Miércoles, 03 de Diciembre de 2025

Dios es inconoscible

ColombiaEl Tiempo, Colombia 3 de diciembre de 2025


Gonzalo Gallo G


Gonzalo Gallo G.
John Henry Newman fue un teólogo, cardenal, historiador, filósofo y escritor inglés. Cierto día un empresario, tan rico en dinero como pobre en fe y en amor, fue a pedirle consejo. Conversaron un buen rato y ese ser le dijo: "No logro ver a Dios en mi vida y en lo que pasa". El cardenal fue y trajo una biblia, la puso abierta sobre la mesa, y el señor vio encima de una hoja un billete. Newman le dijo que corriera lentamente el billete. Debajo estaba la palabra Dios. Entonces con una sonrisa amable le preguntó: ¿Qué es lo que te impedía ver a Dios? Newman fue presbítero anglicano y se convirtió al catolicismo en 1845. Fue cardenal de la iglesia, muy admirado por su carisma, inteligencia y su bondad. El Papa Francisco lo declaró santo en 2019. Aún perduran creencias arcaicas que frenan al ser humano y presentan una imagen deformada de Dios. Hace poco me decía alguien, hablando del infarto que había llevado a la clínica a un amigo suyo: "Es muy duro lo que vive. Es el castigo de dios que necesitaba para ver si deja de beber tanto y de fumar". Lo triste es que esta manera de pensar es bien común, y se sigue hablando de un dios juez y castigador. Un dios que no existe, aunque la Biblia lo muestre así a veces. Muchos predicadores insistan en esa fe absurda. Dios ni premia ni castiga; se lo hace el mismo ser humano con base en su buen o su mal vivir. Cada quien crea su realidad con su actitud, y el buen o mal uso que le da al libre albedrío. Por hablar tan mal de Dios y humanizarlo es que algunos no creen, o están muy unidos a él sin religión. Ámate y desecha creencias en las que te ves como un pecador, un ser culpable y con temor a Dios. Se inculcan en la religión para manipularte y, así, ella se hace necesaria para ti. Dios es incognoscible, inasible e incomprensible para la mente humana. Gracias a su amor infinito todos somos chispas de su amorosa y hermosa energía. Unos con consciencia despierta y otros que deben despertar para amarse, amar y obrar bien. Todos somos la misma unidad de amor, somos manifestaciones de la divinidad. Afirma con fe: "Gracias, Dios. Te amo, me amo, y reconozco el amor y la luz que yo soy". Reconoce tus fallas sin culparte o castigarte. Si no te amas y amas a Dios, no puedes ser feliz. No creo en un dios de temor, que juzga, castiga y condena. Un dios que nos quita con la muerte a los que amamos. Fui sacerdote y busco ser espiritual, pero sin religión. Las respeto todas, pero no comparto creencias que limitan o castran. Pregunta: ¿Qué te impide creer en Dios?
Escritor y conferencista.
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