Jueves, 27 de Noviembre de 2025

Un símbolo alarmante

UruguayEl País, Uruguay 26 de noviembre de 2025

La muerte de un policía es un hecho doloroso. Que el Presidente no lo supiera es grave. Pero más grave aún es que tampoco parece enterarse de que Uruguay necesita ideas, coraje y dirección.

La frase del presidente Yamandú Orsi -"no tengo ni idea"- ante la noticia del asesinato de un policía no es solo un desliz desafortunado. Es un símbolo. Una síntesis involuntaria, pero nítida, del estilo de conducción que se está instalando en Uruguay: un presidente que no se entera, que no está, que llega tarde a todo. La respuesta generó comprensible indignación entre policías, dirigentes y gran parte de la ciudadanía. Pero la gravedad del episodio no es solo comunicacional. Es política.

Porque Orsi no "desconoció" únicamente una tragedia humana. Desconoció su rol. Un presidente debe encarnar liderazgo, presencia y sensibilidad. Y, sobre todo, debe estar informado. No puede ser que, mientras el ministro del Interior y ex jerarcas ya habían reaccionado, el presidente siguiera sin saber que un funcionario había muerto cumpliendo su deber. No puede ser que la máxima autoridad del país se entere por una periodista de un hecho que conmocionó desde temprano a todo el sistema político. ¡Y que había ocurrido más de 12 horas antes!

Pero lo que realmente inquieta es que este episodio no es una excepción: es un patrón. La falta de información, de conducción y de agenda se ha convertido en el sello de este gobierno. Estamos ante la administración más "sin agenda" desde la vuelta de la democracia. No se recuerda un período con tan escaso afán de hacer, de impulsar algo, de marcar una impronta. Todo se resume en un cómodo y resignado: "la vamos llevando".

"No se entera" es, en realidad, una metáfora de un gobierno desconectado de los grandes temas del país. ¿Alguien cree que veremos cambios en la educación capaces de mover la aguja? Si ni siquiera se insinúa una agenda al respecto, más allá de la restauración del poder sindical. ¿Alguien supone que el modelo de seguridad tendrá un giro significativo? El propio ministro admitió que recién está "armando el plan" para presentarlo el año que viene. Mientras tanto, nos acostumbramos a hechos desconocidos hasta hace poco en este país, y los policías no reciben el mínimo respaldo de la jerarquía.

En materia económica, la situación no es mucho más alentadora. Uruguay necesita relanzar su agenda de crecimiento, pero la actual administración luce paralizada, y contradictoria. Oddone "la va llevando" con discreto pragmatismo, impulsando alguna medida aislada. Sin embargo, la conflictividad laboral es la mayor en muchos años con sindicatos desbocados ante la vuelta del Frente Amplio, agenda avalada desde el Ministerio de Trabajo. Al mismo tiempo, medio Frente Amplio, y todo el PIT-CNT, reclama más impuestos precisamente para quienes invierten y generan empleo. En vez de impulsar el dinamismo, y jugar al crecimiento se juega a la agenda del achique.

El país requiere reformas urgentes y visión estratégica. Sin embargo, nada sugiere que este gobierno esté dispuesto a impulsar cambios de fondo. Ni en educación, ni en seguridad, ni en competitividad, ni en modernización del Estado. Es un gobierno que no hará nada muy bueno ni tampoco demasiado malo. Y ese es, justamente, el problema. En un país que necesita transformarse, permanecer inmóvil es retroceder. No se mueve ningún tema de fondo y se retrocede en avances concretos del gobierno anterior para contentar "a la barra", como con los sindicatos en la educación, las obras de agua potable o las patrullas oceánicas.

Estamos ante el gobierno más triste desde la vuelta de la democracia. Su única agenda es el revisionismo a medidas del gobierno anterior, pero para restaurar el Uruguay de la medianía. Nada de pasarse "de zurdos". Dentro de poco más de cuatro años asumirá un nuevo gobierno con un pesado legado. Enfrentará el costo de un gobierno que flotó sin enfrentar ni uno de los grandes temas del Uruguay, y que dilapidó su tiempo y capital en la política menor. Cuando pensemos en este gobierno del Presidente Orsi será difícil recordar un hecho significativo, no habrá reforma de la salud, de la educación, tributaria o de la seguridad social. Revisando diarios nos daremos cuenta que dedicó su primer año (el más importante para sacar reformas) a Cardama y Arazati. La identidad del gobierno será haber confrontado con medidas de Lacalle Pou. Muy poco.

La muerte de un policía es un hecho doloroso. Que el Presidente no lo supiera es grave. Pero más grave aún es que tampoco parece enterarse de que Uruguay necesita ideas, coraje y dirección. Ese es el verdadero duelo nacional: un país que pierde tiempo mientras su presidente no se entera.
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