Viernes, 12 de Diciembre de 2025

Las propuestas inmersivas de las marcas de licores en Colombia

ColombiaEl Tiempo, Colombia 12 de diciembre de 2025

Los planes con licor están cambiando en Colombia

Los planes con licor están cambiando en Colombia. Ya no basta con servir una copa: la gente quiere probar, comparar, mezclar, preguntar y descubrir; quiere historias, sabores y rituales. Por eso, distintas marcas han empezado a crear experiencias que combinan gastronomía, coctelería y aprendizaje, y que invitan a vivir el trago de una manera más experiencial. Se multiplicaron las catas para grupos pequeños y grandes, los talleres que explican desde los fundamentos de la coctelería hasta las diferencias entre destilados, y las visitas a espacios de producción que permiten ver de cerca procesos que antes parecían lejanos. A esto se suman las activaciones en bares, supermercados y restaurantes, donde los consumidores pueden probar nuevos productos, aprender recetas o simplemente acercarse a un universo que mezcla cultura, técnica y entretenimiento. Las experiencias de la Fábrica de Licores de Antioquia En medio del ‘boom’ de experiencias con licor, una de las propuestas que más terreno ha ganado es la de la Fábrica de Licores y Alcoholes de Antioquia (FLA). La empresa abre sus puertas a grupos muy específicos (mayoristas, bartenders, meseros, compradores de grandes cadenas, dueños de bares y restaurantes) para mostrarles, sin secretos, cómo se hace el ron y el aguardiente que ellos mismos venden o recomiendan todos los días. Isabel Grisales, directora nacional de trade marketing de la FLA, explica que es una visita pensada para quienes están en el negocio y necesitan conocer el producto a fondo. "Seleccionamos los clientes por temas de relacionamiento, de fidelización y porque muchos llevan años con nosotros. También vienen meseros y bartenders, porque al final son ellos quienes recomiendan en el punto de venta", cuenta. Las reacciones de los asistentes suelen ser parecidas. La gente llega pensando que ya sabe lo básico sobre el ron y termina encontrándose con un mundo completamente distinto: maceración, tipos de barrica, importancia de los años, procesos que no se ven a simple vista. Según Grisales, la frase que más escucha al final es "yo toda la vida he tomado ron y no sabía esto". Para muchos, entender lo que están sirviendo o vendiendo cambia completamente su manera de hablar del producto. "Salen con otro chip", resume la directora de trade marketing de la FLA. La apuesta no se queda en la planta. La FLA también mueve experiencias por fuera: catas en restaurantes, talleres con expertos en coctelería y encuentros con dueños de establecimientos en distintos departamentos. En fechas especiales, como Halloween, incluso lanzan recetas temáticas para que los puntos de venta las repliquen. Catas itinerantes al estilo Dislicores Mientras algunas marcas concentran sus experiencias en un solo lugar, Dislicores se mueve como un anfitrión itinerante. Por ello, organizan una cata para 50 personas en un hotel del Oriente antioqueño y hasta un encuentro íntimo en la sala de alguien. Todo esto con un hilo conductor: que la gente descubra algo nuevo. Luis Fernando Valencia Sierra, embajador de vinos de Dislicores, cuenta que las catas ya hacen parte del calendario semanal. Hay de todo: vinos, tequila, mezcal, ginebra, ron. En diciembre, por ejemplo, hicieron una cata de espumosos que parecía lista para un libro: cava, sparkling francés, un lambrusco dulce para el postre y un cierre con sabrage, ese golpe de sable que abre la botella de champán. Fue en un hotel en el municipio de Carmen de Viboral, con 52 asistentes y una comunidad que, según Valencia, ya se volvió habitual. También tienen catas temáticas. Uno de estos eventos estuvo dedicado a vinos del sur, con etiquetas de Chile y Argentina, en una actividad corporativa de una empresa canadiense. Otra, centrada en tequila y mezcal, incluye desde la comparación entre ambos destilados hasta la famosa sal de gusano y, en muchos casos, cocina mexicana o mariachis. La propuesta joven de Monkey Shoulder Las experiencias del whisky Monkey Shoulder suelen arrancar con algo muy simple: poner el licor en boca y ver la reacción de la gente. A partir de ahí, la marca se mueve en un terreno más relajado que el de otros whiskies. En cada activación siempre hay alguien de la marca guiando la prueba y mostrando cómo este destilado funciona bien en cocteles rápidos, esos que se pueden replicar sin mayor ciencia en una reunión con amigos. Después de ese primer acercamiento, vienen los espacios donde la marca se siente más cómoda: barras con música moderna, estaciones donde la gente mezcla un par de ingredientes, y un ambiente que busca ser menos solemne y más cercano. Daniel Camargo, gerente de marca de Monkey Shoulder, cuenta que la idea es que el público entienda la marca "haciendo". En supermercados, por ejemplo, han montado puntos donde las personas pueden probar el whisky, personalizar una botella para regalo y tomarse fotos.
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