Semana agitada
Lo que un presidente no puede hacer es ofenderse. Ante lo que fue un simple pedido, Orsi no puede sentir que se le faltó el respeto.
Suele decirse que este es un país en que nunca pasan cosas, sin embargo, la semana pasada no fue anodina y una variedad de hechos, aparentemente desconectados entre sí, dieron que hablar.
Para empezar, fue llamativa la reacción del presidente Yamandú Orsi cuando el presidente del B'nai B'rith (durante la ceremonia que recordó la Noche de los Cristales Rotos) pidió que el gobierno revea su decisión de retirarse de un acuerdo de investigación científica entre la ANII y la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Fue un simple pedido, pero al retirarse del evento, Orsi expresó su molestia. Se sintió ofendido por que le hubieran hecho tal pedido.
No es la primera vez que una organización social, ante un evento como el de la semana pasada, pida que se atienda un reclamo vinculado a temas valorados por esa organización. Lo de este acto no fue distinto. En esas situaciones, los presidentes "toman nota" y después hacen lo que quieren: o acceden al pedido, o se hacen los distraídos o lo rechazan lisa y llanamente.
Lo que un presidente no puede hacer es ofenderse. Ante lo que fue un simple pedido, Orsi no puede sentir que se le faltó el respeto.
Quizás, detrás de esa actitud, esté la necesidad de este gobierno de mantener distancia con Israel. La postura crítica ha sido más moderada o más agresiva según los diferentes integrantes del actual gobierno. Pero a esta altura, ser crítico termina siendo una forma de adhesión al grupo terrorista Hamas. Es suponer que la guerra fue combatida por un único bando como si el otro (que la inició y que eligió el terreno donde librarla) no tuvo ni arte ni parte.
No fue lo único que sucedió esta semana. La madre que con un grupo de adolescentes atacó una escuela en Jardines del Hipódromo y agredió a sus maestras, fue finalmente detenida. La fueron a buscar una semana después de ocurrido el ataque.
El martes este diario publicó un editorial reclamando que fiscales y jueces actuaran con rapidez y de manera inequívoca; que debía enviarse un claro mensaje que dijera que en Uruguay, a una maestra jamás se le pega.
Habrá que ver si una vez detenida, la fiscalía apresura el trámite y el juez actúa con firmeza. Esta racha de andar golpeando maestras debe terminar.
Hablando de maestras, el sindicato que reúne a los docentes de Primaria en Montevideo (Ademu) desafilió al presidente de la ANEP, Pablo Caggiani.
Es lo que sucede cuando un afiliado asume la dirección de la ANEP: automáticamente se vuelve patrón y por lo tanto un enemigo. No es el primer militante que, llegado al gobierno, es desafiliado de su sindicato.
La pregunta pendiente es obvia. Si van a confrontar con la patronal, ¿por qué los sindicatos docentes quieren ser parte del Codicen e integrar las directivas de las tres ramas de la Enseñanza? Al hacerlo se vuelven patrones y por lo tanto, si se atienen a su propia lógica, también deberían ser desafiliados.
El "lío Danza" llegó a su momento más culminante esta semana cuando la Jutep declaró, contra toda evidencia, que ejercer la dirección de ASSE y a la vez trabajar en otros servicios médicos privados, no eran actividades incompatibles. Fue lo contrario a lo dicho en un informe técnico de la Universidad de la República.
En algunos asuntos, la Constitución obliga a hilar fino a la hora de interpretarla. Pero en esta situación, su texto no admite dos lecturas. Sin embargo...
El episodio dejó en evidencia que la Jutep vota por simple disciplina partidaria. ¿Para qué tenerla entonces? Sería más sensato cerrarla y ahorrar ese dinero.
Lo absurdo fue que, conocida la decisión de la Jutep, Alvaro Danza la dejó en "offside" y renunció a sus cargos en la actividad privada. No lo hizo porque se dio cuenta de que estaba actuando mal, sino porque no podía "humanamente estar en un cuestionamiento permanente". Tienen razón, entonces, quienes sostienen que a esta altura, igual debería renunciar.
Por último, y no fue un asunto menor, nada menos que el presidente de la Junta Gallega (el gobierno autónomo de Galicia) Alfonso Rueda, habló con Orsi para enfatizar el enorme prestigio que tiene en Galicia, el astillero Cardama.
Sorprende que el gobierno todavía siga dando vueltas con este asunto cuando, tal como dijo el ministro Oddone, el problema se resuelve de forma sencilla: se busca otra garantía y se sigue adelante.
A veces parece que el gobierno está por tomar el camino más sensato. Otras veces se endurece más, con lo cual corre el riesgo de que esto le salga muy mal.
Quizás tantas marchas y contramarchas se deban a que hay alguien que no quiere perder y ese alguien es el prosecretario de la Presidencia, Jorge Díaz.
Lo sabio sería retroceder. Entre quienes estarían dispuestos a hacerlo y entre quienes tozudamente insisten en seguir con el caso, hoy está concentrada la tensión. Una tensión que da que hablar pero que no favorece a los intereses del país.
La lista podría seguir (la condena por lo del Fondo Social de Viviendas, la violencia en Casavalle), pero lo cierto es que fue una semana agitada.