Sábado, 06 de Diciembre de 2025

Negociación y cambios

UruguayEl País, Uruguay 6 de diciembre de 2025

Los críticos quieren luchar hasta, el último ucraniano, pero sin tener bajas e incurrir riesgos.

Con el objeto de impulsar el fin la guerra entre Rusia y Ucrania y orientar una negociación de paz, el presidente Trump, reveló una propuesta en Washington, a mediados del mes pasado. Contiene una comprensiva hoja de ruta (de 28 puntos) a resolver para que sean abordados por los beligerantes y negociados sus términos, bajo los auspicios de los EEUU.

Según un maligno trascendido los ítems fueron elaborados en Moscú, por los propios rusos. Según esta versión, los diplomáticos estadounidenses no los modificaron hasta que Trump los presentó como base de negociación. Sorpresa. Alguna gente se escandalizó, otra no. Se podría considerar como un hecho positivo por contener la posición negociadora de una de las partes y en general abarcar, la anuencia del auspiciante de la iniciativa. ¿Qué certeza tenemos sobre esta versión? Recordemos que en la guerra, la primera víctima es la verdad.

Esperemos que las conversaciones que no serán rápidas se, desarrollen sin mayores interrupciones. Y que los aportes de Rusia y Ucrania traigan elementos convergentes al proceso y le den cuerpo, a lo que podría a ser un acuerdo que produzca el tan deseado alto al fuego y eventual paz.

Para empezar, mucha ha sido la crítica a esta iniciativa, partiendo de la premisa que no se debe tolerar el cambio forzado de fronteras, ni tampoco beneficiar a una potencia, de sus arrebatos agresivos. Por último, que lo propuesto por Trump favorece al agresor.

Pero, quienes presentan estas objeciones, en ningún momento ofrecen alternativas viables. Por ejemplo, una sería organizar rápidamente un cuerpo expedicionario de unos 250.000 soldados, debidamente pertrechados, motivados y bien liderados, para que junto con el ejercito ucraniano, echen a los invasores. Por otra parte, estos mismos personajes siguen poniendo limitaciones al uso de armamento que proveen a cuentagotas a Kiev, y ojo, no vayan a bombardear Moscú con ellas, etc.

Los críticos básicamente quieren luchar hasta, el último ucraniano, pero sin tener bajas e incurrir riesgos. No toman en cuenta el peligro que el cauce del conflicto desborde y el lio se convierta en una guerra global. ¿Les falta imaginación?

Argumentan que "las sanciones finalmente harán hocicar a los rusos por el serio daño que esto inflige a su economía y a su entramado social: que finalmente la pondrán " soi disant", de rodillas. Esto no parece ocurrir.

"Que hay que pasar otro invierno proponen unos y llegado el verano, Ucrania podría lanzar una ofensiva y recuperar parte de sus tierras". Tampoco luce esto como un escenario probable, más bien todo lo contrario.

Los críticos al acuerdo parecen no tener en cuenta que Rusia tiene una enorme tradición imperial, una población dura y sufrida y posee grandes recursos naturales. Son 143 millones de habitantes enfrentados a Ucrania que hoy día anda en unos 32 millones, si no menos. La supera ampliamente en tamaño y fuerza. Putin, no está apurado. De paso amenaza a Europa, dice estar listo para una guerra si la quieren.

Ucrania, con menguados apoyos nunca podrá vencer al invasor. Rusia, tarde o temprano derrotará a los ucranianos con medios convencionales. Lo podría hacer más rápido usando su arsenal nuclear. Su estructura, económica y social aguantará el conflicto hasta el desenlace. No es el caso del vecino agredido. ¿Pero qué ha sucedido en el ínterin, desde las fracasadas negociaciones en Estambul, en marzo del 2022, producto de la oposición europea, sus promesas e incorrecta apreciación de la realidad, por Zelensky.

Grandes cambios. Rusia se ha volcado al este. Sus gasoductos y oleoductos que hasta hace 4 años abastecían

a la industria alemana, ahora se dirigen hacia China, su nuevo socio, la principal potencia industrial del planeta. India, el país más poblado del mundo es ahora su primer comprador de petróleo, a pesar de las trabas impuestas por EEUU. Y ese comercio ya no se paga en dólares. Se experimenta un cambio de paradigmas, de consecuencias geopolíticas impensadas antes de este conflicto. No es una ingenuidad que Trump desee terminar con esta guerra cuanto antes.

Algunos líderes europeos sugieren financiar de prepo, el apoyo militar y la reconstrucción de Ucrania con las reservas rusas en dólares, hoy bloqueadas en occidente. Otros se oponen con razones muy válidas porque sería un paso más para aumentar la desconfianza en los mercados financieros occidentales y ayudaría a que el dólar deje de ser, la moneda de cambio y atesoramiento.

EE. UU. perdería parte de su señorazgo monetario y deberá ceñirse a la nueva realidad, ajustando sus gastos militares y sus déficits, financiados cómodamente hasta hoy, con el crédito que todo el mundo le brinda.

Por lo tanto, resulta fundamental para Estados Unidos y occidente (que depende de su liderazgo, le guste o no) avanzar sobre alternativas realistas para alcanzar un alto al fuego sostenible, aconsejando y empujando a Ucrania en ese sentido. Trump se está cansando de este asunto y la falta de colaboración del viejo continente. Quiere virar el eje de su atención hacia Asia. Basta ya de guerras europeas.

La historia demuestra que los conflictos suelen desembocar en soluciones impuestas por el contexto y el peso del más fuerte. No seamos ilusos. Ojalá el acuerdo sea lo más pragmático posible y lo menos perjudicial para la nación invadida. Las "garantías" que obtenga Ucrania en el próximo tratado nunca serán del todo satisfactorias aunque podrá mantener su propio ejército, más pequeño. Pero Moscú recordará que esta "Operación Militar Especial" (*) tuvo un costo considerable. No fue un paseo inocuo. (**)

Si se alcanza a llegar al tan ansiado acuerdo, el futuro de una Ucrania más pequeña y compacta dependerá de la calidad y visión de sus gobernantes; sus Fuerzas Armadas y su capacidad de movilización; del desarrollo de su economía, educación, y su voluntad para reducir la corrupción endémica que sufre y finalmente los lazos que forje en el futuro con otras naciones, incluida Rusia.

(*) Así fue designada esta guerra por Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa.

(**) Mas de un millón de muertos
La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela