Jueves, 13 de Noviembre de 2025

"Estoy partiendo de cero, sin apoyo ni auspicios, pero tengo el fuego interno"

ChileEl Mercurio, Chile 13 de noviembre de 2025

"Chicka", que luego de Tokio había abandonado las distancias olímpicas para correr en el circuito de ironman, volvió a la ruta clásica luego del accidente casi fatal que sufrió en 2023, con la mira en los Juegos de Los Angeles 2028. "Si no ocurre, no ocurre, pero voy a morir en el campo de batalla", avisa la deportista de 38 años.

T okio, 2021. Bárbara Riveros acaba de terminar 25ª en el triatlón de los Juegos Olímpicos y anuncia su adiós a esta modalidad de competencia. "Me iré a la distancia larga a experimentar", avisó "Chicka" en la misma pista japonesa.
Lo hizo. Y le fue bien. Más allá de su dominio hegemónico en el 70.3 de Pucón, ganó carreras en ironman o medio ironman e incluso clasificó dos veces al Mundial de Hawái, aunque no pudo correrlos por razones extradeportivas: una lesión en 2022 y un grave accidente en 2023.
Este último hecho le cambió la vida. Riveros fue arrollada por un vehículo mientras entrenaba en Suiza, lo que le significó una fractura en una mano, un golpe en la cabeza con derrame cerebral y policontusiones que la sacaron de circulación por seis meses.
En 2024 volvió a correr, pero en 2025 decidió retomar el camino en distancias cortas. Casi sin ranking, comenzó a escalar pasito a pasito hasta que, luego de dos Copas del Mundo en Chile -fue 21ª en Viña del Mar y 17ª en San Pedro de la Paz- volvió a estar entre las 200 mejores del escalafón ITU.
"Ha sido bonito reencontrarme con mi gente, hace dos años que no venía a Chile, qué más lindo que correr en Viña y San Pedro de la Paz. Fue bueno que hubiera dos copas del mundo seguidas, porque vinieron muchos europeos y el nivel estuvo muy alto", dice Riveros (38 años), quien este domingo competirá en Florianópolis, en una nueva fecha del circuito planetario.
-¿Cómo ha sido volver a las distancias olímpicas después de cuatro años en ironman? Tokio fue la última vez.
"Mi última carrera fue en los Juegos Olímpicos en 2021. Intenté cuatro años, clasifiqué dos veces a Hawái (Mundial Ironman), pero primero por mi lesión y después por mi accidente no pude correr. Sentí que fracasé en distancias largas, pero al mismo tiempo me decían que no era un fracaso, porque fue por el accidente que no pude ir a Kona. Me ha costado volver a un nivel competitivo, sufrí varias lesiones y me ha costado ser consistente. Mi entrenador (Brad Sutton) me sugirió que volviera a las distancias cortas a ver si podía retomar esa velocidad que había perdido".
-Y lo hizo.
"Sí, además como él entrena a la selección de triatlón de China, sintió que yo tenía mucho que entregar a las nuevas generaciones y me dio el rol de coach asistente con los juveniles del país. Me puse a entrenar con ellos en distancia olímpica y en este período, de noviembre a junio, Brad estuvo muy contento con el trabajo que hice, vio que avancé muchísimo con los chicos en esos ocho meses. Eso me fue dando ritmo de entrenamiento y espero seguir con este camino, si el cuerpo se mantiene en una pieza, de competir en el ciclo olímpico. Sé que será difícil, porque estoy más adulta, tengo que volver a buscar esa velocidad, esa explosividad que se pierde en distancias largas, pero estamos para luchar".
-No va a ser fácil, entonces, volver al triatlón olímpico.
"Es partir de cero. Sin apoyo, porque ya no estoy en el sistema. La federación me empezará a ayudar si llegan los resultados. No tengo auspiciadores y por eso estoy generando mi propia marca deportiva, que lanzaremos en el Ironman 70.3 de Valdivia, que empecé a producir hace años con el nombre Chicka, pero que ahora será Bari, por Bárbara Riveros. Si somos exitosos, me va a servir para financiar mi proyecto de llegar a Los Angeles 2028, ojalá que se haga realidad".
-¿La motivación para llegar a unos Juegos Olímpicos es la misma de antes, considerando toda su historia?
