Jueves, 26 de Diciembre de 2024

Los planes inmobiliarios del Grupo Schiess: Barrio Lo Recabarren parte obras en septiembre y proyecto en Cerro Alvarado, a comienzos del 2020

ChileEl Mercurio, Chile 14 de abril de 2019

"Entre el 2019 y el 2021 vamos a invertir US$ 300 millones como grupo y el grueso irá al negocio inmobiliario", describe Javier Bitar. Además, estudian cómo desarrollar un master plan en 70 hectáreas que tienen en Huechuraba.

En las oficinas del edificio Tánica se trabaja a todo vapor. Este 2019 una serie de iniciativas del grupo económico de la familia Schiess -que fundó en 1954 el inmigrante alemán Guillermo Schiess, bajo el nombre de Transoceánica- verán la luz y tomarán su curso definitivo, sumando millonarias inversiones en proyectos. Algunos de ellos están "en la puerta del horno".
El 19 de marzo Christoph Schiess, presidente de la compañía, presentó el nuevo logo, nombre y estrategia del grupo: Tánica. Y fue el gerente general corporativo, Javier Bitar, quien explicó los detalles del cambio y es quien tiene sobre sus hombros la responsabilidad de fortalecer las áreas de negocios y hacer que las cosas pasen.
Bitar, ingeniero civil matemático de la Universidad de Chile, llegó al equipo en enero de 2017. En su currículum figuran las gerencias generales de Sociedad Matriz Saam y, previamente, Viña San Pedro Tarapacá.
"En el mundo del vino y el portuario cumplí un ciclo y me fui con mucho cariño de la familia Luksic. Trabajé con Guillermo y Andrónico y tengo muy buenos recuerdos", reconoce el ejecutivo, y agrega: "Me ha encantado la experiencia con la familia Schiess, por el tipo de proyectos y cómo los ejecutan. Hay mucho por hacer".
El grupo desarrolla su actividades en cuatro grandes áreas: Tánica inmobiliaria -con proyectos en la zona oriente-, Tánica Hotelería y Turismo -con presencia en Atacama, Rapa Nui, Osorno y Uruguay-, Tánica Negocios Productivos -agua mineral y agrícola Puyehue y Muelles de Penco- y Tánica Inversiones -acciones y activos inmobiliarios-.
En cada una de ellas empujan iniciativas con foco en emprendimiento, responsabilidad, comunidad e impacto, precisa. Sin embargo, la principal actividad es la inmobiliaria.
Javier Bitar explica que son tres los proyectos que van a concentrar el 95% de la atención de su gerencia general: Barrio Lo Recabarren; Terrazas del Valle, ubicado en Cerro Alvarado; y Huechuraba. Todos ellos suponen una inversión que supera los mil millones de dólares en los próximos quince años.
"Entre el 2019 y el 2021 vamos a invertir US$ 300 millones como grupo y el grueso irá al negocio inmobiliario. En los próximos cinco años vamos a destinar US$ 500 millones solo para el área inmobiliaria", detalla.
El proyecto más "en verde de todos" es Huechuraba, con una inversión de US$ 370 millones. Hace años la familia tiene un terreno de 70 hectáreas en la calle El Guanaco, antes de llegar a Pedro Fontova, por Américo Vespucio Norte. "Queremos hacer un master plan y estamos trabajando con la firma de arquitectura danesa Gehl", señala.
Aclara que aún no hay plazos definidos, pero quieren que sea un proyecto mixto -oficina y habitacional-, y los detalles van a depender de los planos reguladores. "Será una inicitiva orientada a un segmento medio, y tenemos la ambición de probar que uno puede construir proyectos que sean de calidad y armónicos", asegura.
Barrio Lo Recabarren: en septiembre comienza construcción habitacional
Fue Guillermo Schiess quien compró en 1970 los terrenos que edifica hoy el grupo en los faldeos del cerro Manquehue, y 36 años después -en 2006- la familia resolvió construir un gran barrio "Lo Recabarren".
Contrataron a la empresa de arquitectura holandesa Mecanoo para diseñar el master plan y, en un área de 28 hectáreas, definieron que levantarían cinco edificios de oficinas y un barrio con áreas residenciales, un parque de cuatro hectáreas y comercio, privilegiando la calidad de vida. En los próximos 15 años, y tras una inversión de US$ 500 millones, gran parte de las energías y recursos de Tánica estarán enfocados en esta iniciativa.
