‘Les tenemos ganas a las tecnologías emergentes’
En un contexto de transformación para el sistema de educación superior, con nuevas demandas laborales, tensiones financieras y una adopción acelerada de tecnologías emergentes, la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) prepara su aniversario número 90 con una agenda centrada en acceso, innovación y formación integral
En un contexto de transformación para el sistema de educación superior, con nuevas demandas laborales, tensiones financieras y una adopción acelerada de tecnologías emergentes, la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) prepara su aniversario número 90 con una agenda centrada en acceso, innovación y formación integral. Su rector, el padre Diego Marulanda Díaz, destaca que la institución ha fortalecido su estabilidad financiera, ampliado su oferta académica, con un crecimiento en modalidad virtual, y desarrollado esquemas propios de financiación para facilitar el ingreso y la permanencia estudiantil. ¿Cómo vienen avanzando? Este año la UPB ha sabido mantenerse, asumiendo los retos con inteligencia creativa, porque debemos entender qué le está pasando a la humanidad y cuáles son las oportunidades que están buscando los jóvenes. Hoy tenemos una universidad financieramente estable, con estructura y conocimiento muy sólidos, y además una disposición de innovación, creando capacidades que necesita la humanidad. Sabemos que los jóvenes están buscando oportunidades para ser abrazados y acudidos. Hemos creado cinco líneas de acompañamiento financiero, con la buena noticia que cualquier joven que quiera estudiar en la UPB, lo puede hacer de la mano de estas herramientas financieras. ¿Qué destaca de esas líneas de financiamiento? Una de ellas es Fondo Futuro, que lo creamos entre cinco universidades. Este permite que un joven aporte el 30% del semestre, donde incluso el mismo fondo le presta y el 70% restante lo termina pagando después de que se gradúe o cuando esté empleado. Lo mismo pasa con Fondo Estrella, que es otra gran oportunidad para que el joven pueda tener una financiación y tenemos otras líneas inclusive cero interés. ¿Cómo ve el Icetex? Los recursos para la formación de capacidad nunca serán suficientes y el Icetex seguirá siendo un instrumento estatal muy oportuno para que los jóvenes puedan tener acceso. Sin embargo, entendimos la situación del Icetex y decidimos ser creativos lanzando las líneas de financiamiento. Hoy tenemos más de 300 programas, donde destacamos una oferta virtual que representa el 40%, y eso es muestra del trabajo en materia de financiamiento. ¿Y la tendencia hacia los técnicos y tecnólogos? Está balanceado, pero encasillar el talento de un país en una en una sola estructura de conocimiento, es bastante arriesgado. En este momento vemos un apetito de los jóvenes por profesionalizarse y en este ejercicio que venimos haciendo de acompañamiento financiero, buscamos darle oportunidad a esos jóvenes que tienen esos objetivos. ¿Qué estrategias tienen con inteligencia artificial? A estas tecnologías emergentes les tenemos ganas y hambre, porque tenemos ética para ponerle a toda esta capacidad tecnológica que tiene hoy el mundo. Valoramos positivamente la inteligencia artificial, pero sabemos que nunca reemplazará la inteligencia natural. Por eso venimos proponiendo un liderazgo de un humanismo regenerativo, donde la IA, que es una capacidad que tiene el ser humano, sea la Inteligencia del Amor. Todas las herramientas son bienvenidas, pero el motor, que es el que propone la UPB, es la inteligencia del amor. ¿Cómo están las cifras? Tenemos cerca de 25.000 estudiantes. Estamos por debajo de la media nacional en tema de deserción, por los programas que tenemos en el Sistema de Acompañamiento Integral a la Formación. Este año, tuvimos un incremento de 5% en los pregrados presenciales, pero nos llama mucho la atención que crecimos 37% en estudiantes virtuales. Eso quiere decir que hay un apetito académico. Además, asociado a la permanencia vemos mayor presencia en nuestro ecocampus. ¿En qué se basa la etnoeducación? Es uno de nuestros programas, que se basa en la producción de saberes que permite a los estudiantes desempeñarse en contextos en los que los asientos ancestrales son fuertes, como los territorios indígenas, afrodescendientes y campesinos. Ahí, estas comunidades que ejercen en su mayoría como maestros, o que ocupan cargos de liderazgo en diversas instituciones y organizaciones públicas y sociales, se forman en y para sus propios entornos y comunidades, centrando el proceso de enseñanza-aprendizaje en la comprensión del contexto, para saber interpretar la ciencia en clave de la ruralidad, del indigenismo y de la afrocolombianidad. ¿Qué viene para el 2026? Los 90 años de la UPB. Estamos preparando una gran conversación de la mano de todas esas alianzas que tenemos, participando en el liderazgo de la conversación universidad empresa estado. Una universidad no puede estar aislada. Estamos en una red que nos ilusiona mucho, que la estamos presidiendo en este momento, que es la de universidades católicas, que son 50 y nos hemos juntado para trabajar, entender cuáles son los aportes que le hace la universidad católica al país. Además, vamos a hacer una propuesta para aliviar todo el tema del proceso de paz. La universidad tiene que ser nuevamente protagonista de esa transformación social.