Empieza una nueva etapa
Empieza ahora una nueva etapa para los tres partidos que se mantienen en la Coalición, lo cual implica que ya pasó el tiempo de mirarse el ombligo y empezar a trabajar.
Culmina el año y con él, la primera etapa del gobierno frentista que asumió en marzo. Para la oposición también importa el cierre de este ciclo, porque con el debería termina la etapa de ajustes y revisiones y ver como se posiciona hacia el futuro.
Para fortalecer su presencia de ahora en más, es la oposición quien debe hacer el mayor esfuerzo y actuar con lucidez. Son muchos los pasos a dar para ser eficiente y aspirar a recuperar el gobierno en 2029. Su estrategia debe ser cuidadosamente elaborada y coordinada.
Ya hubo tiempo para la autocrítica, un mecanismo pensado para no repetir errores pero que tiende a veces a convertirse en un cobro de cuentas o una forma que algunos tienen de mostrarse como más listos que los demás en la medida que su crítica se torna en ensañamiento.
Arrancar el año nuevo con pie firme y habiendo dejado atrás el proceso de reacomodamiento post electoral, seguirá siendo difícil. El ánimo autocrítico blanco persiste y en filas coloradas parece agudizarse una dura interna que intenta cuestionar el liderazgo que pareció lograr Andrés Ojeda en las primarias de 2024. No es que haya que allanar esas pugnas, pero sí al menos canalizarlas para poner la mira en objetivos más importantes.
Un primer paso es determinar si la Coalición Republicana se mantiene y en caso de hacerlo (sería lo lógico), de qué manera. Hoy, a cuatro años de las elecciones, todo parece aún lejano. Pero sería grave empezar a improvisar a último momento.
Algunas voces en el Partido Colorado, sienten que su identidad política corre peligro si consolidan esa alianza. Sin embargo, un buen acuerdo político no debería desdibujar ninguna identidad partidaria. La puja interna colorada por momentos se expresa con enojo y las disputas, por soterradas que sean, hacen daño. Decidir qué hacer con la coalición, divide. La cuestión generacional (Ojeda y su gente versus la generación afín a Jorge Batlle), divide pese a que perfectamente deberían complementarse: unos buscan el voto jorgista, otros atraen a nuevas generaciones y eso suma, no anula.
En filas blancas el líder ya está y todos desean que sea el candidato. Contando con esa certeza, surge una sub-interna entre las figuras que emergen en la segunda línea. Algunas son figuras interesantes, otras no tanto. Se diferencian por sus personalidades, más que por sus puntos de vista. Hay matices en estrategias y en temas menores, pero se trata de un partido que, como pocas veces, se muestra bastante coherente.
En ese contexto, lo que puede haber es sobreactuación de algunos para hacerse ver, lo que podría afectar la buena marcha hacia las elecciones. En ese contexto, es difícil entender lo dicho por uno de estos dirigentes: "muchos se arremangarán para un lado, pero hay muchos que lo haremos para el otro". ¿Qué quiere decir "arremangarse"? ¿Y de que habla cuando dice de ir para un "lado" u otro?
Si la idea es mantener la Coalición, hay que empezar a trabajar en esa dirección. Con calma y con paciencia. Además, hay que cuidar como será la estrategia en relación al gobierno.No siempre sirve concentrarla en una actitud de que todo está mal (aunque lo esté) porque da la sensación de que se queda solo en eso y no hay nada que proponer.
Tiene que haber propuestas y esto no puede ser difícil para partidos que, en coalición, hicieron un magnífico gobierno. Si se pudieron poner de acuerdo en temas claves, deben demostrar que lo podrán volver a hacer con propuestas bien armadas cosa que, de llegar al gobierno, puedan aplicarlas en forma eficaz desde el mismo 1° de marzo.
En el anterior gobierno, la pandemia obligó a postergar muchas promesas por dos años o aún más. Mostró reflejos rápidos, sabiduría en sus métodos y liderazgo para enfrentar esa pandemia, lo cual fue una gran cosa. Pero eso llevó a que otros proyectos arrancaran tarde.
Un ejemplo fue el tan bien pensado proyecto de Arazatí. De haberse iniciado el proceso antes, las obras hubieran estado avanzadas al terminar el período y por lo tanto no habría marcha atrás. Al no ser así, el nuevo gobierno en su intento de deshacer todo lo hecho por la Coalición lo despreció y apostó por una idea que no parece inteligente, ni oportuna.
Termina entonces el año donde hubo que acomodarse tras las elecciones. Empieza ahora una nueva etapa para los tres partidos que se mantienen en la Coalición, lo cual implica que ya pasó el tiempo de mirarse el ombligo y empezar a trabajar. Eso, sin duda, es lo que sus votantes le reclamarán.