre, Chile vivirá una nueva Teletón. En año de elecciones, donde inevitablemente nos dividimos en opiniones y colores, la Teletón nos recuerda que hay causas que nos unen por encima de la contingencia.
Este año es momento de reencantarnos con esta cruzada. No se trata solo de entregar dinero, sino tiempo, intención y presencia. Salgamos, caminemos, llevemos a nuestros hijos al banco, hagamos la fila y aportemos. Volvamos a vivir la Teletón como antes, cuando éramos niños, con emoción y sentido de comunidad. Porque el corazón de la Teletón no está en un smartphone sino en cada persona que cree, participa y aporta. Por un día, dejemos los likes y volvamos al abrazo. En la fuerza de la unión está el cambio. Y cuando Chile se une, no hay límites.
La Teletón es un ejemplo de escalabilidad y eficiencia.
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