Viernes, 26 de Abril de 2024

"Mucha ilusión" en Uruguay

Puerto RicoEl Nuevo Dia, Puerto Rico 19 de febrero de 2019

Hace más de una década, Rubén Magnano vivió el momento más glorioso en la carrera de cualquier entrenador: subir a lo más alto del podio en unos Juegos Olímpicos

Hace más de una década, Rubén Magnano vivió el momento más glorioso en la carrera de cualquier entrenador: subir a lo más alto del podio en unos Juegos Olímpicos.
Magnano lo hizo con la selección de su país, Argentina, en Atenas 2004, con la llamada "Generación Dorada".
Pero el hambre de obtener más conquistas en el baloncesto internacional lo mantiene activo sobre la línea de fuego, a sus 64 años. Esta vez, el técnico argentino intenta darle una alegría mayor a un país y a un programa baloncesto que lleva más de tres décadas sin participar en la Copa Mundial. Le ilusiona hacer historia en Uruguay.
Magnano y la selección celeste están acariciando el pase a China 2019 y Puerto Rico podría ser la sede para lograr esta gesta en el choque del próximo lunes en el coliseo Roberto Clemente. Uruguay no juega en un Mundial desde el 1986. Magnano, en tanto, debutó con el seleccionado sudamericano en la pasada ventana en noviembre.
Con marca de 6-4, los sudamericanos ocupan la tercera posición en el Grupo E. Empatan con los boricuas, pero los superan luego de dominar el primer partido (64-62) en la quinta ventana en Montevideo. Uruguay jugará como visitante en esta sexta y última ventana de FIBA. El próximo viernes enfrentará a México y el lunes al combinado puertorriqueño. Con dos triunfos, de seguro, garantizará su boleto al Mundial. Mientras, con una división de honores también tendría una oportunidad de llegar a China.
En América, quedan tres pasajes disponibles para el Mundial. Venezuela, Estados Unidos, Canadá y Argentina ya están adentro.
Esto deja a cuatro países peleando por los últimos tres pasajes: en el Grupo E pelean Puerto Rico y Uruguay; y en el F batallan Brasil (tercero con 7-3) y República Dominicana (cuarto con 6-4).
Los mejores tres de cada grupo avanzarán directamente al Mundial, al igual que el conjunto que termine con el mejor récord entre los dos que finalicen cuartos en sus respectivas llaves.
Por tal razón, Magnano no pasa por alto el duelo ante un eliminado equipo de México, aunque reconoce que hay una alta probabilidad de que esté peleando el pase frente a los boricuas ante casa llena en el Clemente.
El Nuevo Día tuvo la oportunidad de conversar vía telefónica en el veterano mentor argentino desde Montevideo, donde trabaja intensamente en la preparación de su escuadra y donde hay una máxima ilusión por la clasificación mundialista.
En este momento, ¿la preparación del grupo se enfoca mayormente para el compromiso ante Puerto Rico debido a la importancia del mismo?
—Hoy día, nuestra cabeza está puesta en México. Sabemos que una victoria ante México puede tener un gran peso a la hora de clasificar al Mundial. Hay diversos escenarios y estamos en la obligación de ir allá a obtener una victoria en ese primer juego. No descartamos otras posibilidades de clasificar donde esté involucrada una victoria ante México. No vamos a estar sentados esperando que otros provoquen por nosotros. Nuestra idea es provocar. Sé que el juego ante Puerto Rico tiene ribetes de una final, porque hay un altísimo porcentaje de que estemos jugando por el pase al Mundial. Iremos a un país de muchísima historia y con una fanaticada que conoce el básquet. Es una situación muy curiosa.
¿Cuánta ilusión hay en Uruguay por el pase al Mundial?
—Hay mucha ilusión. Sabemos de la importancia del deporte en Uruguay y queremos lograr esta clasificación. Las posibilidades son mayores y esperemos lograr hacerlo.
Imagino que el triunfo ante Puerto Rico en Montevideo ayudará en la confianza del grupo al creer que pueden repetirlo como visitante.
—Creo que ayuda mucho haber ganado. Fue un juego duro. No fue sencillo de ganar. Desde mi posición de entrenador tengo la responsabilidad de alimentar esa confianza. Vamos a jugar en casa ajena y tenemos que transformar un poco esa presión en un desafío y tratar de aliviarnos de esa presión. Vamos a tener un panorama cambiante a lo que vivimos acá. Solo hay que entender que es un juego más.
En esta ocasión, juegan ambos partidos en la carretera, ¿cuán cargado podría resultar para tu equipo?
—Esta es una experiencia nueva (el sistema clasificatorio). Y me suena que el formato está diagramado un poco más a lo que sucede en Europa, donde es más fácil viajar. Acá es bastante agotador, y todos han pasado por la misma experiencia.
En el primer partido, dio la impresión que conocías al dedillo todo lo que ustedes debían hacer para frenar la ofensiva de Puerto Rico.
—La naturaleza de su juego está basada en sus grandes lanzadores del exterior y en un juego vertical hacia el canasto. No descubrimos nada nuevo. Sabíamos que si lográbamos controlar ese estilo, íbamos a tener un chance de ganar.
Tras una impresionante carrera con la "Generación Dorada" de tu país y luego con una selección histórica como la de Brasil, ¿qué te motivó a trabajar con un programa que no figura ni entre los mejores 30 en el ranking de FIBA?
—Básicamente me sedujo la posibilidad númerica de clasificar (al Mundial). Si no tenían chance, no hacía sentido aceptar el cargo. Cuando me presentaron la posibilidad vi que el chance era real y me resultó desafiante. Me gustó el desafío y acá estoy trabajando. Espero dar lo máximo cada día, porque el día que solo viva de los recuerdos, entonces será el momento de retirarme.


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