Barbara Strozzi, la compositora más prolífica del siglo XVII
A 400 años de su nacimiento , también Chile celebra el legado de esta artista veneciana que fue conocida como "la cantante más virtuosa" y que compuso 125 obras.
De todos los compositores del siglo XVII, ella fue la más prolífica. Sin embargo, recién hace 25 años el mundo ha redescubierto su legado. El 6 de agosto se cumplirán 400 años desde su nacimiento, y se multiplican, también en Chile, los homenajes en su honor.
Barbara Strozzi (1619-1677) nació en Venecia como Barbara Valle, y a los ocho años fue adoptada por el célebre poeta y dramaturgo Giulio Strozzi, quien se presume era su padre biológico.
Era conocida como "la cantante más virtuosa", pero decidió componer e interpretar sus propias obras, y escribió en todos los géneros vocales: cantatas da camera , madrigales, arias y piezas dramático-teatrales.
Compuso 125 piezas y publicó ocho Libros -colecciones de partituras-. "De todos sus contemporáneos, es la compositora que más publicó. Además, Strozzi lleva el concepto de la Seconda Pratica de Monteverdi a niveles excelsos. Con ella, la relación entre la música y el texto es sublime", dice Franco Bonino, director de Syntagma Musicum, de la Universidad de Santiago.
"Fue muy valorada en vida, como cantante y como compositora. Antes de ella, en la música había muchas mujeres que eran apreciadas, pero como cantantes o instrumentistas. Las dos primeras mujeres que adquieren importancia como compositoras son Francesca Caccini, hija del compositor Giulio Caccini, y Barbara Strozzi. Claro que Strozzi es la primera que publica prolíficamente", explica Bonino.
Gonzalo Cuadra, tenor de Syntagma Musicum, es enfático: "Barbara Strozzi es una de los más grandes compositores del Seicento Italiano . Tuvo a un padre ampliamente ilustrado que quiso que fuera tan culta como cualquier hombre de la época, lo que era absolutamente excepcional".
Gracias a que su padre era un célebre libretista, ella pudo estudiar música con Francesco Cavalli, heredero directo de Monteverdi, pese a que la educación artística se reservaba a las monjas.
La Strozzi, en cambio, creció en un ambiente laico y cortesano: en la famosa Accademia Degli Unisoni, epicentro intelectual de la filosofía, la literatura y la música, que había fundado su padre. "Ella era la musa inspiradora en esta academia, incluso a niveles esotéricos. Barbara Strozzi retoma la figura de las cortesanas del siglo XVI, que eran guías en cuestiones estéticas y artísticas", detalla Bonino.
No obstante su gran fama en vida, Barbara Strozzi caería en el olvido. Su segunda vida recién parte cuando Claudio Cavina y Emanuela Galli la graban en CD, en 1997 y 1999. Hoy existen cientos de versiones, y en el año de su cuatricentenario, en el mundo se le está dedicando un concierto semanal en promedio.
En Santiago, hace un mes, Nora Miranda interpretó su aria "Ché si può fare", en la temporada de la U. Alberto Hurtado, y a fines de octubre, el Quinteto Barroco de Ana Liz Ojeda la abordará en el 3 {+e} {+r} Festival de Música de Cámara de Casas de Lo Matta.
Este miércoles, Syntagma Musicum le dedicará a Strozzi el concierto más relevante de su temporada, en el Aula Magna Usach (Ecuador 3659, 19:30 horas, gratis). Actuarán Jaime Carter en clave; Gonzalo Cuadra, canto; Rodrigo Díaz, tiorba; Paulina Muehle-Wiehoff, cello barroco; Hernán Muñoz, violín barroco, y Franco Bonino, flauta dulce y dirección, más la soprano invitada Nora Miranda.
Presentarán un panorama desde su creación temprana a la madura, desde su 1 {+e} {+r} Libro de Madrigales (1644), hasta su última colección, "Arias a una sola voz" (1664).
"El estilo de Strozzi es súper expresivo y muy virtuoso; lleva el lirismo a su máxima expresión", apunta Bonino.
Se suma Cuadra: "Era una cantante muy buena, y por lo tanto escribe para la voz con el expertise de quien sabe cuánto se puede hacer en ello. Le exige a la voz humana a un punto mucho más extremo que los otros compositores del Seicento Italiano , en cuanto a extensión, agilidad y uso de afectos".
Sumamente reputada
Respecto del tardío redescubrimiento de Strozzi, Cuadra aclara que "nos demoramos bastante en apreciar el Barroco del siglo XVI, y cuando entró Claudio Monteverdi, primero aparecieron Giulio Caccini y Sigismondo d'India y solo después, en lo que parece ser la 'ley natural de la historia de la música', que siempre entran primero los hombres, vinieron las mujeres detrás. Pero no son pocas y, además, son muy destacadas, en especial Francesca Caccini y Barbara Strozzi".
Bonino profundiza: "Quienes hacemos música antigua miramos con lupa la historia oficial de la música, que fue escrita en el siglo XIX. Barbara Strozzi en su época fue sumamente reputada, a pesar de que el oficio de compositor estaba ligado a lo masculino. En Venecia pasaba algo que hubiera sido impensable en Alemania o Inglaterra: había muchas figuras femeninas en la composición. Por cierto, estaban en calidad subordinada, pero eran aceptadas y admiradas. La invisibilización de Strozzi es más un asunto de esta época que de su propio tiempo".