Sábado, 08 de Noviembre de 2025

La inaudita parálisis del gobierno

ColombiaEl Tiempo, Colombia 7 de noviembre de 2025


Rafael Herz
La parálisis parcial del Gobierno federal de EE


Rafael Herz
La parálisis parcial del Gobierno federal de EE. UU., que comenzó el 1 de octubre, representa un serio fracaso institucional y un riesgo creciente para la economía y la estabilidad social del país. La crisis tiene origen inmediato en la falta de aprobación a tiempo de las partidas presupuestales para el año fiscal 2026, lo que llevó al cierre de gran parte de la administración. Pero más allá de la fecha límite, la raíz está en el bloqueo político: por un lado, los legisladores republicanos propusieron una resolución continua para financiar al Gobierno hasta el 21 de noviembre y ahora hasta enero; por otro, los demócratas se negaron a aprobarla sin que se asegurara de paso la extensión de los subsidios de la ley de salud, la llamada ‘Obamacare’. Los efectos ya son extensos y severos. Primero, 750.000 empleados federales fueron puestos en suspensión sin goce de sueldo o forman parte de personal esencial obligado a trabajar sin pago inmediato. Segundo, programas sociales vitales como el programa de asistencia nutricional (SNAP) se quedarán sin fondos para noviembre, afectando directamente a millones de ciudadanos vulnerables. Tercero, la economía se ve afectada con un costo estimado en más de US$10.000 millones. Para salir de este callejón, se requerirían tres líneas de acción, que los dos partidos no están dispuestas a contemplar hasta la fecha. Las partes deben acordar de inmediato una resolución que financie el Gobierno, con el acuerdo de negociar los temas pendientes (salud, y otros programas sociales) en paralelo. Esto restituiría el funcionamiento básico del Estado. Una vez abierto el Gobierno, es imprescindible acordar la extensión de los subsidios de salud, la protección de programas sociales esenciales y la reafirmación del papel del Congreso en la asignación presupuestal. Y lo tercero, es que esta crisis evidencia que el sistema estadounidense de aprobación anual de las principales partidas presupuestales no está funcionando y tiene un problema estructural. Una opción es que el Congreso cambie su calendario, permanezca en sesión hasta aprobar las principales partidas y garantice el pago de empleados. La actual administración le estaba apostando a que la población le diera la culpa a los demócratas. La crisis, que se pudiera haber evitado con una simple negociación de los subsidios a la salud, se ha visto impulsada por la polarización política. Y, a diferencia del cálculo del gobierno Trump, los demócratas están saliendo airosos al haber ganado los comicios del 4 de noviembre, con la alcaldía de Nueva York, y las gobernaciones de Nueva Jersey y Virginia. La culpa se le está asignando al ejecutivo. Cada semana de paralización añade daño social, económico e institucional que tardará en revertirse. Solo un acuerdo inmediato, combinado con reformas estructurales, permitirá que EE. UU. restaure el funcionamiento de su Gobierno y la confianza ciudadana, poniendo el aparato público al servicio de la población. Esto, en principio, está en manos de Trump y una actuación más sensata para destrabar una crisis costosa e innecesaria.
Analista Internacional.
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