"Sí, sin duda. Si uno ve mis tiempos actuales, estoy muy lejana de lo que hacía antes, sobre todo en el trote, pero el fuego interno sigue ahí. Ahora depende de que el cuerpo me acompañe, pero mientras tenga el fuego adentro, voy a seguir con el mismo compromiso. Hay cosas que no puedo controlar, si el cuerpo está apto para estrujarlo a esos niveles, Dios sabrá si puedo salir adelante. Si no ocurre, no ocurre, pero voy a morir en el campo de batalla".
-Este año estuvo entrenando con la selección juvenil china, corrió Xterra, distancias largas. De hecho, ahora viene el 70.3 de Valdivia... ¿No es demasiado?
"Sí, puede ser. En mayo de 2026 empieza a correr el ranking olímpico y me tengo que focalizar. Las carreras Xterra y las distancias largas no las corro por opción, sino que necesito mantenerme a flote económicamente y seguir con este sueño de lograr la clasificación a Los Angeles. Y por eso también creamos la marca deportiva con mi hermano mayor (Agustín) y así tener a esta Bárbara emprendedora, que me ayude a sustentarme mientras no tenga el apoyo que necesito".
-¿Le gusta ese rol de emprendedora?
"Es un reto bastante grande, considerando también la economía de Chile. Lo lindo es que es un diseño totalmente nacional, que solo cambió de nombre porque Bárbara Riveros es más conocido que Chicka. La inspiración de mi marca refleja mis valores, como ser detallista, de alta gama. A la vez mi accidente marcó un antes y un después en mi carrera, considerando que en los últimos años ha habido tres grandes accidentes en el triatlón: el mío, el de Benjamín Bobadilla, que quedó parapléjico, y Matías Opitz, que falleció. Entonces, una de los aspectos que más quiero preocuparme con la marca es el cuidado mientras pedaleas en la calle: que te veas bien a larga distancia, tener luces. Quiero ir más allá y por lo mismo me acerqué a 'Benja' Bobadilla para ofrecerle ser embajador de la marca, para también dejar un mensaje a los automovilistas, para que haya más cuidado en la calle. Él quedó muy emocionado con la opción, porque también tiene el sueño de llegar a los Juegos Paralímpicos. Hay distintas aristas e inspiraciones en mi marca, ojalá podamos transmitir estos valores y mensajes al mundo".
-¿Cómo fue la experiencia entrenando a deportistas de China?
"Fue súper lindo, estaba nerviosa, porque sentía que no iba a estar a la altura. Sus aspiraciones, sus porqué en la vida son muy diferentes a los nuestros. Un 10% tiene un fuego interno, pero para el resto es un trabajo, es automático. Muchos ganan bien, tienen contrato y es difícil explicarles qué es entregarse en el campo de batalla. Pero al final fue un reto lindo, al final algunos se abrieron bastante, me vieron como partner , fui su confidente, me contaban sus miedos, las chicas que perdían su menstruación me pedían orientación... Fue gratificante, porque era algo que iba más allá de mi rol".
-Corrió en Viña, en San Pedro, el 30 de noviembre lo hará en Valdivia. ¿Se siente todavía el aliento y el cariño de la gente en las calles?
"Sin duda, estoy súper agradecida del apoyo de la gente. En estas copas del mundo no estuve peleando los primeros lugares, salía en el segundo grupo, pero igual se siente el cariño. Pensaba que podía decepcionarlos, porque estaban acostumbrados a otros resultados, pero al contrario, están alentándome y eso se agradece muchísimo. Se acercan los niños y eso te llena el corazón y el alma, y te dan ganas de entregarles alegría a todos".
-Después de Florianópolis, irá al medio Ironman de Valdivia, ¿es muy complicado el cambio de entrenamiento para la distancia?
"Hasta la posición de la bicicleta es diferente. Originalmente, tenía planificado correr en San Pedro y tomar el bus a Puerto Varas, donde entreno a dos deportistas, pero decidí ir a Florianópolis, porque necesito estar entre las 120 mejores en mayo de 2026 para acceder a todas las competencias".
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