"No cabe duda que el calentamiento atmosférico afecta a la Antártica"
El especialista explica cómo la base Glaciar Unión está ayudando a fortalecer la colaboración científica internacional, a la vez que destaca hitos, como la instalación de sensores en el Monte Vinson, el más alto de ese continente.
Para Gino Casassa, el hielo y la nieve han sido su escritorio. El director del Instituto Antártico Chileno (Inach) tiene una prestigiosa carrera como glaciólogo, principalmente en el Centro de Estudios Científicos (Cecs). Cuenta con más de 100 publicaciones especializadas en geofísica de glaciares, estudios de avalanchas de nieve y flujo de detritos.
En su casi año y medio dirigiendo Inach se ha enfocado en consolidar el desarrollo de la ciencia antártica, en promover la sinergia con otras instituciones del Estado y en estrechar lazos internacionales, entre otros asuntos. Todos ámbitos que se ven reflejados en esta nueva campaña a Glaciar Unión, una base científica a solo 1.129 km del Polo Sur.
-¿Cuál es la importancia para el país del Glaciar Unión?
"Esta es una base de verano que es la primera estación científica conjunta, es decir, toma a los cuatro operadores antárticos estatales -el Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y el Inach- para operar una base, cada uno aportando sus capacidades.
Nosotros aportamos la ciencia y la tecnología, y la logística la ponen las Fuerzas Armadas.
Nos hemos preocupado de que las Fuerzas Armadas no solo colaboren en logística, sino que también en ciencia y así tenemos representantes del Instituto Geográfico Militar y del Servicio Aerofotogramétrico haciendo ciencia en la Antártica".
-¿Cuáles son las novedades para este año?
"Estamos reforzando la colaboración internacional con países con los que tenemos convenios. Hay dos representantes de Canadá que trabajan en temas muy interesantes, como las propiedades atmosféricas y la reflectividad de la nieve y el hielo. Con ellos firmamos un convenio en febrero y tenemos una estrecha colaboración bilateral. Nos están invitando al Ártico donde ellos tienen una estación dentro del Círculo Polar Ártico.
Nosotros estamos interesados en la ciencia, queremos llevar nuestra expertise y aprender de lo que está ocurriendo en el Ártico. Hace dos años que participamos en reuniones y estamos proponiendo chilenos para ser partícipes de los grupos científicos del Consejo Ártico.
También estamos colaborando con Islandia y hay un glaciólogo del Servicio Meteorológico Hidrológico de Islandia; con ellos firmamos la iniciativa 'Ambition on Melting Ice'. Chile e Islandia lideran esa iniciativa y ya han firmado 25 países. Es lógico entonces que colaboremos en terreno viendo cómo están respondiendo los hielos al cambio climático".
-¿Hay algún hito que resaltar?
"El proyecto de sensores es emblemático para nosotros. Cada año lo estamos reforzando y hoy tenemos 15 estaciones desplegadas en la Antártica y esperamos instalar dos más en el Monte Vinson, la montaña de mayor altura del continente antártico. Nadie ha instalado una estación permanente ahí.
Va un grupo de 12 personas, entre científicos y personal del Ejército de la Unidad de Exploración Terrestre Antártica. Nosotros tenemos nuestro propio equipo de montañistas que nos han colaborado desde hace mucho tiempo.
Con estos sensores se pueden medir las propiedades de la atmósfera, como temperatura, humedad relativa, radiación solar, etc. Estamos agregando sensores de temperatura en el suelo con la ayuda de Kenji Yoshikawa, un especialista en permafrost de la U. de Alaska (EE.UU.).
Prácticamente toda la Antártica está cubierta por hielo, tiene permafrost. En el Ártico ese permafrost está cambiando mucho, pero la Antártica es mucho más estable porque se está calentando menos, aunque últimamente eso está variando".
- Se dice que lo que pasa en la Antártica, no queda en la Antártica...
"Eso es verdad, pero también es al revés: lo que pasa en el resto del mundo afecta a la Antártica, entonces no cabe duda de que el calentamiento atmosférico antrópico (generado por el hombre) está afectando a la Antártica. En pleno invierno se han medido episodios de precipitación líquida en la península Antártica y en verano las temperaturas máximas han excedido los 17 °C. Eso está produciendo un derretimiento tremendo que se ha medido en las últimas décadas y está colapsando las plataformas de hielo que rodean el hielo continental.
Glaciar Unión todavía está muy frío con una temperatura media de 20 °C bajo cero. Por eso este lugar es tan especial. Estamos felices y expectantes de todo lo que se va a hacer. Son terrenos y un clima muy complejos".