Nadie como él supo disparar con tal puntería su carrera como actor, director y productor. Un puñado de cineastas, críticos y escritores le rinde homenaje a este hombre rudo de corazón grande.
Por enrique planas
De la serie B a los ?spaghetti western?, de los policiales violentos al infinito. El anciano más recio de Hollywood celebra mañana 90 años y, es probable, que poco le importe. A lo más, podría acuñar otra de sus frases irrebatibles, al estilo ?¿Me siento con suerte hoy??, en la voz de ?Harry, el sucio? (1971), ?Vamos, alégrame el día? en ?Impacto súbito? (1983) o ?Pequeña, ser dura no es suficiente?, que profiere el sabio entrenador de box de ?Million Dollar Baby? (2004). En efecto, Clint Eastwood no es de esos que soplan velitas llevando un sombrero de cono. Cuando en la alfombra roja de los Óscar, a comienzos de los años 70, se formaban piquetes de indignados manifestantes con pancartas diciendo ?Harry el sucio es un cerdo repugnante?, ya el actor demostraba que lo que dijeran o escribieran sobre él le importaba un pepino. En eso era igual a su personaje, el hiperviolento policía Harry Callahan: ?Primero me tildan de derechista. Después de racista. Ahora de machista?, dijo alguna vez al ?Village Voice?. ?Está de moda conseguir que la gente se sienta culpable por diferentes cosas. A mí me da igual, porque sé en qué puto lugar del planeta estoy, y me importa una mierda?, afirmó sin diplomacia.
Así que, aunque estamos seguros de que homenajes como este no le provoquen ni una sonrisa, el entusiasmo de los convocados por El Comercio, entre cineastas, críticos y autores que reflexionan mucho antes de compartir su filme de Eastwood favorito, aporta la emoción que el duro Clint pocas veces demuestra. Este es un tributo a sus 90 años y a sus casi dos metros, a su genialidad sin impostura, a su humana verdad. Un aniversario más de un protagonista de la historia viva del cine contemporáneo.