Richard House es el CIO de Deuda de Mercados Emergentes en Allianz Global Investors, una de las mayores gestoras de fondos de inversión del mundo y mantuvo una entrevista con El País.
Maneja una estrategia de varios fondos de inversión en deuda de emergentes que alcanza a casi US$ 12.000 millones. Ha señalado que los datos de deuda emergente desafían el mito negativo que hay sobre ella. Plantea que pese a los vientos en contra, la deuda emergente ha proporcionado mejores retornos que los treasuries (bonos del Tesoro de Estados Unidos) y que el US High Yield (es decir, instrumentos de deuda de empresas estadounidenses de alto retorno). Desde 2018, Richard House es el Chief Investment Officer (CIO) de Deuda de Mercados Emergentes en Allianz Global Investors, una de las gestoras de fondos de inversión más grandes del mundo. De la situación de los mercados emergentes, de cómo decide en qué bonos de países emergentes invertir, de lo que puede pasar con el debilitamiento del dólar y hasta de cómo ve la deuda uruguaya, habló House en entrevista con El País.
-En cierto modo usted busca que los inversores (desde pequeños ahorristas a multimillonarios, fondos de pensiones, entre otros) compren los fondos de deuda emergente de Allianz. ¿Cómo convence a un inversor de que no invierta en bonos del Tesoro estadounidense, que también ofrecen tipos de interés atractivos?
-El objetivo principal es mostrar que la percepción de los mercados emergentes, que solía ser bastante negativa -y con razón, ya saben, a principios de los 90 y principios de los 2000, debido a malas políticas-, ha cambiado con el tiempo, y de hecho, la política monetaria se ha vuelto muy buena en los mercados emergentes. Uruguay es un ejemplo paradigmático, pero esto se repite en todo el mundo de los mercados emergentes. La forma en que la mayoría de los países, en definitiva, gestionan sus políticas es muy sólida. Esto está dando lugar a niveles de deuda que representan una fracción de los niveles del mundo desarrollado. La política monetaria es sólida. La mayoría de los bancos centrales son independientes. Así que animamos a los inversores a que echen un vistazo y vean que estos países se gestionan muy bien. En un momento en que se podría argumentar que, como usted mencionó el caso de EE.UU., la política monetaria es volátil en EE.UU. También existen dudas sobre la independencia de la Reserva Federal, y demás. Por lo tanto, vemos que los mercados emergentes están funcionando bien. Algunos países desarrollados van en la dirección opuesta. Es una combinación de ambos factores. Y estamos viendo mucha demanda, particularmente de grandes instituciones de todo el mundo, como fondos de pensiones y bancos centrales, para invertir en mercados emergentes, porque creo que la gente está empezando a reconocer que se trata de una clase de activos muy diferente a la de hace 30 años.
-Precisamente, usted habla del "mito de la deuda de los mercados emergentes". ¿Cuál es el mito de la deuda de los mercados emergentes y cómo lo contrasta con la realidad?
-Todavía se asocian los mercados emergentes con crisis, impago de deuda, devaluación, etc., lo cual era cierto hace 30 años, pero si les pregunto: ¿cuándo fue la última crisis en un mercado emergente que recuerdan? Sacando a Argentina, no ha habido ninguna crisis de este tipo; la mayoría de las crisis globales se han producido fuera de los mercados emergentes. Hace 30 años todas estaban en los mercados emergentes; cada año algún otro país entraba en default o sufría una gran devaluación, pero eso ya no ocurre. Sin embargo, creo que la gente aún tiene presente la posibilidad de que vuelva a suceder, así que creo que ha habido cierta percepción y sentimiento negativo. Pero creo que la gente está empezando a darse cuenta de que eso ya no es así. Y como mencioné, en el mundo desarrollado la certidumbre política no existe en la misma medida, así que creo que la gente busca otros lugares donde invertir su dinero, y creo que por eso los mercados emergentes se están beneficiando.
-¿Cómo ve el desempeño de la política monetaria en mercados emergentes como Latinoamérica, por ejemplo?
-Creo que los mercados emergentes ya superaron la etapa posterior a la covid-19. Creo que la política monetaria de los bancos centrales de los mercados emergentes, incluso, podría decirse, ha sido mejor que la de algunos mercados desarrollados. Obviamente, todos los países sufrieron un shock inflacionario durante el covid-19, pero los bancos centrales de los mercados emergentes, la mayoría de los cuales son independientes y tienen objetivos de inflación, aumentaron significativamente las tasas de interés. Ahora la inflación está controlada en la mayoría de los países. Hay un amplio colchón en las tasas reales, es de alrededor del 4% en promedio en los mercados emergentes, frente a un margen insignificante en los mercados desarrollados.
