Aumentan los infartos en adultos jóvenes en el país, advierte el cardiólogo Miguel Ángel Zuleta
El especialista advierte que una de las dificultades para enfrentar
estas enfermedades es la ausencia de síntomas en sus primeras etapas
El especialista advierte que una de las dificultades para enfrentar
estas enfermedades es la ausencia de síntomas en sus primeras etapas.
Las enfermedades isquémicas del corazón siguen siendo una de las principales amenazas para la salud pública en Colombia. De acuerdo con el más reciente boletín del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), estos padecimientos se consolidaron como la principal causa de muerte en el país durante 2024, con una participación del 17 por ciento del total de fallecimientos. La situación adquiere matices alarmantes cuando se observa su impacto en personas cada vez más jóvenes: entre 2021 y 2022, 3.493 adultos de 40 a 49 años murieron en Colombia por enfermedad isquémica del corazón. El infarto de miocardio —conocido popularmente como ataque al corazón— representa una de las expresiones más graves de esta problemática. Se produce cuando el flujo de sangre al corazón se bloquea, casi siempre por la acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias que forman placas en las arterias coronarias. Aunque históricamente se asociaba principalmente con adultos mayores, esta condición viene aumentando entre personas menores de 50 años. El doctor Miguel Ángel Zuleta, cardiólogo de la Clínica del Occidente, advierte que "hace unos años se diagnosticaba la enfermedad coronaria en adultos mayores, pero con el estilo de vida actual vemos más pacientes a partir de los 28 o 30 años con enfermedad cardiovascular", asegura. Factores como el estrés, los malos hábitos alimenticios, la falta de actividad física, el consumo de alcohol y tabaco, además de la ausencia de chequeos médicos regulares, elevan el riesgo de sufrir un infarto en edades tempranas. El especialista también advierte que una de las mayores dificultades para enfrentar estas enfermedades es la ausencia de síntomas en sus primeras etapas. "Generalmente las enfermedades del corazón no presentan síntomas, aun cuando han iniciado su desarrollo, y se terminan visibilizando en el momento en el que la persona sufre un ataque al corazón a través de dolor en el pecho, dificultad para respirar, náuseas, desmayos, entre otros", explica Zuleta. Ante la aparición de estos signos de alerta, el llamado es a no automedicarse y acudir de inmediato a un servicio de urgencias. Según el cardiólogo, esta reacción oportuna marca la diferencia entre un manejo efectivo y una complicación fatal.
Pese a la gravedad del panorama, la mayoría de los factores de riesgo asociados al infarto se pueden controlar con acciones sencillas y sostenidas; manejar el estrés mediante rutinas dirigidas, técnicas de relajación y una adecuada higiene del sueño. La actividad física regular también desempeña un papel esencial junto a una alimentación saludable. Según Zuleta, el 80 por ciento de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares se pueden evitar con pequeños cambios en la rutina diaria: "Prevenir antes que tratar" es, concluye, el mensaje clave para enfrentar un problema. Redacción Salud