Unión en los infiernos

Anda volando bajo el bueno de Jonathan. Su ánimo está por los suelos. El mío también. El equipo de nuestros amores, Unión Española, se ha ido al infierno o a la Primera B si se prefiere, o a los potreros, como antes les llamaban.
"Ay, pena, penita, pena", canta dolido Jonathan. Tan dolido está que dice cosas cercanas a lo vulgar: "me caigo en la leche", por ejemplo. Exclama lacrimoso: "Es que no puede ser. No concibo que un equipo con tanto salero y prosapia se vaya al averno. Imagínate a la Catedral del fútbol en los potreros, !horrible¡ Hay que hacer algo. A mí se me ocurre que los presidentes del fútbol deberían acordar que, en este año, ningún club descenderá y subirán dos equipos, así tendremos 18 clubes en la división de honor, como era antes. Me apresuro en aclarar que esta medida no es para salvar a Unión, !no¡, es para que haya más partidos y mejore la competitividad".
Los hinchas hispanos piensan que hay que sobreponerse, remar con fuerza y encomendarse a santa Laura para regresar pronto. Uno de ellos se anima y proclama:
-Como dijo MacArthur: !Volveremos¡
-¿De qué jugaba MacArthur?
-!Ah, no¡, esa es otra historia...