-¿Así que hay margen?
-Ahora hay margen para que los bancos centrales empiecen a bajar as tasas de interés. Una de nuestras posiciones favoritas en nuestros fondos es invertir en bonos locales donde prevemos recortes de tasas por parte de los bancos centrales. Por ejemplo, una de nuestras posiciones favoritas es Brasil, donde, el tipo (de interés) nominal está en el 15%, la inflación ronda el 5%, lo que da una tasa real del 10%. Sin embargo, el mercado solo prevé, creo, menos de 100 puntos básicos de recorte para todo el año que viene (es decir de 15% a 14%), y creemos que está infravalorado. Así que estamos invirtiendo en Brasil ahora mismo porque creemos que el banco central recortará las tasas más de lo que espera el mercado.
-¿Ustedes prefieren invertir en deuda en moneda local hoy en día porque el dólar está debilitándose?
-Sí, obviamente, el debilitamiento del dólar tiene un efecto adicional porque debido a muchas razones se está debilitando: la incertidumbre política, la política fiscal bastante laxa, la independencia de la Reserva Federal cuestionada, todo eso contribuye a un dólar estructuralmente débil. Prevemos que esta tendencia continuará. Así que sí, favorecemos las monedas locales. Eso no significa que las divisas fuertes no vayan a ser relevantes y hacerlo bien, pero creemos que las dos clases de activos generarán mayores ganancias en dólares al invertir en moneda local en lugar de divisas fuertes. -¿Y cree que esta estrategia es solo para el presente o se mantendrá en el futuro?
-Esta modificación la implementamos hace unos nueve meses, diría. Obviamente, puede cambiar. Pero por el momento, seguimos prefiriendo esta combinación. Tenemos fondos que invierten en divisas fuertes, deuda soberana, corporativa y local. Por lo tanto, es en esta estrategia donde tenemos mayor exposición en los mercados locales.
-¿Cómo se construye la cartera de mercados emergentes?
-Los índices de renta fija de mercados emergentes se crearon hace 30 años, así que hay un índice para divisas fuertes, otro para divisas locales y otro para deuda corporativa. Nuestro negocio consiste en superar el rendimiento de esos índices, por lo que los clientes nos confían su dinero y esperan que lo hagamos. Hay 80 países en estos índices. Tenemos participaciones en aproximadamente 40 de ellos. Pero la forma en que construimos la cartera es analizando cada país individualmente y decidiendo si queremos invertir o no. Si no nos interesa, simplemente no invertimos. Luego, en función de nuestra visión macroeconómica del país, decidimos si debemos invertir en deuda soberana, quizás en mercados locales, quizás en la propia moneda o en crédito corporativo. Así que la cartera es, en cierto modo, la suma de las perspectivas individuales de cada país. Además, contamos con ciertas directrices generales que debemos respetar para mantenernos dentro de ciertos límites de riesgo.
-¿Siente la responsabilidad de gestionar unos US$ 12.000 millonesen mercados emergentes? Ya mencionó que no hay crisis muy a menudo, pero, ¿le genera estrés?
-Soy una persona que asume riesgos, así que necesito ese elemento en mi trabajo, por lo que no me preocupa demasiado. Obviamente, sí me preocupaba cuando era más joven, pero ahora no me estresa. Sin embargo, es una gran responsabilidad, no es algo que me tome a la ligera, porque somos custodios de los fondos de pensiones y ahorros de muchas personas, así que la forma en que gestionamos el dinero no es diferente a cómo gestiono el mío propio. La responsabilidad es grande. Simplemente no me estresa.
-¿Pero es menos arriesgado invertir ahora en mercados emergentes que, por ejemplo, en los 90?
-Sí, definitivamente, definitivamente. Y eso se relaciona con lo que mencioné al principio. Básicamente, los países aprendieron de los errores de los 90 y han cambiado la forma en que gestionan la economía. El mayor cambio, diría yo, está en el tipo de cambio. Ahora las monedas son de libre flotación. Entonces, si hay un problema se permite que la moneda se ajuste. Por eso creo que me preguntan tanto sobre Argentina. Están aplicando o tienen, una política similar a la que causó problemas a muchos países en los 90. En este caso, no se trata de un tipo de cambio fijo, sino de un compromiso de vender dólares a un nivel determinado. Eso fue básicamente lo que metió en problemas a muchos países a principios de los 90. Y están repitiendo el mismo error. Creo que cuanto antes abandonen esta política cambiaria, mejor. La moneda (argentina) está claramente sobrevalorada y necesita corregirse. Cuanto antes ocurra, mejor para Argentina. -¿Y qué hay de Brasil? Mencionó la política monetaria, pero ¿qué pasa en otros aspectos?