"El financiamiento es con créditos de construcción. Hasta el momento no han entrado socios y todos los proyectos que desarrollamos son solo Tánica", aclara Bitar, y añade "estamos abiertos a evaluar otras opciones, pero esta etapa residencial, que va a partir en los próximos meses, la vamos a hacer con inversiones propias".
La primera construcción fue el 2010 con el flamante edificio Transoceánica -hoy Tánica-, que alberga las oficinas del conglomerado en Avenida Santa María en Vitacura.
Adjunto está erguido el segundo edificio "Lo Recabarren B", ad portas de ser inaugurado a fines del tercer trimestre. Con una inversión de US$ 48 millones, son 16 mil metros cuadrados, de los cuales 30% se quedarán en manos de Tánica para hacer un área de co-work. El 70% restante será ocupado por family offices , firmas de asesorías de inversión y los post-grados de la Universidad Adolfo Ibáñez; y solo quedan disponibles cuatro oficinas pequeñas, que suman mil metros.
El siguiente paso es, en septiembre, iniciar la construcción de la primera etapa habitacional del barrio Lo Recabarren, que tardará dos años e implica una inversión de US$ 65 millones, sin contar los terrenos. Serán cuatro edificios de departamentos de ocho pisos cada uno y 21 casas estilo townhomes, que parten en 240 m {+2} .
"Estamos esperando los permisos, que debieran estar en dos a tres meses, para iniciar este 2019 la construcción y venta de dos edificios primero y dos después", sostiene.
Los valores de la unidades serán publicados apenas termine el proceso de licitación, que esperan sea en mayo próximo, al que invitaron a empresas constructoras para desarrollar el proyecto.
Bitar enfatiza que para llevar a cabo barrio Lo Recabarren no han escatimado esfuerzos para cultivar buenas relaciones con los "vecinos" de Santa María de Manquehue. "Antes de partir, los invitamos a conversar. Llevamos dos años construyendo este edificio y nunca hemos tenido reclamos, lo hicimos con cuidado y de la manera más amigable posible y vamos a seguir así", advierte.
Respecto a las mitigaciones que han acordado con la Municipalidad de Vitacura, en lo inmediato van a construir doble calzada por calle Agua del Palo hasta Lo Recabarren y doble calzada por avenida Santa María, desde Agua del Palo hasta El Mercurio.
El tercer edificio de oficinas está en carpeta y la idea es partir su construcción el 2021. "No hemos definido cantidad de pisos ni metros cuadrados, pero esperamos inaugurarlo el 2023", adelanta Bitar, al tiempo que agrega que respecto a la segunda etapa de Lo Recabarren, aún no hay fecha de inicio.
En tanto, en la comuna de Lo Barnechea el grupo Tánica tiene dos grandes desarrollos. Loma La Cruz lleva cinco años en ejecución y le quedan tres más para estar finiquitado. Con una inversión de US$ 200 millones y ubicado en avenida Los Trapenses, es la Inmobiliaria Wood la encargada de gestionarlo. Se han levantado 96 unidades entre casas y departamentos y antes de fin de año debiera estar terminado el edificio "Canto del Viento" y ya haber comenzado la nueva etapa Cerro La Cruz, con 25 casas adicionales.
Pero la iniciativa más ambiciosa en la parte alta del Cerro Alvarado es Terrazas del Valle. "Se trata de una inversión total de US$ 150 millones. En 20 hectáreas vamos a construir 57 casas y 112 departamentos, que parten en los 300 m {+2} ", cuenta el ejecutivo.
La primera etapa de Terrazas del Valle implica una inversión de US$ 50 millones, financiados por Tánica. Serán 40 departamentos y 38 casas que partirán su construcción a comienzos del 2020. Durante el segundo semestre se iniciará el proceso de licitación para definir la constructora.
PROYECTO EN CERRO ALVARADO: "Se trata de una inversión total de US$ 150 millones. En 20 hectáreas vamos a construir 57 casas y 112 departamentos, que parten en los 300 m2".
Agua Puyehue: "Me gustaría venderla en Estados Unidos"El producto de consumo más conocido de Tánica es el agua mineral Puyehue, que nació el 2000. "Es un proyecto que nos refleja mucho: sano, saludable, representa un lugar muy especial para la familia, y nos ha ido muy bien", comenta Javier Bitar.
A pesar que solo tiene el 1% de la participación en el mercado de las aguas en Chile, el crecimiento ha sido sistemático. Anualmente venden entre US$ 3 millones y US$ 4 millones y producen 5,5 millones de litros de agua, muy posicionados en el segmento premium .
