Sector privado detalla los pros y contras de negociar un TLC con Japón y China
En su último año, el gobierno de Gustavo Petro volvió a mover la posibilidad de que el país tenga negociaciones comerciales con otras economías
En su último año, el gobierno de Gustavo Petro volvió a mover la posibilidad de que el país tenga negociaciones comerciales con otras economías. Este giro ocurre luego de que, al inicio de la administración, el entonces ministro de Comercio, Germán Umaña, había manifestado la intención de "no firmar más tratados de libre comercio (TLC)" hasta que se revisaran los acuerdos vigentes. Hace semanas el Gobierno anunció que hubo una reunión con Japón buscando reactivar la negociación, suspendida en el 2021, de un Acuerdo de Asociación Económica (EPA). De acuerdo con Eduardo Muñoz Gómez, exviceministro de Comercio Exterior, usualmente cuando el Gobierno toca las puertas de otro país para hacer esas negociaciones, es porque hay gremios que consideran que hay oportunidades comerciales y le piden al Ejecutivo intentar esas aproximaciones. Para Muñoz, en el caso de Japón estaban muy identificados los intereses colombianos, principalmente en agro y agroindustria. En manufactura -dice Muñoz- había también intereses como en químicos, algunas pinturas y colorantes, abonos y agroquímicos, y algo de textiles y confecciones. En cuanto a China, lo principal en las exportaciones son ferroníquel, carbón o petróleo, que no dependen de acuerdos comerciales. Después de esos productos, hay cantidades relativamente pequeñas que entran de café, carne de bovino, frutas, madera en bruto o flores, dice Muñoz. "Si uno le fuera a preguntar hoy al sector privado colombiano acerca de intereses para negociar un acuerdo comercial con China, creo que la respuesta sería bastante fría", agrega. Al respecto, gremios como la SAC, Corpohass, Fedegán y Asocolflores comentaron que no han pedido al Gobierno Nacional negociar con Japón o con China un acuerdo comercial. Mientras que Porkcolombia señaló que necesita una posición oficial por parte del Gobierno al respecto, y la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) no respondió a la solicitud. Por su parte, Guillermo Elías Criado, presidente de la Cámara de Confección de Colombia, explicó que ellos sí han pedido mantener la negociación desde el momento en que esta se suspendió. La negociación con Japón comenzó en 2012 y, de acuerdo con Muñoz, "se quedó en el camino en 2021, porque había muchas dificultades y no se vio que estuvieran siendo atendidos los intereses de Colombia. Mi pregunta es: ¿qué ha cambiado desde entonces para retomar la negociación desde el punto de vista de intereses exportadores colombianos?". De acuerdo con la ministra de Comercio, Industria y Turismo, Diana Marcela Morales, en el caso de Japón existen oportunidades concretas de inversión y un interés creciente en productos colombianos que ya están llegando a ese mercado. "Una eventual conversación permanece en una fase exploratoria, enfocada en identificar cómo aprovechar mejor estas oportunidades", explicó. En cuanto a China, la cartera comercial también apuntó que está en una fase exploratoria, "sustentada en un entendimiento de cooperación comercial que permite la creación de equipos de trabajo para analizar, con rigor técnico, las oportunidades y desafíos que podrían surgir para la economía colombiana. Estamos a la espera de definir una agenda que priorice la construcción de un marco de confianza e identifique los sectores y mecanismos con mayor potencial para el país". En ambos casos, la ministra apuntó que el propósito es avanzar con responsabilidad, respaldados por evidencia y orientados a los intereses estratégicos de Colombia. Con el anuncio de la reactivación de las negociaciones para un acuerdo comercial, la SAC dijo que se deben dar avances porque si no, solo son anuncios. Jorge Bedoya, presidente del gremio, apuntó que "por ahora el anuncio del Gobierno de una posible negociación con Japón y con China es eso, anuncios. Lo que vale es cuando ya se empiece a mirar lo técnico". Además, dijo que, en este momento, los diversos agremiados están enfocados en cómo resolver el impacto de los aranceles de Colombia con Estados Unidos. "Claro que hay interés por otros mercados. Dependiendo del mercado, primero se mira si ese país tiene o no aranceles, más allá de si hay un TLC, además se evalúa si lo que hace falta es el proceso de admisibilidad sanitaria que, en nuestro caso, es un asunto decisivo. Por ejemplo, los productores de proteína, en el caso del pollo, están mirando el mercado de Oriente Medio, o los de las frutas y el cerdo están mirando a África, pero esos son procesos extremadamente lentos en general", explicó Bedoya. El presidente de la SAC dijo que también debe ser un tema estratégico y relevante para el otro país. "El problema es cuánto puede tardar una negociación de un acuerdo comercial. El caso de Japón es bien interesante. Cuando en su momento iba avanzando ese proceso lo que ofrecían para el agro en general no era bueno, las desgravaciones no se daban y en cambio sí pedían de todo en industria para acceder a nuestro mercado, las cuotas que daban sin arancel eran mínimas y por eso no caminó más", comentó. El caso de China es un tema diferente a un TLC. "El empresario claro que quiere acceder a nuevos mercados, pero con reglas claras y si hay negociaciones entre gobiernos, se espera que se logren condiciones para que el comercio fluya y las admisibilidades se den. Un TLC tiene muchos otros capítulos donde se involucran otros sectores de la economía y otras disciplinas", recordó. Augusto Beltrán, secretario técnico del Fondo para la Estabilización de Precios de la Carne y la Leche, quien maneja los temas de comercio exterior en Fedegán, dijo que el gremio dejó las conversaciones en 2014 para el mercado japonés, "pero por ahora no se avanzó en más por las condiciones. En el caso de China hay que evaluar muy bien las sensibilidades de cada producto. A los ganaderos nos convendría muchísimo, pero hay que evaluar con cuidado cada situación porque los chinos son extremadamente productivos". Del lado de Corpohass, la respuesta es clara: "no nos beneficia ni nos interesa", detallaron. Asocolflores especificó que, si bien buscan mercados grandes o pequeños sin aranceles, en el caso de Japón no se pagan para las flores colombianas. "Hemos venido trabajando para que se tenga un acuerdo comercial, porque eso da estabilidad en las reglas de juego, así que es visto con muy buenos ojos", explicó Augusto Solano, presidente del gremio. En cuanto a China, "por ahora no exporta mucho, pero podría convertirse en una amenaza para nuestros mercados en Asía". Solano a su vez destaca que "tener un acuerdo comercial con Japón sería una muy buena noticia, porque se le daría estabilidad al mercado colombiano".