Octubre marcaría un techo de la inflación antes de una baja
La inflación en Colombia muestra señales de persistencia y podría alcanzar su punto más alto del año en octubre, según algunas proyecciones de los principales centros de análisis económico; que aunque esperan una leve moderación hacia el cierre de 2025, mantiene presiones por el lado de los precios regulados y los bienes transables; que llevarían a este indicador por encima de la meta del Banco de la República
La inflación en Colombia muestra señales de persistencia y podría alcanzar su punto más alto del año en octubre, según algunas proyecciones de los principales centros de análisis económico; que aunque esperan una leve moderación hacia el cierre de 2025, mantiene presiones por el lado de los precios regulados y los bienes transables; que llevarían a este indicador por encima de la meta del Banco de la República. Según Corficolombiana, el Índice de Precios al Consumidor registró en septiembre una variación de 0,32%, superior a lo previsto por el consenso del mercado y con este resultado, la inflación anual se ubicó en 5,18%, su nivel más alto desde febrero, y acumula tres meses consecutivos de aceleración; razón por la que proyectan para octubre una variación mensual de 0,19%, que elevaría la inflación anual hasta el 5,5%. Según el informe, este incremento respondería principalmente a un efecto base, pues en octubre de 2024 la variación fue negativa y a ello se suman las presiones de los grupos de regulados, bienes y alimentos, y los servicios ejercerían una fuerza moderadora; por lo que señalaron que "estimamos que las presiones al alza durante el resto del año provendrán principalmente de los precios regulados y bienes, mientras que los servicios y los alimentos aportarían a la moderación". Corficolombiana ajustó su pronóstico de inflación de 2025 a 5,4%, frente a un 5,1% estimado previamente y para los analistas, este comportamiento confirma que la senda descendente prevista a comienzos del año perdió impulso ante el repunte de precios en los componentes más inerciales; concluyendo que "la inflación continúa acelerándose por tercer mes consecutivo y las presiones de corto plazo se mantienen". Un diagnóstico similar plantea Fedesarrollo, que anticipa por encima del 5% y en su más reciente informe, proyectó una inflación de 5,01% para diciembre, un aumento de 0,29 puntos porcentuales frente a su pronóstico anterior y estaría explicado por "una mayor indexación de los arriendos efectivos e imputados, el alza de insumos agroalimentarios e industriales, y la menor oferta de productos agropecuarios". Advierte que, pese a la desaceleración del consumo y la estabilidad en los servicios, la persistencia de los precios regulados y la devaluación han mantenido los costos de producción en niveles elevados; por lo que subrayó que "la inflación se mantiene por fuera del rango meta del Banco de la República desde hace 50 meses consecutivos, y no se prevé que retorne a niveles de 4% antes de 2026". Bancolombia destacó que el repunte de septiembre confirmó la resistencia de las presiones inflacionarias; resaltando que "la cifra de 5,18% anual reflejó un avance mensual de 0,32%, confirmando que la inflación se aceleró por tercer mes consecutivo y alcanzó el nivel más alto desde febrero". La inflación sin alimentos subió por primera vez desde abril a 4,95%, evidenciando que las presiones subyacentes siguen. En el frente de expectativas, la entidad indicó que los analistas del mercado ahora estiman una inflación de 5,2% para diciembre y de 4,2% para 2026, ambas por fuera del rango de tolerancia del Emisor; por lo que precisaron que "la expectativa de inflación anual continúa muy por encima del límite superior del Banco de la República, lo que sugiere que el proceso de convergencia será más lento de lo esperado". Esa misma lectura comparte el Banco Itaú, que en su más reciente informe sobre perspectivas macroeconómicas señaló que las expectativas de inflación siguieron deteriorándose en octubre y recordaron que según la encuesta de analistas del Emisor, las proyecciones para fin de año aumentaron 17 puntos básicos, hasta 5,21%; y las expectativas para 2026 subieron, alcanzando 4,25%, su nivel más alto del año. Itaú considera que este repunte en las expectativas refleja un "movimiento hawkish" del consenso del mercado, en línea con sus propias previsiones y debido a ello dejaron claro que "apuntamos a una inflación del 5,2% y del 4,2% para 2025 y 2026, respectivamente. Pero a diferencia del consenso, no prevemos que el Banco de la República reanude el ciclo de recortes hasta julio del 2026". Inflación en tablas El profesor de Hacienda Pública de la Universidad del Rosario, Henry Amorocho, es más cauto y asegura que "la lucha contra la inflación terminará en tablas"; ya que su pronóstico de cierre para 2025 es de 5,15%, lo que implicaría una reducción de apenas medio punto porcentual en el año y en su opinión, "el reto de reducir la inflación quedó aplazado para 2026; solo hasta febrero podrían verse recortes adicionales de tasas". Con esto queda claro que el consenso general entre los analistas es que la inflación ha entrado en una fase de estabilización en niveles todavía altos, lo que retrasa el retorno a la meta del Banco de la República; mientras que las cifras recientes de precios y expectativas han llevado al Emisor a actuar con cautela en materia de política monetaria. Desde abril, solo se ha reducido la tasa en 25 puntos básicos, hasta 9,25%, y no se prevén más movimientos en lo que resta del año. Fedesarrollo estima que la tasa podría cerrar en 9%, ligeramente por debajo del nivel actual, pero elevada frente al promedio histórico; explicando que "el aumento en las expectativas de inflación y la percepción de riesgo sobre la sostenibilidad fiscal llevaron al Banco de la República a moderar el ritmo de recortes desde finales de 2024".
De confirmarse estas proyecciones, la inflación cerraría el año entre 5% y 5,5% y depende del comportamiento de los precios regulados y los alimentos en el último trimestre; por lo que el camino hacia una inflación del 3% será más prolongado de lo que se esperaba y en opinión de los analistas, 2025 será un periodo de transición, y solo en 2026 podría consolidarse la convergencia al nivel compatible con la estabilidad de precios. Esta tendencia reciente sugiere que el país enfrenta un ciclo de inflación más persistente de lo previsto, impulsado por factores estructurales y choques de oferta que aún no se disipan. Mientras tanto, el Banco de la República mantendrá una postura prudente.