Actualizar currículos y no aislar a las mujeres: líderes plantean mejoras para la educación TP
Desarrollar actualizaciones curriculares que incorporen de manera activa a la industria e implementar incentivos tributarios que promuevan la colaboración empresa-escuela son otras de las sugerencias.
Aunque el 35% de los jóvenes de 3° y 4° medio optan por la educación media técnico-profesional -la mayoría de ellos provenientes de sectores vulnerables-, esta modalidad todavía "sigue siendo una de la que se sabe menos que de otros niveles educativos, y cuyo fortalecimiento requiere avanzar en políticas y apoyos más específicos y sostenidos", indica el informe "¿Cómo proyectar la educación técnico-profesional en Chile? Oportunidades de mejora desde la visión de los líderes TP", documento elaborado por el Centro de Innovación en Liderazgo Educativo (Ciled) de la U. del Desarrollo.
Para su creación, el Ciled-UDD convocó a una mesa de trabajo que reunió a 31 directores, sostenedores y actores del mundo educativo TP de distintas regiones del país. Con base en su experiencia directa, a todos se les pidió levantar desafíos y oportunidades para fortalecer el área.
Así, por ejemplo, se planteó la necesidad de avanzar hacia un sistema de actualización curricular permanente y sistemático, que permita mantener la formación TP en sintonía con las transformaciones del mundo laboral. "Si bien el proceso de actualización curricular actualmente en marcha constituye un avance, los directores advierten que para alcanzar una verdadera pertinencia es necesario fortalecer significativamente la participación de empresas, gremios y otros actores del sector productivo", señala el informe, que condensa los principales puntos que se discutieron.
"En educación TP, hablar de calidad es hablar de vínculos con la industria", resume Soledad Ortúzar, directora ejecutiva del Ciled y una de las autoras del documento, desde donde se sugiere que una buena idea para promover esta cooperación "son los incentivos tributarios o certificaciones", explica.
"En los países donde hay mejor vínculo con la empresa suele mejorar también la calidad de la educación TP. Al mejorar esta, mejora entonces la percepción que se tiene sobre este tipo de educación. Es decir, crece la valoración social que se le otorga", comenta Alejandro Weinstein, gerente general de la Corporación Educacional Asimet y director de WorldSkills Chile.
Presencia femenina
A propósito de la necesidad de actualización curricular, Álvaro Basualto, director del Instituto Politécnico Bicentenario Juan Terrier Dailly de Curicó, destaca que "existe un abismo entre la formación impartida en los liceos y las necesidades reales del mercado laboral y la industria". Como ejemplo, todavía hace falta "un currículum que considere los avances tecnológicos", dice.
Asimismo, agrega que "la actual infraestructura y el equipamiento de los establecimientos TP no está en la misma línea que el equipamiento que la industria maneja".
Para resolver este tipo de problemas, además de fomentar los vínculos con la industria, se necesita de liderazgos especializados, que sean capaces de responder a las particularidades de este nivel educativo, indica el informe, desde donde se hace un llamado a avanzar en una formación específica en liderazgo y gestión pedagógica TP, promoviendo capacidades como la "innovación y vínculo con la empresa. Un liderazgo que sepa de administración, pero también de foco pedagógico", indica Goighet Andrade, directora del Liceo Bicentenario Minero S.S. Juan Pablo II de Alto Hospicio.
Andrade es una entre pocas: los datos muestran que, mientras el 74% de los establecimientos científico-humanistas tienen presencia femenina en cargos de dirección, a nivel de establecimientos TP la cifra disminuye a 41%. De ahí que otro punto que se recalca es la necesidad de incentivar la equidad de género.
Y es que, a nivel de educación media TP, las brechas también se reflejan en matrícula y proyecciones laborales: aquellas especialidades con mayor presencia masculina -como mecánica o electricidad- suelen asociarse a mejores perspectivas de empleabilidad e ingresos, mientras que "las históricamente feminizadas tienden a ofrecer menores oportunidades", se lee en el documento.
Reconocer experiencias
Entendiendo que la educación media TP hoy es vista como un punto de partida para trayectorias de aprendizaje permanentes, otro punto que el informe acentúa es la necesidad de facilitar una articulación más fluida entre la educación media TP y la educación superior.
"Ya hay iniciativas particulares", indica Ortúzar. "Instituciones que trabajan con ciertos establecimientos de educación media TP y les reconocen (ramos) a los alumnos si es que estudian carreras afines a su especialidad. Hay reconocimiento de una formación previa; se hace una suerte de convalidación de materias. Pero eso ocurre muy caso a caso, lo que significa que hay una oportunidad a nivel de sistema".
"Una articulación y homologación efectiva de estudios con la educación superior implica consolidar una visión de estado al respecto", destaca Alejandro Weinstein.
Ortúzar continúa: "Tenemos evidencia de que estudiantes que egresan de la educación media con una especialidad y después siguen en la educación superior en carreras afines a esta tienen trayectorias que son más exitosas, terminan a tiempo y tienen mejor desempeño en términos de notas. En ese sentido, es un valor que les aporta el haber cursado su educación media TP".