El ejecutivo asegura que no han explorado mercados internacionales, porque aún hay espacio para crecer en Chile. "Eventualmente está la posibilidad de exportación. A mí me gustaría venderla en Estados Unidos", dice.
Otro de los negocios del grupo es Muelles de Penco, empresa portuaria ubicada en la bahía de Concepción, especializada en la carga, descarga, almacenaje, ensacado y mezcla de fertilizantes, entre otros servicios para diversos graneles sólidos. Ahí tienen el 60% de la propiedad, en una sociedad anónima abierta
"Es una antigua inversión del grupo. Tiene volúmenes relativamente estables y está funcionando bien. No está en la mesa cambiar eso o adquirir más propiedad", manifiesta Bitar.
Asimismo, el conglomerado tiene una serie de predios agrícolas -ganaderos, cultivo de alfalfa y árboles-, "pero son cosas menores. Los campos están en el norte y en el sur. Los fundos más grandes están en la Cuarta Región y se llaman El Sauce, El Manzano y El Tártaro, uno en Putaendo hacia la cordillera y otros un poco más al norte, cerca de Portillo", cuenta el ejecutivo.
Hotel Hanga Roa y conflicto con familia Hito: "Necesitamos que el Estado se involucre"La incursión de la familia Schiess en el rubro hotelero partió en Montevideo, Uruguay, con la compra del Cottage en el barrio Carrasco, en la década de los sesenta. Luego vendrían Puyehue (1981) en Osorno, Alto Atacama (San Pedro), Hanga Roa en Rapa Nui y Cottage Puerto Buceo, también en Montevideo.
El 2017 fue un año complejo para esta área de negocios. Solo en el Hotel Puyehue las pérdidas llegaron a $653 millones y Bitar admite que no se les ha dado fácil el rubro.
"La situación ha sido compleja. El Hotel Puyehue hace tres años tenía una ocupación de 40% y el 2018 terminamos en 75%. Hanga Roa hace cuatro años tenía una ocupación de 24%, hoy estamos terminando en 60%. Hemos visto una curva ascendente en todas las operaciones", explica el ejecutivo.
Respecto de las inversiones que tienen en carpeta, está la ampliación del Hotel Alto Atacama, de 42 a 61 habitaciones, para lo cual ya cuentan con todos los permisos. Las obras se iniciarán el primer semestre de 2020 y terminarán a fines de 2021.
El Hotel Puyehue también recibirá recursos frescos. "Queremos darle un nuevo respiro. Ese hotel no se vende, solo se arregla. En Chile hay espacio para desarrollar el wellness y vamos a ir a mirar experiencias en Europa", detalla Bitar sin entregar montos.
Ubicado en Chile insular, a fines de 2007 partió la construcción del Hotel Hanga Roa en la Isla de Pascua, con una inversión de US$ 50 millones. Sin embargo, lo que podría haber sido la historia perfecta se convirtió en una pesadilla. La familia rapanuí Hito, en un intento por recuperar las 6,7 hectáreas en las que se emplaza el hotel, que a juicio de ellos les pertenecen, iniciaron una toma en agosto de 2010, que se prolongó por seis meses.
"La situación con la familia Hito es compleja y para nosotros muy dolorosa. Ellos reclaman al Estado de Chile de cómo se hicieron de esos terrenos. Nosotros entramos mucho después de que se había privatizado el hotel. Incluso la Corte Suprema falló que el terreno legalmente nos pertenece", sostiene Bitar.
Efectivamente, la Corte Suprema zanjó el tema en mayo de 2012 y desestimó la demanda reivindicatoria. Sin embargo, los problemas no terminaron. Bitar relata que la relación con los Hito sigue siendo compleja.
"Desde octubre de 2016 tenemos una manifestación de punto fijo a un costado del hotel, con banderas y algunos carteles no muy amistosos. A fines de enero pusieron una cadena e impidieron que entrara un grupo de 90 turistas extranjeros", denuncia el ejecutivo y hace un llamado: "Necesitamos que el Estado se involucre, que tomen la responsabilidad que les compete. Estamos abiertos a colaborar. Esto no solo le hace mal a nuestro negocio, sino también al turismo en la Isla de Pascua y a su identidad".
Descarta que, dado el escenario, hayan pensado en abandonar el negocio en la isla. "A ese hotel la familia le puso mucho cariño, cuidado, se invirtieron montos importantes y no es llegar y abandonar", concluye.
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