El prócer y la elección

¿Y cómo le fue, Prócer, en la elección del pasado domingo?, le pregunto mientras tomamos un vaso de colemono con pan de pascua, en su terraza. "Mira, esta vez le achunté al ganador, pero no fue mi candidato de la primera vuelta, sino el Plan B, por lo que en estas elecciones salí con media cola. Eso hace que mi alegría por el resultado sea discreta, aun cuando debo reconocer que me dio esperanzas oír su discurso conciliador, moderado y llamando a la unidad".
" Darling , no menosprecies las segundas opciones, ya que a veces son mejores que las primeras. Acuérdate que cuando te pusiste a pololear conmigo venías de un largo pololeo con esa niña que te pateó, dejándote muy afectado. O sea, yo fui tu segunda opción. Pero debes reconocer que ha salido mejor que la primera", dice su mujer, haciendo coquetamente una pose sensual. "Tienes toda la razón", asiente el Prócer, levantándose y dándole un beso. Luego comentamos lo ejemplar que fue la elección: la entrega pronta de los inobjetables resultados, la cordial visita al ganador de la candidata derrotada, el saludo protocolar del Presidente. En fin, un comportamiento ejemplar. "Eché de menos, sin embargo, que los candidatos de primera vuelta fueran a saludar al candidato triunfador. Creo que debiera incorporarse a las tradiciones", señala el Prócer. " Darling , eso lo veo un poco difícil, pero en su reemplazo podría haber ido Kramer, ya que los imitó a todos", acota su mujer.