Toto y Christopher Cross sellaron un gran maridaje musical
Anoche la inédita dupla dio un show consagrado a sus infalibles éxitos ochenteros en el Claro Arena.
La invitación llegó como un viaje musical zarpando desde el yacht rock de Christopher Cross, al rock, en la amplitud de colores, de Toto. Una dupla anclada en la memoria popular a su infalible etapa ochentera, aunque sus discografías sean mucho más extensas que eso.
Ayer, al atardecer en el Claro Arena, Cross apareció puntual a las 19:30 horas, y antes de saludar a la gente, besó su micrófono, una acción que funciona como un ritual de respeto a una profesión que disfruta con notable calma, junto a sus músicos, todos con atractivos trajes.
Si en sus inicios el término yacht rock nació como una referencia más bien burlesca, asociada a un soft rock para yates y bronceados hedonistas, con el paso del tiempo el concepto se ha revalorizado. Y en vivo, el músico se encarga de aplacar cualquier lectura irónica, con una impecable interpretación y una voz que no acusa el paso del tiempo.
En un set compacto, de poco más de 50 minutos, inició con "All right", mostrando cierta incomodidad con sus técnicos, aunque pronto cambió el ceño. Continuó con "Never be the same", "I really don't know anymore" y el éxito "Sailing", con una bella intro al piano, que la gente agradeció con sonoros aplausos.
Luego dedicó "Arthur's theme (Best that you can do)", al fallecido Burt Bucharach, con quien la escribió, y sorprendió con una íntima versión en castellano de "Open up my window". Algo tímido, le pidió al público que fuera comprensivo con su español, antes de retirarse con una gran "Ride like the wind", cuando todavía quedaban bastantes asientos vacíos, los que se iban a completar luego con el número de fondo.
Anoche, el grueso del público llegó directamente a Toto, abrigados para una fría noche de diciembre. En esta encarnación de la banda, liderada por su histórico guitarrista Steve Lukather, entraron avasalladores en lo instrumental, y pronto siguieron con "Carmen", mantienendo en alto los decibles, con una notable ejecución de Lukather en la guitarra.
Luego continuaron con otra lucida interpretación de "Rosanna", junto a "99", y luego "Pamela", presentada por Joseph Williams en las voces, recordando una vieja historia amorosa, cerrando una tripleta de títulos con nombres femeninos.
Siguieron con la sentida "I won't hold you back", y luego volvieron a subir los decibles con la estridente "Angel don't cry" y la pegajosa "Georgy porgy", para un regreso vibrante, a solo un año de su última visita, ahora con un aforo mayor, en un estadio, y dejando para la despedida un gran final con "Hold the line" y "Africa".