El Comercio, Perú
26 de noviembre de 2025
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Por gino alva olivera
El Perú ha alcanzado el mayor número de reos y la más alta sobrepoblación penitenciaria en por lo menos 15 años: 103.342 personas están privadas de su libertad, pero en los centros penitenciarios solo hay capacidad para albergar a 41.764 internos, según cifras oficiales del INPE.
La situación es crítica: la sobrepoblación carcelaria asciende a 147%, 11 puntos porcentuales más que el año pasado y más del doble que la registrada en el 2010. Además, 50 de las 69 prisiones habilitadas en el país están hacinadas. En el período 2010-2025, la población penitenciaria se redujo solo en dos ocasiones: el 2020 y el 2021, los años en los que el COVID-19 paralizó al país y al mundo entero.
Luis Francia, experto en temas penitenciarios, explica que durante la pandemia se dictaron normas excepcionales que permitieron la disminución de los reos. ?Por ejemplo, que las prisiones preventivas solo se aplicasen en casos extremos. Se flexibilizaron los beneficios penitenciarios y se aplicaron de forma más correcta. [?] Eso demostró que sí se puede utilizar la cárcel de una manera más racional, a través de normas adecuadas y criterios más precisos?, indica.
Pero las leyes no son suficientes para resolver un problema tan complejo y profundo: desde el 2022, la población carcelaria volvió a aumentar y la tendencia se ha mantenido.
En el libro ?Las cárceles en el Perú? (2024), Germán Small Arana, doctor en Derecho y exviceministro de Justicia, relata que ?a pesar de estos esfuerzos por mitigar el exceso poblacional en la etapa de la pandemia, la actividad delictiva siguió operando fundamentalmente en la comisión de delitos graves?. También sostiene que el hacinamiento ?dificulta un real y efectivo control? de los reos y genera inseguridad y corrupción al interior de los penales.
?Soluciones?
Aunque el hacinamiento es un problema complejo y no existen soluciones inmediatas, es evidente que son necesarias nuevas cárceles. El último centro penitenciario del país, el de Cochamarca en Pasco, fue construido en el 2016.
?Se tiene que planificar seriamente la construcción de, por lo menos, 20 nuevos establecimientos penitenciarios con capacidad para 2.000 internos, y la ampliación y mantenimiento adecuado de los penales existentes?, proponen los criminólogos José Luis Pérez Guadalupe y Lucía Nuñovero en el informe ?Seguridad ciudadana y política criminal del Estado? (2025).
En febrero pasado, el INPE anunció el inicio de la construcción del nuevo penal de Abancay, en Apurímac, el cual albergará a 785 internos y estaría listo en noviembre del 2026. También están pendientes las ampliaciones de las cárceles de Iquitos, Pucallpa y Arequipa, las cuales incrementarían en 3.084 reos la capacidad de albergue penitenciario del país.
Pérez Guadalupe y Nuñovero añaden que, pese a todas sus carencias, ?el Perú tiene uno de los sistemas penitenciarios de la región con menores niveles de violencia y crimen organizado de las últimas décadas?, puesto que solo alrededor del 27% de internos están en regímenes de máxima seguridad o cerrados especiales. Por esa razón ?concluyen?, ?las propuestas de megacárceles para millares de presos de máxima seguridad no responden a las necesidades reales del sistema penitenciario peruano?.
Sobre las ofertas políticas de edificar complejos penitenciarios en la Amazonía o en zonas aisladas de la sierra, Noam López, investigador de Pulso PUCP, opinó: ?La logística, seguridad y mantenimiento de islas carcelarias es complicada en todo sentido. Además, lo ideal es que no exista un desarraigo completo del reo de su familia?.
?Frente al crimen organizado y delincuentes peligrosos sí debe haber un modelo estricto y fuerte. Pero el camino va por construir cárceles, ampliar las ya existentes y trabajar en reducir al máximo los casos de internos procesados sin sentencia?, argumentó.
Clasificación inadecuada
La sobrepoblación penitenciaria impide que los reos sean clasificados de forma idónea, lo cual dificulta el proceso de resocialización y puede convertir a los penales en lugares donde se potencia la actividad criminal.