-Se avecinan elecciones importantes en Brasil el próximo año por estas fechas. Los mercados aún no están centrados en ello, pero supongo que lo estarán pronto, una vez que se conozca al candidato de la oposición. Puede que haya expectativas, que los mercados empiecen a descontar un cambio de liderazgo en el país. Es probable que los mercados reaccionen positivamente ante un cambio de liderazgo. Así que es un factor que estamos considerando. Pero en Brasil, nuestro enfoque principal está en el mercado local, donde creemos que el banco central recortará más las tasas de interés de los que actualmente se reflejan en el mercado. Por eso mantenemos posiciones largas en tipos locales en Brasil.
-¿Y cree que India será la próxima gran historia, como lo fue China a inicio de los 2000?
-Desde la perspectiva de la renta fija, la India se está abriendo. Los bonos se están incorporando a los índices locales. Últimamente ha habido mucha debilidad en su moneda, así que nos desconcierta un poco el motivo de su debilitamiento. Porque todas las demás monedas de mercados emergentes se han fortalecido frente al dólar, mientras la de India se ha debilitado mucho frente al dólar. Así que, la verdad, no estamos muy seguros de la situación general en la India. No sé si será la próxima China, pero diría que la situación actual de la India nos tiene un poco desconcertados.
-¿Qué mercado emergente cree que está funcionando mejor actualmente?
-Bueno, depende de cómo se mida el éxito. En términos de crecimiento económico, si nos centramos en los 80 países, diría que el que probablemente mejor lo está haciendo, en cuanto a ritmo de cambios, formulación de políticas, gobernanza, etc., es Uzbekistán. Pero luego están países como Rumania, donde la situación ha sido complicada durante varios años, con políticas fiscales bastante laxas. Recientemente tuvimos elecciones con un cambio de rumbo, así que nos gusta porque creemos que va a ser una historia de recuperación. Colombia es similar: hay un presidente saliente, hay elecciones allí el próximo año. Nuestra esperanza es que el nuevo liderazgo también logre cambiar esa situación. Por eso es difícil decir quién es el mejor. Diría que se trata más bien de la mejor oportunidad.
-La guerra comercial en la que Donald Trump se ha centrado, con aranceles a prácticamente todo el mundo, ¿afecta la perspectiva de los mercados emergentes?
-Un poco, depende obviamente de la importancia del comercio para el crecimiento económico de un país, que es muy diferente en varios países. En Brasil, por ejemplo, las exportaciones netas representan una parte bastante pequeña de la economía del país, así que no le afecta mucho que Trump imponga un arancel elevado a las exportaciones brasileñas. En México ocurre lo contrario: el comercio, sobre todo con Estados Unidos, es el principal motor de la economía mexicana. Creo que la presidenta (Claudia Sheinbaum) ha hecho un trabajo increíble gestionando la relación con Trump. Depende del país. Es difícil generalizar porque todos... ya sabes, estábamos en ese "Día de la Liberación" en el que impuso todos esos aranceles ridículos. Cuando eso pasó, la situación no era buena, pero se ha controlado y creo que se ha dado cuenta de que probablemente no fue la mejor política que ha implementado.
-¿Y cómo ve a Uruguay? ¿Tienen bonos uruguayos en su estrategia?
-Están incluidos en los índices (de emergentes), así que podemos tenerlos. Actualmente no los tenemos. No es que no nos guste Uruguay, sino que los diferenciales son muy ajustados. Además, tengo la impresión de que los inversores locales poseen muchos bonos en dólares, por lo que la emisión de bonos es escasa y, por lo tanto, la flotación es reducida, lo que comprime los rendimientos. Así que no es que no nos guste la situación, simplemente creemos que hay mejores oportunidades en otros mercados emergentes. Si los rendimientos (de los bonos) suben o los diferenciales se amplían, probablemente lo consideraríamos. Pero por el momento, analizamos 80 países y vemos mejores oportunidades en otros lugares. Pero eso depende más del gobierno. El Banco Central del Uruguay hace un trabajo tan bueno, que los diferenciales son muy bajos.