En un encuentro en Las Piedras, el penúltimo de la gira por todo el territorio que desde hace semanas llevan adelante los nacionalistas, dirigentes y militantes se pasaron factura; al excandidato le reprocharon algunas actitudes en la campaña, y legisladores intercambiaron críticas por ausencias o declaraciones.
Es unánime y ha sido tema importante de las conversaciones entre dirigentes blancos en las últimas horas: el cuarto encuentro del proceso de autocrítica del
Partido Nacional que se hizo este sábado fue el "más tenso", el "más ríspido", el "más picado" de todos. Se hizo en Las Piedras (
Canelones), en el local de la Sociedad Italiana, y fue una instancia en la que tanto dirigentes de primera línea como militantes de a pie se "sacaron las ganas" al decir de algunos de los participantes de volcar sus molestias acumulada durante meses por todo lo ocurrido en la campaña de 2024 y específicamente con el excandidato
Álvaro Delgado; y, de paso, también con declaraciones de correligionarios hechas en encuentros anteriores.
Hubo varios nombres que fueron objeto de críticas y cruzadas: estuvieron en esa lista el intendente de
Paysandú,
Nicolás Olivera; el senador
Sebastián Da Silva; el de los ausentes dirigentes de primera línea que no estuvieron, como el senador
Javier García, o diputados del departamento canario como
Sebastián Andújar,
Amin Niffouri y
Álvaro Dastugue,
entre otros y, por supuesto, el de Delgado, hoy presidente del Directorio blanco y quien está liderando esta gira nacional para encontrar algunas de las causas de la derrota electoral el 24 de noviembre del año pasado a manos del hoy presidente frenteamplista
Yamandú Orsi.
El de Olivera fue traído a cuento por Da Silva, quien rechazó que el sanducero, en la jornada que se hizo en Salto el 25 de octubre, señalara que el gobierno de Luis Lacalle Pou fue "medio pelo",
como consignó El País días después.
Da Silva dijo que eso no era algo que se pudiera decir, y después dedicó parte de su exposición a reflexionar sobre la "disputa" en la que entiende se encuentra el sistema político nacional: dijo que es entre "una forma de ser y de ver el Uruguay", y que en esa confrontación el Partido Nacional puede "hacer 1.500 hospitales del Cerro y los otros van a ganar mintiéndole a la gente, hablándoles en complicado y tratando de generar una falsa expectativa". "Que es como nos ganó", lamentó y pidió luego cambios profundos que llamó "revolución" en la "comunicación" política.
Da Silva habló y se fue, lo que motivó una dura intervención del diputado Juan Martín Rodríguez
(ver recuadro).
Sin embargo, lo que tal vez más comentarios se llevó fueron las intervenciones de los militantes. Algunos dirigentes reflexionaron después que parte de las tensiones en esta reunión se explica por las "rivalidades" entre agrupaciones y facciones blancas de Canelones, y pases de factura internos. Pero lo cierto es que no faltaron cuestionamientos dirigidos directamente a Delgado, como por ejemplo hizo la militante y dirigente local
Lourdes Romero.
Según contaron a El País varios participantes del encuentro, Romero se mostró molesta con casi todas las decisiones centrales tomadas en la campaña electoral a partir de las internas de fines de junio, empezando por la elección de la exsindicalista
Valeria Ripoll como compañera de fórmula una crítica que sea escuchado muchas veces en los últimos meses, pero no solo: Romero señaló, molesta, que a su entender Delgado no ponía el mismo empeño en el contacto de la gente, tras los actos, que el que mostraba Lacalle Pou, que se quedaba "sacándose selfies" hasta lo último, cuando el ahora presidente de los nacionalista se mostraba entonces "cansado" y con otra disposición al llegar el momento de los saludos con la militancia.
Cómo sigue y algunas causas del fracaso
Esta etapa del proceso de la autocrítica, que implicó un aterrizaje en diferentes zonas del país para recoger insumos, argumentos y razonamientos sobre la derrota que hace la estructura partidaria en todo el territorio, está llegando a su fin.
El documento final que el Directorio piensa elaborar integrará todo eso, y los conceptos que elaboró el sociólogo
Rafael Porzecanski, quien ha participado en estos encuentros y ha compartido varios de ellos en una exposición de 24 diapositivas. La pérdida de votos que tuvo el bloque de la coalición republicana entre la primera y la segunda vuelta, las distintas retenciones de las adhesiones que se registraron en los diveros departamentos o incluso la incidencia negativa en su caso del recambio generacional en el padrón electoral, son algunos de los ejes conceptuales que ha abordado el director de la consultora Opción.
Porzecanski, a su vez, ha trabajado en un informe de unas 300 páginas, cuyas conclusiones, más los "motivos políticos" que fueron discutidos en la gira abrevarán en un documento final con el que los blancos piensan concluir esta etapa que algunos, en broma aunque en el fondo en serio, llaman de "autoflagelación".
Delgado se refirió, en grandes líneas, a lo que viene arrojando este engorroso trabajo hasya momento. La idea, dijo en rueda de prensa este fin de semana, es "
analizar el gobierno" de
Lacalle Pou, además, obviamente, del "proceso electoral". "Pero obre todo mirar para adelante y poder corregir cosas y ratificar otras", enfatizó el exsecretario de la Presidencia.
Sea como fuere, Delgado reconoció que "el candidato tiene la primera responsabilidad", aunque al mismo tiempo existen "10.000 causas posibles" del desenlace electoral, y, entre ellas, destacó la demográfica: "Entraron al padrón
jóvenes con un sesgo hacia el Frente Amplio, y los que dejaron el padrón por fallecimiento" tenían un "sesgo hacia la coalición".