Lunes, 01 de Diciembre de 2025

Uruguay en el Tratado Transpacífico: ¿qué está en juego?

UruguayEl País, Uruguay 1 de diciembre de 2025

Este hito en la apertura comercial abre oportunidades, así como desafíos para el comercio y la economía nacional.

Uruguay fue recientemente aceptado para iniciar el proceso de adhesión al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP)[1], un acuerdo comercial cuyas economías participantes concentran el 15% del PBI global.

Si las negociaciones avanzan al ritmo previsto un proceso estimado en alrededor de un año Uruguay podría obtener acceso preferencial a un bloque que reúne a doce países: Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Reino Unido y Vietnam. En conjunto, estos mercados representaron, en promedio, el 7,6% de las exportaciones uruguayas de los últimos cinco años. Sin embargo, la mitad de ese peso proviene de países con los que Uruguay ya tiene acuerdos comerciales a través del Mercosur (Chile, Perú y Singapur) o mediante acuerdos bilaterales específicos (el acuerdo de automóviles con México). Al excluir esos mercados, el CPTPP explica apenas el 3% de nuestras ventas externas, en promedio en los últimos 5 años.
Esto revela dos mensajes complementarios: por un lado, la presencia actual es baja y el potencial de crecimiento es elevado; por otro, buena parte de los beneficios de la adhesión no radican tanto en consolidar relaciones existentes, sino en abrir puertas en economías donde hoy competimos en desventaja frente a países que ya disfrutan preferencias arancelarias.

¿Qué comerciamos actualmente con estos países?

El relacionamiento comercial de Uruguay con los países del CPTPP es heterogéneo y combina vínculos ya consolidados con mercados donde la presencia es todavía marginal.

Por el lado exportador, se destaca el comercio de productos de origen agropecuario, ubicándose en primer lugar la exportación de arroz, seguida de la carne y en tercer lugar la madera. Este acuerdo supone una ganancia de eficiencia para estos sectores ya que enfrentará menores impuestos en la venta de sus productos lo que permitirá aumentar el volumen exportado.
En materia de importaciones, los rubros más significativos provenientes del CPTPP son maquinarias, equipos y dispositivos electrónicos, bienes que Uruguay no produce localmente y que son esenciales para la inversión de capital. Esto evidencia una dependencia estructural de estos mercados para la modernización productiva del país: maquinaria importada implica más capacidad instalada, más tecnología incorporada y, en última instancia, mayores niveles de productividad. Desde esta perspectiva, la concreción del acuerdo puede convertirse en un factor relevante para abaratar costos de inversión y favorecer la renovación del capital físico de las empresas instaladas en Uruguay.

También se importan desde estos países otros bienes de consumo e insumos como productos farmacéuticos, calzado, plástico y sus manufacturas.

Impactos económicos potenciales y qué debería evaluar Uruguay

Diversos estudios han evaluado los efectos potenciales de la adhesión de Uruguay al CPTPP. Los primeros encargados por INAC[2] a equipos de la Universidad de Montevideo, la Universidad Católica y la Universidad de la República identificaron los ajustes institucionales necesarios para cumplir con los estándares del acuerdo. Más recientemente, la Academia Nacional de Economía, a través de Pharos, publicó análisis que estiman los impactos cuantitativos, incluido un estudio de Moncarz, Rovira, Villano y Vaillant (2024)[3] que evalúa las consecuencias de la adhesión tanto de Uruguay como de China al CPTPP

El estudio simula distintos escenarios, desde un CPTPP ampliado a varios países hasta uno donde Uruguay ingresa en forma individual. El indicador central es el cambio en bienestar, medido como variación del consumo real, que resume el efecto combinado de mejores precios, acceso ampliado y reasignación eficiente de recursos.

Bajo el escenario en que solo Uruguay se integra al acuerdo el más relevante dadas las circunstancias actuales las simulaciones muestran una mejora del bienestar de entre 1,2% en el corto plazo y 2,3% en el largo plazo. Son cifras significativas para una economía pequeña, donde incluso cambios moderados en acceso a mercados pueden generar efectos amplificados en producción, inversión y productividad. En términos de comercio, la integración también incrementaría las ventas externas, especialmente hacia los países del bloque donde Uruguay hoy enfrenta aranceles elevados.

Más allá de las estimaciones puntuales, estos estudios coinciden en un punto clave: el impacto del CPTPP debe entenderse dentro de un mundo que está cambiando. Las relaciones internacionales atraviesan un punto de inflexión marcado por disrupciones sucesivas pandemia, tensiones comerciales, conflictos bélicos que han fragmentado la arquitectura tradicional del comercio.

En este contexto, Albertoni y Hodara (2025)[4] plantean tres posibles escenarios de organización del comercio internacional. El primero es el de una fragmentación geoeconómica, donde el comercio se organiza en bloques cerrados, con mayores restricciones, menor eficiencia y menor dinamismo. El segundo es un escenario de diversificación resiliente, donde los países acortan y diversifican sus cadenas de suministro para reducir riesgos, manteniendo un grado razonable de apertura. El tercero el más favorable es el de un multilateralismo flexible, basado en acuerdos amplios y disciplinados que facilitan el comercio, reducen la discrecionalidad y promueven reglas claras para la inversión y la producción.

En este último escenario, acuerdos como el CPTPP adquieren especial relevancia: permiten reducir incertidumbres, estabilizar expectativas y ampliar la red de mercados con normas previsibles. Para Uruguay, una economía que depende fuertemente de las exportaciones y de la inversión, estos elementos son fundamentales. No se trata solo de obtener mejores aranceles, sino de participar de un marco regulatorio que favorezca decisiones de inversión, acceso a tecnología y mejoras de productividad de largo plazo.

Por eso, cualquier evaluación sobre la conveniencia del acuerdo debería considerar no solo los efectos estimados en bienestar o comercio, sino también su capacidad para reducir riesgos estratégicos. Implica definir qué posición quiere ocupar Uruguay en un escenario internacional más competitivo y exigente. Aprovechar acuerdos que amplíen mercados y estabilicen reglas puede ser un paso clave para sostener el crecimiento y fortalecer la resiliencia económica en los próximos años.

- Los autores, Sofía Harguindeguy, Kevin Maciel y Juan Carlos Oehler. integran la Consultoría Económica de Grant Thornton Uruguay y Paraguay

[1] Acuerdo de adhesión. Quien ingresa debe aceptar los términos del acuerdo y puede negociar con cada miembro por separado.
[2] Instituto Nacional de Carnes (INAC). (2022). Informe INAC: Acuerdo Transpacífico. Recuperado de informe-inac-acuerdo-transpacifico-22--12.pdf
[3] Moncarz, P., Rovira, F., Villano, S., & Vaillant, M. (2024). Impactos del CPTPP y el ingreso de nuevos miembros, China y Uruguay: aplicación de un Modelo Gravitatorio Estructural de Comercio Dinámico. Montevideo: Pharos | Academia Nacional de Economía; dECON - Facultad de Ciencias Sociales - UdelaR.
[4] Albertoni, N., & Hodara, I. (2025). Reflexiones sobre el futuro del comercio internacional: Lo que quedará y lo que quizá jamás vuelva a ser igual. Montevideo: Pharos | Academia Nacional de Economía.
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